El vestido de novia

No había dormido mucho, pues estaba visitando a nuestro amigo Trove, para darle una calurosa bienvenida.

- aún se negaba a hablar pero eso me hacía feliz,

- tendría con quien practicar todos los trucos de tortura que mi padre me enseño.

- señorita Lourdes levántese. Acaba de llegar una carta de su amante- en susurro.

- rápidamente, la leí, quería verme hoy, me extrañaba y yo a él

pero le respondí en otra carta que no podía, ya que iría acompañada a hacer la prueba de mi vestido

- mi madre espero por mí, desayunamos y hablamos de cosas triviales, así salimos rumbo a la boutique.

-Madam Tina, era la encargada de mi vestido, y aunque al principio me parecía hermoso, hoy ya no.

- mis amigas llegaron y vieron el vestido, lo probé tomaron medidas y yo pedí algunos cambios.

- Madam Tina estaba reacia a hacerlo pues ya quedaba poco tiempo pero la convencí que lo haga.

Tanto así, que mis amigas eligieron el vestido que usarían,

Mi madre también sé probo el vestido que ya había encargado y se midió los nuevos modelos.

Aquella salida de una hora se volvió de todo el día.

- al salir de ahí fuimos a un restaurante, luego a la joyería, pastelería y terminamos por caminar por la plaza del centro.

Un pequeño niño se me acerco con una nota.

Én esta Christopher me decía que me esperaba en la sala privada de su local.

Así que, mi madre se excusó para ir otro lado y mis amigas regresaron a casa.

Yo, por otro lado, fui a ver a mi amante.

Al entrar, pasé directamente a su despacho, me saludo cortésmente.

- yo quería acción y me lancé a su boca, mientras lo jale del cuello, me abrazo sin dejar de besarme.

-Me senté en el escritorio y él movió todo de ahí, rápidamente quite su camisa

- él comenzó a desatar mi vestido beso mi cuello dando pequeñas mordidas sin dejar huellas.

Les dio cariño a mi s_n_s, beso lamió y chupo cuál bebe. Rápidamente, quedé desnuda a su merced.

- me recostó en el escritorio mientras bajo a mi feminidad, recorría con lengua todo, dando lamidas y simulando estocadas con su lengua, sus manos en mis senos, me tenían muy receptiva a las caricias.

Gemia despacio, no quería que me escucharan.

- todo un dios en el arte del placer que rápidamente tuvo mi liberación, así mismo mientras aún mis piernas temblorosas estaban entró en una estocada rápida y profunda.

Qué hizo perder la cordura, mis piernas en sus hombros mientras él seguía moviéndose desenfrenadamente.

Me tomó en brazos y me llevó al mueble allí, quedé encima, y pude moverme a mi antojo, en círculos, dando saltitos, entrando y saliendo lento de él,

Veía sus gestos y me fascinaba, pronto llegue nuevamente a mi liberación y él me puso debajo de él, enrede mis piernas y siguió a un ritmo medio; sin embargo, yo estaba perdida por las sensaciones sus besos apasionados y sus manos cuál pulpo tocando por todos lados, mis uñas encajadas en su espalda.

Su cuerpo encajaba perfectamente con el mío. Nos complementamos tanto que antes de mi último o_g_sm_, grite con fuerza te amo.

Me abrazo fuerte mientras respondía te amo, mucho mi vida, eres todo para mí. Y derramó su esencia.

Me sentía en el cielo a su lado.

Allí quede en sus brazos dándonos besos y abrazos tiernos, hasta que me levante porque ya era tarde y debía volver a casa.

- mientras yo intentaba vestirme él me desvestía y me daba besos para distraerme, pero aquí si tuve que detenerlo, con todo el dolor de mi alma.

- cariño, como me haces esto, me dices que me amas y luego te vas

- mi amor te amo, lo hago pero debo volver o mi padre sospechará y si se entera te cortará tu amiguito.

- tapándose - no mi amor, si es verdad ya es tarde te ayudo a vestirte.

-riendo- que cobarde eres

-No mi amor, pero sino como hacemos estas cositas ricas y como te daré mi semilla para tener nuestros bebés.

-bueno para eso, deberé estar libre del matrimonio ese y debes pedir mi mano en matrimonio.

- lo haré mi amor lo prometo, si es por mí yo me casaría contigo mañana mismo.

- así, serías capaz de escaparte conmigo y casarnos en otro pueblo.

-esa es un excelente idea-tomando su mano saliendo rápidamente.

- que haces, suéltame nos van a ver.

- vamos a escapar para casarnos

- abrí mis ojos, me asombra lo obstinado que se vuelve cuando toma una decisión.

- para ahí, no lo haremos - así no.

Primero nuestra venganza y luego si gustas lo hacemos.

- cariño, mi vida-con un puchero triste.

-Ya si no pongas esa cara- le di un beso solo unas semanas más y luego seremos libres para vivir nuestro amor sin que nadie nos juzgue.

- está bien, pero si cambias de opinión, avísame y lo haremos inmediatamente.

- volví a casa y mi madre reía, mi padre algo molesto no creyó mi escusa para llegar tarde pero mi madre lo convenció.

- esa noche dormí plácidamente, sin interrupción.

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