Prólogo

Soy Lourdes Bridge estoy comprometida desde mi adolescencia con el futuro duque de Viet, Kenny Flores. Él es un hombre caballeroso y tan amable, que estoy segura de que con el tiempo lo llegaré a amar.

Mi mejor amiga es la duquesa Raquel Pérez se casó hace un año con el duque Christopher Duran, su matrimonio también fue arreglado, pero me ha contado que es un hombre muy apasionado y amoroso.

Ella asegura estar muy enamorada y que es muy feliz a su lado.

Aunque no entiendo como, porque es el hombre más frío que conozco, su mirada siempre fija en todo y en nadie a la vez, y las veces que los he visto juntos no parecen ser nada cercanos.

Estoy a menos de dos meses de mi boda. Y esta semana no he visto a mi prometido en su última carta me aseguró que está un poco enfermo.

Por eso he decidido hacerle una visita sorpresa.

Al llegar el personal que ya me conoce me deja pasar, le pregunte donde se encuentra y me dicen que en el despacho, me piden esperar mientras anuncian mi llegada, pero les informo que no es necesario que es una sorpresa mi visita.

Me dirijo al lugar y la puerta está medio abierta.

Escucho mucho ruido y ¡gemidos! Esos son gemidos.

Mi corazón se aceleró, me acerco más y puedo ver a mi prometido recostado en el mueble, con una mujer encima desnuda.

Me quedé petrificada ante tal escena, yo temiendo que este enfermo y el muy maldito me engañaba con otra mujer.

Quién será aquella mujer, que ose meterse con hombre comprometido.

Quería llorar pero no podía. Tampoco podía moverme de ahí, estaba en pánico.

Hasta que ella giro su cabeza con los ojos cerrados y la vi.

Era ella mi mejor amiga, quien aseguraba estar enamorada de su esposo.

Qué demonios estaba pasando aquí.

Ella le decía

Te amo Kenny, mi marido nunca me toca ni siquiera en la noche de bodas lo hizo.

Siempre he sido tuya.

Una vez que te cases y obtengas la dote, podrás mandarla lejos y nosotros seguiremos con nuestros encuentros.

Él decía que sí. Que todo lo que ella pedía lo haría.

Como pude salí de ahí despacio, sin que me vieran, en el carruaje llore, no porque lo ame sino por la traición que me hicieron esos dos infames.

Llegué a mi casa y me encerré esa noche lloré como nunca.

Al otro día, me levante y me arregle, desayune con mi familia y luego salí a casa del esposo de mi amiga.

Al llegar esperé que ella saliera, y entonces pedí una audiencia con el duque Christopher. Quien gracias a Dios se encontraba en su hogar.

El me dejo pasar.

Mi lady es una sorpresa verla aquí, mi mayordomo me informo que mi esposa fue a casa para ayudarle con la organización de su matrimonio, ya el día de ayer no terminaron.

Duque gracias por recibirme, y he de decir que si afirmativamente ella fue el día de ayer a ayudar con mi próximo matrimonio, pero no precisamente a mi casa sino a la de mi prometido.

Qué está diciendo usted. Acaso insinúa, que ella y su prometido son amantes.

No insinuó nada, lo afirmó ella ayudaba a mi prometido a como complacerme la noche de bodas. Yo los vi.

Por ello he venido aquí, quiero venganza y usted me puede ayudar, quiero ser su amante, su amor y sus caricias eso quiero solo para mí.

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