Capitulo 15.

“Así que los dos eligieron a Su Majestad Cyrus, ¿eh?”, murmuró con seriedad.

Daba un poco de miedo saber que todos se sintieron atraídos por el segundo príncipe. Realmente no recuerdo qué era lo que ofrecía, pero tenía mucho que ver con la brecha demoníaca.

Se ha mantenido así por mucho tiempo y el primer príncipe nunca dio una respuesta concreta respecto a lo que haría con la brecha, así que es posible que el segundo príncipe haya tomado una ventaja de eso.

“¿Qué hay de Cedric?”, preguntó, “¿dijo algo sobre eso?”.

Lo miré, Cedric y Sebastian tienen edades muy distintas. No entiendo por qué está preguntando por mi hermano, pero de todas formas, le dije.

“No ha dicho nada, pero es obvio a quién está apoyando, ¿no?”, dije acercándome a Sebastian, “Es por eso que yo quiero proteger a mi familia. ¿Existe alguna forma?”.

No quiero que sospeche aún. Al único que estoy dispuesta a proteger es a Cedric, por los demás, preferiría que murieran. Sin embargo, para hacerlo por mí misma debo esconder lo que piensan.

“Me agrada lo que piensas, Iris. Pero la única forma de salvar a tu familia es que no se metan hasta que el primer príncipe de alguna señal de querer el trono”, avisó.

¿Qué quiere decir con eso?

Sé que los príncipes ni siquiera han cumplido los 14, pero ¿quién está a cargo de sus facciones en este momento? Es extraño.

Se supone que mi padre acabará envuelto en problemas financieros dentro de seis meses, y en un año más mis hermanos van a morir.

Me pregunto, ¿quién está a cargo actualmente de eso?

“¿Cómo hago eso? Archie está en el Palacio, Richie está muy ocupado...”, miré hacía el suelo.

Y mi padre ni siquiera sabía dónde estaba.

“El emperador está en las últimas etapas de su enfermedad, el primer príncipe está sufriendo mucho por eso. El segundo príncipe vive apartado del Palacio. Así que, ¿no crees que deberías llamar la atención de los demás?”, dijo para acercarse a Iris.

¿Llamar la atención? ¿Qué resolvería eso?

En el pasado, jamás hice algo similar. Siempre viví apartada de los demás, mis hermanos me mantuvieron cautiva de la sociedad.

Así que, realmente no sé qué es llamar la atención.

“La sociedad necesita una flor, Aradia está consiguiendo toda esa atención. ¿Quieres perder la reputación de los Blister?”, susurró cerca de su oído.

Aradia.

Miré de reojo a Sebastian. ¿Lo estaba haciendo a propósito?

Todos saben que yo soy la mejor amiga de Aradia, si yo hago algo en contra de ella...

“Discute con Aradia y demuestra que los Blister están fuera de esto”, musitó en un susurro.

Ya veo. ¿Por qué no aprovecharlo? Ya es hora de que me separé de esa mujer para siempre y acabar con ella.

Me quitó todo lo que me hacía feliz en el pasado. ¿Por qué no puedo hacer lo mismo yo? Somos iguales, pero quién debe sobrevivir en esta vida soy yo y nadie más.

“Entonces, ¿por qué no te llevo a la fiesta?”, sonrió.

Sí. Supongo que es mi turno acabar con esta infame fiesta.

Lo único que hizo en esta fiesta de té fue burlarse de mí incapacidad para aprender de etiqueta y no saber cómo actuar como una mujer noble.

Seré peor que Aradia.

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“¿Por qué Lady Blister no ha llegado?”, preguntó de pronto Lady Ross, “recuerdo que ella siempre viene a sus fiestas, Lady Rilley”.

De pronto, comenzó.

“¿Lady Blister? Oh, es cierto. Lo había olvidado, como es tan callada, nunca me daba cuenta”, respondió Lady Mckann, “Bueno, es mejor. ¿No se siente como un estorbo? Quiero decir, Lady Rilley es muy popular y no necesita de alguien así”.

“¡Lady Mckann tiene razón! Debería abandonarla, digo, nadie la conoce”, se burló Lady Taylor, “Solo porque tiene un apellido importante, no significa que deba estar con ella”.

“Oigan, no hablen así de Lady Blister... Pero todos sabemos lo extraña que es, ¿no? ¿Por qué es una noble si ni siquiera sabe comportarse?”, con frialdad, Lady Miller se burló, “¿Recuerdan cuándo se le cayó esa copa de ponche? Fue muy gracioso”.

“Ja, ja... Pues sí, tienen mucha razón”, asintió Aradia, “Verán, la invité para darle una lección. Dicen que con un susto, todos aprenden mejor... ¿Por qué no le jugamos una broma?”.

Así que siempre fue de esta manera, ¿no?

“Ari, Lady Blister ya llegó”, llamó Sebastian con una sonrisa.

Estoy segura de que Sebastian escuchó sus palabras, quizá por esa razón me dijo esas palabras. Desde un principio debí buscar su consejo y hubiera evitado todos estos problemas.

Por como todas me ven, no tienen miedo de las consecuencias. Toda mi vida, desde que entré en la sociedad, fui conocida como la “Tonta Iris”.

Nadie me lo decía de frente, pero es lo que pensaban todos los demás.

¿Ser ingenua es ser tonta?

Suspiré, me quedaré un rato para encontrar el momento perfecto para ridiculizar a Aradia, o mejor, yo provocarlo todo.

“Iris, qué bueno ver que llegaste”, sonrió mientras se levantaba.

La vi directo a los ojos, ella es decepcionante. ¿Tratas de fingir que nada sucedió hace unos segundos?

“Sí, ¿verdad? Bien, te dejo a cargo”, retrocedió y se despidió, “Hasta luego, Iris”.

Desvié mi mirada hacía la mesa. En el pasado, todas sus miradas habrían provocado que temblara de miedo y cometiera cualquier error por tratar de seguir a Aradia.

Sin embargo, no volverá a suceder.

“Uh... Iris, ¿por qué tardaste tanto? ¿Está todo bien?”, preguntó con respeto.

Me crucé de brazos y respondí.

“Olvidé que hoy era tu fiesta”, la miré.

Las buenas amigas nunca olvidan fechas importantes. Es lo que ella me decía siempre.

“Ya veo...”, aceptó mi respuesta.

Se veía desconcertada. Sobre todo, podía sentir como todas miraban fijamente mi vestido. Era un vestido blanco, con ciertas partes de color celeste. Se ajustaba bastante bien a mi figura esbelta, y aunque me sentía insegura trayendo este vestido, no podía hacer mucho.

Era lo único que quedaba como opción.

“Bueno, no es normal verla con esa vestimenta, Lady Blister”, habló Lady Mckann, “Recuerdo que solía usar colores más... infantiles. Se le ve muy bien”.

¿Infantiles?

Miré a Aradia de reojo y suspiré. Ella me había dicho en el pasado, cuando comencé a vestirme como una mujer noble, que esos colores eran los mejores para mí.

Dijo que se veían muy tiernos y que atraería a cualquiera de esa manera.

“Me cansé de usar esos colores aburridos. Es hora de madurar”, caminé hacia el asiento vacío.

Yo era la única que quedaba por llegar. Al parecer, son las mismas personas que recuerdo a ver visto en esta misma fiesta en el pasado. Bien, al menos es mucho más sencillo saber lo que pasará.

Estaban hablando de mi, así que puedo asumir que Aradia siempre fue la persona que difundió tales rumores sobre mi.

A pesar de eso, mi reputación nunca fue tan mala hasta después de que mis hermanos mayores murieron.

Evitaré que esos desagradables rumores vuelvan a salir otra vez

“A decir verdad, Lady Blister se ve mucho mejor ahora que antes. Su gusto era terrible antes”, confesó sin vergüenza Lady Miller, “¿Será que cambió de diseñador?”.

Miré a Lady Miller y solo me encogí de hombros con una sonrisa.

“Dejé de escuchar palabras inútiles sobre mi ropa, así que me alegra verme mejor”, mantuve mi sonrisa, “recuerdo que Lady Rilley fue mi mayor influencia con mi anterior gusto de ropa”.

Y Aradia, entonces, fue la que recibió todas las miradas. No era muy difícil conseguir la corriente de la conversación.

Solo era comportarse bien con intenciones de burlarse de las demás.

He estado rodeada de tanta gente hipócrita que ya estoy acostumbrada a ser así.

“L-Lo mío solo fue una sugerencia, Lady Blister”, negó con sus manos, “después de todo, no somos tan cercanas..”

Mantuve el tenedor sobre el pastel que una de las criadas que estaba ahí había puesto enfrente de mi y solo quise reírme. ¿Todo este tiempo solo trataba de usarme?

¿Para qué? ¿Para ganar popularidad?

Corté un pedazo del pastel y respondí.

“¿De verdad, Lady Rilley? Según lo recordaba, usted y yo éramos mejores amigas”, murmuré falsamente sorprendida, obteniendo la atención de las demás.

Sé que es una mentirosa profesional. Me mintió toda la vida hasta el día de mi muerte, ¿qué puedo esperar de ella? Incluso se metió en mi matrimonio.

Quiero destruirla poco a poco, tal como ella hizo conmigo.

“Creo haber escuchado algo similar”, respondió Lady Ruth, “¿Es verdad lo que dice, Lady Blister?”

“Sí, digo la verdad. Lady Rilley me regaló estos aretes”, los toqué con mi mano, “salieron de la joyería de su familia”.

Llevé el pastel a mi boca, con mucho cuidado. Estaba delicioso, era de arándanos.

“A mi nunca me ha regalado nada, entonces, ¿se está burlando de su amiga?”, murmuró Lady Taylor, “Eso es terrible de su parte, Lady Rilley”.

“¡S-Solo fue una confusión! Iris es muy importante para mí, nunca le haría daño”, intentó arreglarlo, “lo de antes fue una mentira, ¡solo quería hacerle una broma!”

No había necesidad de decirlo. En el rostro de cada una de las invitadas se ve lo confundidas que están por las palabras y el cambio de actitud que tuvo Aradia delante de todas ante mi presencia.

“¿Una broma? Sabes, Lady Rilley... Siempre he dicho que detesto las bromas, nunca puedes saber cómo reaccionara la otra persona”, continué cortando el pequeño pastel, “Recuerdo que desde el primer momento, se lo dije”.

Realmente se había vuelto muy incómodo el ambiente desde mi llegada y esa no era mi intención. Así que, solté una pequeña risa atrayendo las miradas.

“Pero no deberían preocuparse mucho, no quiero arruinar la fiesta, ¿saben? Esa no es mi intención”, fui honesta.

“Claro, es lo que todos aquí quieren”, agregó Lady Ross, “pero me sorprende mucho algo sobre usted, Lady Blister”.

Miré a Lady Ross. Nunca supe cuál era su nombre verdadero, pero sé muy bien que influyó bastante en mi caída dentro de la sociedad. Bueno, no fue una gran caída, solo fue algo que todo el mundo esperaba sobre mi.

Se sospechaban tantas cosas sobre mi en el mundo social que esos rumores solo provocaron que me diera vergüenza salir a decir algo.

Porque sabía que, en parte, era cierto.

La supuesta relación de hermanos que existía entre los gemelos y yo era así de aterradora.

Todos al final terminaron creyendo que yo era la mujer más impura del Imperio por los sucios rumores que hablaban sobre mi y mis supuestos actos inmorales con mis hermanos mayores.

Coloqué con cuidado el tenedor a un lado del plato, esperando al comentario que me dijera esa mujer. En el pasado, ni siquiera sabría enfrentar este suceso.

“Sus modales han cambiado”, añadió, “Eso es un gran cambio”.

¿Tratan de arreglar lo que ya rompieron?

Son divertidas. De alguna manera, se siente como si no fuera nada a comparación de lo que era en mi vida pasada.

El día en que realmente deseé aprender etiqueta fue cuando conocí a la Duquesa Von Fontier. Ella era una mujer aterradora.

Todo ese momento lo fue.

De hecho, lo que estoy haciendo ahora mismo son cosas muy básicas de la etiqueta. Lo hice sin darme cuenta.

Ha sido todo un poco confuso aún.

“Sujetó su taza con tanta perfección que hasta a mi me sorprendió, ¿cómo lo hizo, Lady Blister?”, preguntó Lady Mckann.

“¡De seguro usó magia! Alguien tan torpe como ella, es imposible que aprenda tan rápido”, apuntó más emocionada por causar revuelo.

“Nadie puede mejorar tan rápido, ¿qué maestra le enseñó, Lady Blister?”, preguntó Lady Ruth.

Miré a Aradia de reojo, tal parece que ella pasó a ser el segundo plano en esta fiesta. Tal vez por un corto tiempo, pero sonreí con más intensidad. Aunque sean las mujeres más falsas que he conocido alguna vez, me encanta que abandonen a Aradia.

Quiero que todos la abandonen, tal como me sucedió a mi.

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