Capitulo 7.

Suspiré, tal parece que ya no sería necesario utilizar mi bendición.

Cedric dejó de toser, eso es bueno.

“¿Qué estás diciendo? Yo estoy feliz de estar aquí, Cedric”, murmuré más contenta.

Era una mentira. Toda mi actitud era una simple mentira. No quiero estar más aquí, deseo profundamente morir e irme de esta vida finalmente.

Pero teniendo sangre bendecida por Dios, estoy segura de que los milagros ocurren.

Me pregunto, ¿por qué Dios me dio una vida tan terrible como esta?

“No lo sé, solo fue una tontería”, se rió un poco.

Me separé de él, tratando de reírme también. Pero no sé hacerlo, jamás me he reído de verdad.

De hecho, nunca lo había pensado.

En toda mi vida, nunca fui feliz. Estoy tan acostumbrada a las miradas de odio, aún buscando algo de afecto, que creí que eso era la felicidad.

Incluso, el día de mi matrimonio.

Es horrible.

“Espero te mejores pronto, hermano”, sonreí.

“Gracias, Iris”, asintió.

Para cuando mis hermanos mueran, Cedric será más fuerte que ahora. Aunque esté decepcionada de él, sé que hizo lo posible para levantar a nuestra familia.

Me encantaría ver que esos eventos ocurrieran mucho antes. Quisiera que Archibald y Richard murieran ahora mismo, pero sé que pueden quedar pruebas de ello.

Solo tendré que esperar.

Tal como mi pronta muerte cuando consiga esas flores.

“Por cierto, hermano... ¿Puedo pedirte algo?”, murmuré.

Cuando mi hermano se mejore, él podrá ir a las reuniones habituales con el Emperador y la Iglesia.

Se supone que toda la familia Blister debe ir, pero como yo soy la menor, no puedo apartarme de Richard. No puedo conseguir por mí misma esas flores. En cambio, Cedric puede salir a cualquier lado.

Sé que no las obtendré ahora, pero puedo conseguirlas.

“Claro que sí, jamás has dicho que quieres algo. Eres libre de pedir lo que quieras”, agregó.

Lo miré, estaba dudando. Lo pude ver en mis manos, otra vez las movía ansiosa.

Estaba tan acostumbrada a hacer eso que sigo repitiendo lo mismo en esta vida.

“¿Puedes traerme semillas de Azalea?”, pregunté.

Agradezco mucho haber renacido en estos años. Para dentro de 5 años más, se descubrieron los efectos negativos de la Azalea. Actualmente, solo se usa como flor decorativa y en dos años, se usará para el consumo.

No provocó muchas muertes, más bien, la gente solo enfermaba.

Y entonces, se descubrió que era un veneno.

Es lo que quiero para poder morir en paz, sin ningún tipo de violencia o algo así. Estoy segura de que tardará un poco, pero valdrá la pena.

“¿Azalea? Si quieres, puedo pedirle a Richard que te traiga de esas flores”, sugirió.

¿A Richard?

“¿Por qué él? Digo..”, no supe qué más decir.

Aunque los odie con todo mi corazón, sigo teniendo un poco de miedo a lo que puedan hacerme.

“Tranquila. Richard traerá todo lo que tú pidas, y si pides de esas flores, él las traerá”, convenció.

Bueno, no lo había pensado así. Las Azaleas son muy difíciles de encontrar, de hecho, hay muy pocas cerca de la capital. Solo se encuentran cerca de los bosques, pero muy en lo profundo.

Estoy segura de que Cedric tardará en recuperarse y con eso, las flores llegarán más tarde.

Asentí, es una buena idea.

“Por favor, hermano. Pídele de esas flores y también, unas macetas, regaderas..”, continué diciéndole.

En el Palacio del Gran Duque, yo me encargaba de la jardinería del lugar. Normalmente, ayudaba al jardinero para cuidar de las plantas y por eso mismo estudiaba mucho para que todo fuera hermoso.

Quería llamar la atención de Arthur.

Pero solo pasó a ser mi trabajo habitual, lo único que Arthur dijo fue que no molestara y eso continuó hasta el día de mi muerte. Me pregunto, ¿él se habrá dado cuenta de mi falta?

Estoy segura de que no.

Jamás le importé a ese hombre. Es por eso, que nunca volveré a aceptar ese matrimonio.

Nunca más.

“Le diré todo eso a Richard. No te preocupes, le diré que estás ocupada estudiando para que no te moleste y te sientas más cómoda”, respondió.

Asentí. Estaba más agradecida por sus cuidados. En el pasado, nadie se había encargado de mí y solo era un juguete para Archibald y Richard, así que nunca supe lo que se sentía ser importante para alguien.

Aunque sea una promesa para mí abandonar a todo el mundo una vez dé mi último respiro, quiero soñar con un poco de cariño. Cedric está preocupado por mí, eso me gusta.

Se siente bien.

...****************...

La palabra "mujer tonta" era lo que más repetía Arthur cuando hablaba de mí.

Él siempre supo que yo no sabía leer ni escribir. Nunca le importaron mis sentimientos e incluso se negó a tener un solo heredero conmigo.

El único beso que nos dimos fue el día de nuestra boda.

Pero ese mismo día, nadie estaba feliz. Todos me veían con odio y la única persona que parecía un poco contenta era mi mejor amiga, la hija del Conde Rilley, seguramente porque estaba mirando lo encantador que se veía Arthur ese mismo día.

Sé que no debería envidiar a la que era mi mejor amiga, pero sé que debió pensar que yo fui una tonta porque fue capaz de meterse en medio de mi matrimonio. Incluso, aunque me hizo darme cuenta del terrible error que cometía, ella es una desgraciada. La odio también. Como detesto a Archie y Richard, la odio igual que ellos dos. Me quitó a mi esposo, pero también dañó mi honor como Gran Duquesa y mujer. ¿Quién se cree que es?

"¡Mi linda Iris!", exclamó saludando desde lejos.

De cierta manera, siempre me pregunté ¿cómo nunca vi las señales? Ella estaba ahí para aprovecharse de mí y cuando la invitaba a la mansión Eldham-en el pasado-, siempre había una excusa para irse antes.

¿De verdad cree que soy tan estúpida?

Miré a Ari, o mejor dicho, Aradia. Su nombre completo era Aradia Rilley, la belleza rosa del Conde Rilley. Tenía un cabello rojizo, parecido al de las rosas, y sus ojos, tan claros como los del cielo azul.

Tch. La odio.

Incluso se invitó sola a la mansión Blister. ¿Quién se cree que es? ¿Acaso ella no sabía de los castigos que me daba mi padre? Lo hacía todo a propósito.

Ya ha pasado una semana desde que hablé con Cedric y, bueno, ha sido muy tranquilo. Pero, evitando o no a mis dos hermanos mayores, sé que llegará el momento en que se den cuenta de lo que Cedric ha hecho todo este tiempo.

Él ha mentido todo lo posible para que nadie me moleste en mi habitación. Incluso escuché que pronto habrá un cambio de criadas dentro de la mansión. La criada que golpeé fue despedida tan pronto como fue posible. He hecho cambios muy pequeños, pero se notan. Lo único que realmente debería funcionar es que Arthur y yo jamás nos casemos. Estaría dispuesta a casarme con cualquier hombre, mientras no sea Arthur.

"¿Es normal verte así de sola? Recuerdo que siempre había una criada a tu lado...", murmuró curiosa.

Estoy segura de que en dos meses más, Aradia cumplirá los 15 años. Ese cumpleaños fue el peor que recuerdo. Incluso ella se atrevió a burlarse de mí, aún siendo mi mejor amiga. Creí que ella nunca sería capaz de hacerlo, pero ahora que lo pienso, ¿no siempre intentó hacerlo en esa fiesta? Quería dejarme en ridículo y para entonces, ya le había dicho que Arthur me interesaba. Fue en ese día en el que le dije que Arthur me gustaba mucho. Bleh. No me gustaría volver a su lado.

"Fue despedida, pronto llegará una nueva", respondí tomando el té que quedaba.

Se refería a Valentine, a Melody. Puede que también se tratara de Meredith. Cada una de ellas, siendo testigo o cómplice de lo sucedido, Cedric ha sido un gran intermediario porque han sido despedidas. Él ha quitado todos mis obstáculos, uno por uno, de esta mansión. Creo que también dijo que mantendría ocupados a Archibald y Richard en lo máximo posible.

"Sí, eso puedo ver...", respondió incómoda, sentándose frente a Iris.

¿Quizá fui muy directa? No tengo tiempo para ella.

"Entonces, ¿para qué vienes? No recibí ni una sola carta, así que fue una sorpresa", añadí.

No pensaba hablarle con la misma estupidez que en el pasado. Ella no merecía ser mi mejor amiga, ni siquiera deberíamos ser amigas.

Aunque ella posea un estatus superior al mío, quien tiene mayor influencia en la nobleza, soy yo. Mi sangre es mucho más fuerte que la de ella.

Es por eso que nunca debí aceptar que fuéramos amigas.

"¿De qué hablas? Soy tu amiga, todos en la mansión me conocen. Es normal que me dejen entrar sin preocupación, ¿no?", sonrió.

Parecía convencida de ese hecho. No quise responder más cosas, sería inútil y terminaría echándola de la mansión.

Ha sido así por varios años, de seguro llamaré la atención de los demás si hago algo en contra de Aradia.

"Entonces, quería invitarte a mi cumpleaños... Como invitada exclusiva por ser mi mejor amiga", extendió un pequeño sobre de color rosado.

Lo recibí sin muchos ánimos, después de todo, conozco todo lo que pasaría en esa fiesta. Fue una completa vergüenza para mí.

"¿Puedo asistir con mis hermanos?", pregunté.

En el pasado, creí que ir sola era lo mejor, pero ya vi los resultados. En cambio, podría asistir con Archibald.

"¿H-Hablas de Lord Richard y Lord Archibald? No lo sé, estará lleno de jóvenes de nuestra edad, no creo que sea divertido para ellos", murmuró pensándolo.

"¿Es así? Yo pienso lo contrario, aunque sean hombres, pueden encontrar una próxima esposa, ¿sabes? Según la ley Imperial, podemos casarnos desde los 16 años...", recordé.

Luego, comí un pequeño pastel que estaba encima de la mesa. No estaba acostumbrada a comer estos dulces, así que son muy deliciosos.

"Ellos no me gustan, solo quiero que vayas tú, Iris", espetó.

Estaba esperando esa respuesta. Recuerdo que Aradia siempre trató de imitarme o copiar mi manera de vestir, pero mis hermanos mayores siempre lo impidieron. Incluso, cuando quiso meterse conmigo cuando éramos más pequeñas.

Ellos evitaron que Aradia quisiera robarme mi lugar en la sociedad, hasta que murieron.

De todas formas, sigo odiando todo lo que hicieron.

"Veré si mi padre me permite ir, ¿sí? Pero aún no sé si iré a tu fiesta", murmuré.

Ella ya era aburrida. Se me hace muy insoportable.

"¿Está todo bien, Iris? ¡Oh, no me digas! ¿Estás enamorada...?", preguntó con una sonrisa.

¿Enamorada?

La miré a los ojos y después pensé en Arthur.

Él permanece en mi cabeza, en mi mente.

E incluso en mi corazón.

Estuve tanto tiempo enamorada de él que es el único hombre que aparece en mi mente cuando pienso en el amor. Es doloroso recordarlo. Duele tanto saber que en el futuro, Aradia lo tenía bajo sus pies y yo solo era una tonta e ingenua esposa abandonada.

"Claro que sí, en nuestro debut fuiste muy deslumbrante. ¡De seguro se trata del Joven Marqués Kendall! Él es muy guapo... O quizás, no me digas, el segundo hijo del Conde Stewart", comentó más emocionada que antes.

Sin embargo, solo me rendí.

No tenía caso seguir pensando en ese hombre. Haré todo lo posible para guardar ese hermoso momento de mi debut a su lado y hasta entonces, no volver a verlo en mi vida.

Lo odio, pero quisiera haber hecho lo posible para amarlo más.

"No hay nadie en mi corazón...", murmuré.

La mejor forma de avanzar ahora mismo es abandonar ese amor.

"¿Acaso se trata del Joven Duque Von Fontier...?", preguntó.

Miré hacia otro lado.

Amar a alguien que me odia no es nada fácil.

A su lado, sufrí más cosas de las que creí. Mi ilusión se rompió en miles de pedazos. Estaba tan cansada de solo recibir palabras de odio de él.

Pero aún así, estoy segura de que pude haber hecho más por él.

Él solo... Solo no me conocía lo suficiente.

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