Capitulo 6.

La oficina del Vizconde Blister era tétrica. Casi siempre que Cedric entraba ahí, un escalofrío recorría su espalda.

El vizconde era egoísta e hipócrita. No había forma de que él los quisiera en su vida.

Pero al menos, les dio un lugar donde dormir y comer. Era lo único que le agradecía a su padre.

La historia de ellos, era muy simple.

La única hija fuera del matrimonio era Iris. Su padre permitió que su propia madre muriera sola y creyendo que él estaría en sus últimos momentos. Sin embargo, eso jamás pasó.

Su padre merecía la peor suerte de todas.

“Entonces, Cedric. ¿Qué le sucedió a esa niña?”, preguntó sin despegar la mirada de sus papeles.

Tras dejar a Iris sola en su habitación, Cedric esperaba recibir cualquier pedido que su hermana le diera para evitar que esos dos se acercaran a ella. Esos golpes no provienen de alguien que es humano, eso dejaría una marca irreparable en Iris.

Debía detenerlo ahora.

“Iris solo le dio una lección a las criadas. Estaban hablando mal de Richard, y bueno, solo actuó”, mintió.

“¿Esa fue su razón para golpear a la criada?”, preguntó.

“Así es. También dijo que ya no le gusta su habitación, dice que... Se siente más cómoda a mi lado”, intentó mentir. Iris no le había dicho muchas cosas.

Pero si existía una forma de apartarla de mejor manera de la cercanía de los gemelos, era que estuviera al lado de su habitación. Iris era modesta y ordenada, ni siquiera sería una molestia.

“Es raro lo que dices, Cedric. ¿Iris no puedo decirlo por sí misma? Además, Richard y Archibald son los encargados de vigilar a esa niña”, rechazó su idea completamente.

Cedric desvió su mirada. Tenía que haber una manera más segura de convencer a su padre y mantener a salvo a Iris.

“Richard y Archie son los herederos, ¿no? Creo que serían más eficaces si disminuimos su trabajo... Aunque mi hermana no es una molestia, quiero ayudar a mis hermanos”, insistió.

Debía parecer determinado. Sería un rotundo no, si él parecía dudar de su decisión. Estaba claro que su padre adoraba ver los conflictos entre hermanos y con eso, encendería su emoción.

“Así que, te interesa Iris...”, murmuró levantándose de su silla.

Cedric prestó atención, su padre cerró las cortinas de la habitación dejando una enorme penumbra en medio de todo. Era aterrador.

Y entonces, se acercó hacia él. En medio de ello, sintió que aquello se encendió. Su padre le mostraría su habilidad.

“Cedric Blister, ¿estás interesado en el puesto de heredero? Recibiste una buena bendición, eres bueno en muchas cosas, pero... Hay algo en ti que falla”, murmuró y con ello, de su mano una chispa salió.

Algo tan simple como el maná bendecido por Dios, un poder que los Blister heredaron de sus antepasados.

“¡Uhg..!”, se quejó al sentir un fuerte dolor en su corazón.

Su padre poseía la bendición del rayo. De alguna manera, era capaz de influir potencialmente en el maná que fluía por el cuerpo de las personas y con ello, provocaba que todo se descontrolara dentro de su cuerpo.

Incluso, podía matar a una persona.

¡Blehg!

Escupió sangre y cayó de rodillas. Su padre no lo podría matar, estaba claro. Él poseía la divinidad de curación, aunque en menor medida.

Por las condiciones de su cuerpo y lo dañina que era su habilidad, él casi nunca podía utilizar su poder. Cuando era pequeño, fue muy descuidado y eso le atrajo muchos problemas en la actualidad.

“¿Lo ves? De verdad es decepcionante haberle dado la oportunidad de nacer a un niño tan débil”, despreció y luego, se dio la vuelta.

La habitación se iluminó, Cedric intentó levantarse pero no pudo. Tosió repetidas veces, dejando salir más sangre.

“Cumpliré el pedido de Iris, cambiarla de habitación estaría bien, pero ni pienses en ser su tutor. Eres demasiado débil para cuidar del tesoro”, tras eso, regresó a su puesto.

También estaba consciente de ese triste hecho. Su padre nunca consideró a Iris como una niña a la que cuidar como su hija. En realidad, ni siquiera la veía como una humana.

La veía como dinero de cambio.

En la mansión, todos estaban conscientes de ese hecho.

“S-Se lo agradezco, padre”, dijo con dificultad. Ya ni siquiera podía hablar.

“Llamaré al mayordomo. Ni siquiera puedes levantarte, ¿cómo crié un hijo tan inútil?”, se quejó una vez más con desprecio.

Él era insuficiente para proteger a Iris.

Eso era más que obvio y estaba consciente de eso. Sin embargo, sabía que encontraría la manera de evitar que esos dos la volvieran a tocar.

Le preocupaba mucho.

...****************...

Ha pasado una semana. Se siente extraño volver a la misma vida que en el pasado.

Pero espero que todo lo que Cedric haya dicho, haya funcionado. No he visto a mis hermanos mayores desde ese día y bueno, obtuve una nueva habitación.

Fue sorprendente. Volví a estar en el tercer piso de la mansión, pero ahora estoy al lado de mi hermano mayor, Cedric.

Aunque no ha venido a visitarme estos días, me enteré que volvió a enfermar. El cuerpo de Cedric es muy espontáneo y débil.

Él nunca puede exponerse demasiado al frío ni al calor. No puede hacer actividad física ni puede estar quieto. Realmente es muy complicado ser él.

A veces, en el pasado, pensaba en ayudarlo con mi habilidad. Pero estábamos muy lejos y siempre fui muy tímida en el pasado como para ofrecerle mi ayuda.

Además, todos creían que yo era la decepción de los Blister.

Si de la nada comenzaba a utilizar el don que me fue dado, todos creerían que era una bruja o estaba maldita.

Esta familia. La sociedad. Son despreciables.

“Debí esforzarme más, tal vez así hubiera llamado la atención de Arthur y él... Él me hubiese amado”, murmuré abrazando el cojín del diván.

Aún sigo pensando en él, incluso después de tomar esa decisión de morir.

Ya no soportaba esa vida, pero ahora, ¿qué tipo de oportunidad me ha dado Dios? Si tengo que cambiar mi camino, mis oportunidades todo para sobrevivir contra el destino cruel, ¿qué se supone que tengo que hacer?

Yo amo a Arthur, pero él no lo hace.

Sé que él jamás me va a amar como yo siempre quise. Fue un sueño sentir esas emociones, creí que jamás tendría esa oportunidad de experimentar un sentimiento así.

Aunque fuera el peor de todos, el matrimonio más triste y solitario, sé que Arthur estaba conmigo.

“Yo realmente te amo con todo mi corazón, Arthur”, susurré.

Esa vez, serían las últimas palabras de amor que le dedicaría a Arthur. Él nunca volverá a mi.

Si todo continúa de la forma que deseo, ni siquiera conseguiré llegar a la edad adulta. Mis recuerdos de esos 8 años de matrimonio fueron los peores, ahora debo abandonarlos.

No quiero volver a casarme con él.

Si nunca supo amarse a sí mismo, nunca me daría una sola palabra de amor.

Aún así, mi corazón no desea escuchar lo que yo pienso.

Suspiré, ya es hora de conseguir esas flores. Me encantaría volver a Arthur una vez más, antes de volver a tomar la decisión de morir, pero sé que será imposible.

Me levanté del diván y me acerqué a mi escritorio. Actualmente, esas flores son muy poco comunes alrededor del Imperio, solo los herbolarios y algunos médicos sabían sobre sus efectos en la gente.

Es normal que se beba té de algunas flores, dependiendo a qué flor corresponda se podrá beber. La flor que yo busco, si no hay ninguna interrupción en el consumo, me dará una muerte natural en tres años.

Es suficiente para mí.

Si todo ocurre tal como en el pasado, sin hacerme sufrir tanto, el matrimonio ocurrirá y para entonces, cuando hayan pasado tres años, podré morir. Nadie culpará a Arthur, ni a mi hermano Cedric y ni siquiera tendré problemas.

Es lo mejor. Aunque para entonces, puedo morir mucho antes. Mi cuerpo se volverá más débil, mi energía será menor y tendré mayores problemas de salud.

Prefiero que todos piensen que se trató de una muerte por enfermedad o una muerte natural, estoy segura que sobreviví porque todo fue muy violento. A Dios no le agradan las cosas violentas.

Estoy lista para morir, de eso no hay ni una sola duda.

Caminé hasta la puerta de mi habitación y salí de ella, en este piso de la mansión todo es más silencioso. Recuerdo que en el primer piso se puede escuchar todo el movimiento de los sirvientes, de todo lo que hablan y era más fácil para mis hermanos mayores encontrarme.

Ahora, será más complicado para ellos encontrarme.

Me dirigí a la habitación de al lado, ahí se encontraba mi hermano mayor, Cedric.

Quería pedirle que me diera semillas de la flor que estaba buscando, eso me ayudaría a cuidarla por mi misma y tener hojas ilimitadas.

Sé que si se lo pido a él, podré conseguirla. Mis hermanos mayores o mi padre, ni siquiera estarán interesados en darme algo.

Toqué su puerta, esperaba que él me dijera que pudiera pasar para no faltarle el respeto.

Me sorprende un poco que en el pasado, cuando me casé con Arthur haya aprendido todos los modales que necesitaba para ser una Duquesa y aquí, en la mansión Blister, jamás me dieron un solo tutor para aprender un poco.

Al menos, ya no los necesito. Sé todo lo que hay que saber, incluso aprendí a leer y escribir.

Ya nadie puede burlarse de mí por ser una tonta.

“Adelante”, se escuchó desde dentro.

Me pareció curioso. Su voz se oía débil, casi sin fuerzas.

Abrí la puerta dejándome ver la habitación de mi hermano mayor. Antes, en el pasado, nunca tuve la oportunidad de entrar a su habitación ni siquiera cuando terminó casado con su prometida.

Era extraño. Me sentía cercana a mi hermano Cedric.

“¿Hermano Cedric..?”, lo llamé al verlo en su cama.

Se veía enfermo, débil. Me pregunto de qué será su enfermedad esta vez. Sé muy bien que Cedric enfermó gravemente cuando cumplí 16 años y después, cuando se mejoró y se enteró que mis hermanos mayores murieron, mi padre fue a la cárcel y yo me casé, supe que decayó.

Fue demasiado el shock y bueno, su cuerpo quedó muy débil. La familia Blister estuvo al límite de ser desprestigiada.

Caminé hacia la cama de mi hermano, estaba curiosa respecto a esto. Me sorprende mucho la manera tan rápida en la que enfermó.

Los recuerdos de este tiempo están un poco pérdidos, mezclados por culpa del tiempo. Sin embargo, si mi memoria no falla, la última vez que enfermó fue hace unas dos semanas.

Antes de que yo volviera a este momento de mi vida.

“I-Iris, ¿cómo estás?”, intentó levantarse, pero fue imposible.

Vi a mi hermano y lo ayudé. Él debe seguir creyendo que sigo siendo una Iris parecida a la que Cedric recordaba. Quiero tener actitud, pero llamaría mucho la atención de los demás.

“Estoy mejor desde que fui cambiada de habitación, estoy cerca de ti”, asentí con una sonrisa inocente.

Debe seguir creyendo que estoy de su lado. Aunque el abuso de mis hermanos es real, quiero que él se dé cuenta desde antes lo ingenioso que puede ser.

No es por nada que en el futuro mi hermano Cedric, devolvió la gloria de los Blister.

“¿Es así? Me alegra que te sientas mejor”, habló con dificultad.

Me senté sobre la cama, cerca de él. De hecho, soy mucho más vieja que él ahora mismo. Mi apariencia es más joven, así que puedo entender que solo se hace el fuerte.

Si tan solo él se hubiera esforzado en ser un verdadero hermano para mí, nada habría terminado así.

Suspiré, solo dependo de mi misma ahora.

“Ha sido todo muy diferente en la mansión. Creo que las criadas han cambiado un poco, ¿pasó algo que no sepa, Cedric?”, pregunté con curiosidad.

Últimamente, las criadas no han tratado de hacerme nada. De hecho, me tratan un poco mejor que antes.

“Nuestro padre despidió a la criada que te molestó y...”, no pudo continuar porque tosió.

Al momento de toser, fue una tos muy fuerte. Me preocupó un poco, él realmente estaba enfermo. Probablemente, está haciendo lo posible para sostenerse ahora mismo.

“¿Estás bien? Si quieres, puedo llamar al médico”, le ofrecí.

“N-No, estoy bien, Iris. De verdad, te preocupas mucho. E-Eres muy amable”, murmuró, pero seguía tosiendo.

Maldición... De tanto toser, mi hermano Cedric dejó escupió sangre. No manchó nada más que su mano, pero estoy segura que algo más sucedió.

Desvié mi mirada, sé que mi hermano tiene la bendición de curación, pero es muy lenta.

Nadie puede saber cuál es mi bendición. Pude usarla cuando ya era muy tarde, pero ahora mismo, ya sé cómo utilizar de algo tan delicado como mi bendición.

En el pasado, estuve tan sola que nunca me descubrieron.

Me acerqué un poco a él y lo abracé.

“¿I-Iris?”, preguntó. Se oía extrañado.

Sabía que si seguía así, estaría obligada a llamar al mayordomo y mi hermano tendría que estar inconciente por quién sabe cuánto tiempo, pero perderé mi oportunidad.

En esta mansión, él es mi salvación para salir de este mundo.

“Por favor, Cedric... Considera mejor tu salud, puedes terminar peor”, hablé.

Quería concentrarme un poco, estoy segura que con esto activaría mi bendición.

Sin embargo, Cedric correspondió mi abrazo.

“Iris... Eres una muy buena hermanita, pero ¿sabes? A veces, pienso que estás muy triste”, respondió con cierta dificultad.

¿Triste?

Mi hermano Cedric ni siquiera sabe lo difícil que fue mi primera vida. Y ahora, debo volver a este sufrimiento en mi segunda vida.

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