Mi Libertad

Capítulo 7:Mi Libertad

...Macarena Palacios...

Soy Macarena Palacios y tengo 25 años recién cumplidos, antes de contarles como llegué hasta aquí primero deseo expresarles un poco de cómo fue mi infancia y mi adolescencia.

Viví todos estos años y en esta ciudad junto a mi abuela Petrona y a veces mi madre venía con nosotras a vivir unos días, luego cuando se hartaba de soportar a mi abuela, se marchaba de la casa sin decir ni adiós.

Nunca conocí a mi padre,pero por los dichos de mi madre el es un desgraciado que nunca deseo hacerse responsable de nosotras, en cierta parte lo entiendo. ¿Quién querría hacerse cargo de una drogadicta embarazada y todo lo que eso conlleva?Por eso aunque no lo conozco,tampoco lo culpo

En fin, crecer sin padres presentes me afectó, sobre todo cuando en la escuela primaria los actos escolares son frecuentes, yo no tenía a ningún padre que asistiera, y mi abuela hacía lo posible para no faltar,pero su trabajo varias veces le impedía venir.

Los años pasaron y la escuela dejó de interesarme, prefería salir con amigas que leer estúpidos libros o aguantar el humor de los profesores y esto generó un problema entre mi abuela y yo. Ella me repetía una y otra vez que debía terminar la escuela y encontrar un buen empleo para no terminar como mi madre pero hice lo que quise.

...Tal vez si pudiera volver el tiempo atrás lo haría sin ninguna duda,pero no puedo hacerlo, y ahora estoy sufriendo las consecuencias....

A mis 16 años tuve la peor pelea de mi vida con mi abuela, porque me dejó en claro si quería dinero para salir de fiestas debía ganármelo trabajando, esto genero una brecha entre nosotras ¿Como podía una adolescente como yo trabajar? Nadie me contrataría y con esta absurda excusa creí que había ganado la pelea con mi abuela,pero sorprendentemente una semana después ella me aviso que el lunes debía presentarme a trabajar como mesera en una pequeña cafetería donde no se necesitaba tener los estudios secundarios completos,pero si buena presencia y ser rápida con los números. No necesite tampoco hacer la entrevista, ya que el dueño del lugar le confesó a mi abuela que necesitaba una mesera para salir del paso y así fue como el lunes muy temprano en la mañana comencé a trabajar.

Al principio me costó adaptarme a mi nueva rutina,pero durante esos 2 años me gané la confianza del dueño de la cafetería y también atraje mucha clientela.

Comencé a sentirme muy bien al momento de recibir mi paga, y aunque no era mucho, podía ayudar a mi abuela con los gastos de la casa y comprar nuevos electrodomésticos y en algunos casos ropa bonita para ambas.

Cuando creí que mi vida empezaba a tomar un buen rumbo, todo cambio cuando una mañana como cualquier otra mientras trabajaba recibí la llamada de alguien que me avisaba desde del hospital Central que mi abuela se desmayó en su trabajo y que fue traída hasta allí para realizarse estudios.

Por obvias razones, el dueño de la cafetería me dejó salir del trabajo mucho más temprano de lo normal y me tomé un taxi directo al hospital.

La noticia de que ella necesita quimioterapia no le impacto tanto como a mí si y luego de permanecer varios días en el hospital, mi abuela decidió darse el alta ella misma aprovechando que yo no estaba en ese momento para impedírselo. Nuestra vecina de la edad más o menos de mi abuela fue quien me llamó para avisarme de esto, ya que vio a esta escurridiza anciana entrando a la casa aún con su bata del hospital colocada.

Nuevamente tuve que hablar con mi jefe para que me deje salir, y cuando llegué a casa y la encontré sentada en su sillón favorito tejiendo le grité de tal forma que discutimos, otra vez. Siendo honesta estoy negada a la idea de perderla, y ella al conocerme tan bien decidió sincerarse conmigo

-Maca, mi Maca, dejaste de ser una niña hace mucho tiempo, ahora eres una mujer adulta que sabe como solventarse por sí misma,no eres como tu madre,eres diferente y especial,y se que eres consciente que no viviré para siempre. Quiero que me comprendas, que entiendas que si me escape de allí es porque no quiero pasar los últimos días de mi vida en una cama de hospital, no, eso no es lo que esta pobre anciana quiere, deseo, anhelo estar aquí, en mi hogar, junto a mi niña preciosa.

Ese día fue la primera vez en mucho tiempo que la abracé con todas mis fuerzas. Llore como nunca y aunque no se lo dije en ese momento, me propuse a conseguir el dinero para su tratamiento.

Sé que mi abuela no desea morir y solo se rehúsa al tratamiento debido al costo que este posee,pero de alguna forma lo conseguiremos, lo sé.Me limité a trabajar en la cafetería,pero cuando la vida de alguien a quien quieres está en tus manos, no tienes tal tiempo, es por eso que hablando con una de mis compañeras me aconsejó a concretar encuentros con desconocidos a través de una aplicación, según ella, la paga es buena.

Al ingresar a la aplicación tuve que hacerme un perfil pero con datos inexistentes, y así fue como me utilice el pseudónimo de Luna Martínez.

La primera vez siempre es difícil,pero después me acostumbré a este estilo de vida, mientras que en el día era Palacios Macarena, la nieta que trabajaba incansablemente como camarera y de vez en cuando salía a pasear junto a su abuela, de noche era Luna Martínez, la jovencita más aclamada por los clientes.

El tiempo pasó y con 22 años, logré juntar el dinero recaudado para el tratamiento de mi abuela quien ya dudada de la procedencia del dinero,pero me excuse diciéndole que el monto proviene de un préstamo que el banco mismo me concedió. Así fue como después de un año más de internación, la dura batalla contra el cáncer terminó, gracias a dios, a los médicos y la fuerza de voluntad que tenía mi abuela.

Por un tiempo estuve inactiva en la aplicación debido a que mi abuela aún se encontraba débil,pero el dinero comenzó a faltarnos, y no tuve otra opción que volver a esos rumbos. Sé que mi abuela intenta saber sobre mi vida nocturna,pero no se atreve a preguntarme lo cual es bueno porque no tengo la cara para decirle que su nieta se estuvo prostituyendo durante estos años.

A penas activé mi perfil,las miles de ofertas comenzaron a aparecer y aunque eran muchos,quien parece ser un viejo degenerado ofertó el triple por mí, y no tuve más remedio que aceptar su propuesta. Cuando recibí la transferencia, su nombre me pareció conocido...

...Cunnington Alberto......

Segundos después caí en cuenta de quien era, quien oferto por mí en la subasta virtual es nada más ni nada menos que el intendente de esta ciudad. Muchas señales de advertencia llegaron a mi cabeza,pero las deseché por completo, ya que ese dinero depositado nos sirve de mucho. Y así fue como acepte ser partícipe de esta locura.

Concretamos muchos encuentros mas después del primero,pero en distintos lugares para no llamar la atención.

En una de mis tantas salidas nocturnas, esperando a que el susodicho apareciera, fue cuando sentí que alguien me estaba observando, y si efectivamente al girar mi cabeza noté a un guapo hombre alejado unos cuantos metros de mí mirándome atentamente.

Levante mi copa y el hizo lo mismo,brindamos y luego lo veo poniendose de pie y acomodarse su traje de tres piezas de color negro.

De lejos podía sentir una tensión sexual entre nosotros sin siquiera habernos dicho una sola palabra,se que ese hombre quiere algo mas que compartir una copa conmigo y yo estoy dispuesta a todo.Pero sin esperármelo el susodicho llegó y me tomo del brazo con fuerza.Al parecer se dio cuenta que estuve a punto de ser raptada por ese macho.Una lástima, porque de verdad deseaba comer semejante especimen,pero sera en momento ya que mi mision del dia es dejarme manosear por este viejo.

Ambos nos fuimos al hotel y terminamos el encuentro, obviamente super insatisfecha,pero debía fingir que es el mejor amante para que la paga sea buena.Cuando llego el momento de irme y le pedi mi pago, el me dio menos de la mitad de lo acordado,obviamente comenzamos a discutir.Llego hasta amanezarme con sacarme con la gente de seguridad del hotel,pero fui mas lista y logre convencerlo en hacerlo de nuevo para calmar las aguas.

Por fin el viejo accedió bajo mis encantos femeninos y de luego una actuación majestuosa logre cansarlo y se durmió profundamente. Aproveche en tomar su teléfono y lo desbloquee usando su huella. En dos simples movimientos entré a su cuenta bancaria que tenía abierta, y me transferí mucho dinero a mi cuenta, fue una jugada muy arriesgada, y ahora me doy cuenta lo estúpida que fui pero como iba a saber que hacer esto me costaría mi libertad.

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