Joseph.

JOSEPH.

Mi infancia siempre fue horrible, mi hermana nunca se dio cuenta de nada, pero George siempre me golpeo desde pequeño, dejándome moretones por todo el cuerpo, era un terror cada que llegaba la noche, él siempre me sacaba de mi habitación para llevarme a otra donde el sonido no salía de ella, viviendo semana a semana un calvario, y solo le decía a mi hermana que me había caído de las escaleras, siempre fue mi excusa para las marcas y funcionaba, mi hermana siempre se preocupó por mí, pero siempre se conformaba con mi mentira.

Cada año era peor, siempre me culpaba de la muerte de mi madre, yo aún siendo un niño, no entendía a lo que se refería, pero conforme fui creciendo mi nana me dijo que mi madre tenía un mal congénito y al embarazarse nuevamente le traería muchos problemas hasta la muerte, pero ella me dijo que su mayor anhelo de mi madre era que mi hermana no estuviera sola y que hizo ese señor alejarme completamente de ella para no poderla ver.

Siempre tenía que fingir que todo estaba bien, cuando estaba junto a Serena, ella a pesar de que es mi hermana mayor siempre vivió en las nubes, siempre se dejó manipular y deslumbrar por George junto a maldito dinero, cuando yo tenía once y mi hermana dieciséis sin querer descubrí el amor enfermizo que le profesaba a mi hermana, él no solo la quería como un padre a su hija, sino algo más atroz y asqueroso.

Y al ser pillado escudriñando en esa habitación, volvió a golpearme y me llevó con la peor mentira, a un internado, eso jamás sucedió simplemente me cambió por dinero con un mafioso, sabía que era Italiano por su forma de hablar, me llevó con él teniendo miedo, temía por mi vida y estaba más que triste porque no volvería a ver a mi hermana y advertirle que se cuidara.

Cuando llegamos a Italia para ser precisos en Milán me llevaron de inmediato a trabajar empacando paquetes que en ese instante no sabía que era droga hasta semanas después, los años pasaron y aún tenía la esperanza de volver con mi hermana, no saber de ella y si él estaría bien me carcomía cada noche, donde todos mis pensamientos y recuerdos se hacían presentes para hacerme la mala jugada.

Hasta que un día por boca de uno de los que no cuestionaba, nos dio la noticia que el patrón Máximo Corleone había muerto a manos de un tal Villa, podía sentir mi libertad entre mis dedos con esa noticia, pero fue una ilusión simplemente, solo nos llevaron a Palermo para seguir trabajando para ese hombre.

Solo fui de mano en mano hasta que un día nos llevaron a todos a las afueras de la bodega, con el pretexto que el jefe vendría de visita, pero sentía que algo pasaría, no sé si bueno o malo, pero algo pasaría.

Mientras esperábamos bajo el sol, nos nombraban para saber que todos estábamos afuera, pero aquí yo no me llamaba Joseph, solo Lui sin apellido, vimos camionetas muy lujosas acercarse, mis compañeros y yo nos atemorizamos, cuando vimos descender de aquella camioneta a un hombre muy alto, corpulento y demasiado malencarado, él sabía que causaba terror en las personas, pero me fije que lo disfrutaba, ya que traía una estúpida sonrisa.

Viéndonos a todos detenidamente, le hizo señas a uno de los hombres y le entregaron la lista, pero en eso escuché que hablo de mí, estaba asustado pero si no decía nada no pasaría nada o ¿si?.

Lo vimos entrar a la bodega, no entendíamos que pasaba de verdad, solo espero que aun siga vivo como hasta hoy.

JOSEPH TUMBLER.

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