La Garantía.

SERENA.

Me levanto como todos los días, me arreglo para ir a la universidad bajo las escaleras y veo a mi nana tener mi desayuno listo.

- hola nana, buenos días.- la abrazo besando su frente.

- buenos días mi niña hermosa, siéntate para que desayunes- asentí sentándome de inmediato.

Mientras desayunaba, veo bajar a papá con su cara de preocupación al verme solo sonríe tan forzadamente que hoy más que nunca está muy extraño y ¿nervioso?, siento como si algo le preocupara, pero obvio nunca le preguntaría puedo estar segura que son problemas por su trabajo.

Se sentó aún lado de mi y desayuno en total silencio sin decirme nada ni mucho menos saludarme, al terminar solo me levanto le doy un beso en la mejilla y me voy, el chófer ya estaba esperándome con la puerta abierta de la camioneta.

Subí y de inmediato se puso en marcha, todo el camino admire la naturaleza por la ventanilla ya que nuestra casa está a las afueras de la ciudad, después de una hora de camino llegamos, al bajar solo camine hasta el salón bajo la mirada de todos.

Al sentarme comenzaron las clases transcurriendo la mañana con calma, pero en la última clase que tomaría me mandaron llamar a la oficina del decano, camine por los pasillos solitarios ya que aún estaban en clase, al llegar toque y de inmediato una voz muy rasposa me indicó que pasara.

Al abrir me di cuenta que estaba el concejo estudiantil, el rector de la universidad junto al decano, no entendía que estaba ocurriendo por que aunque pareciera extraño no había provocado nada toda esta semana.

- buenos días señorita Tumbler, se preguntara por que la hemos llamado- asentí sentándome donde me indico el rector.- por ordenes de su padre hoy la daremos de baja en la universidad.

Me quedé más que sorprendida por lo que acababan de decir, me levante demasiado furiosa señalándolos a todos.

- esos son más que mentiras, ustedes quieren echarme, pero sé arrepentirán mi papi los hará pagar por su falta hacia mí- negaban con fastidio.

- señorita solo son indicaciones de su padre, nosotros no sabemos la razón del porqué la saca de la universidad- reí a carcajadas pero a no tener que decir más salí aún furiosa de la oficina.

Tenía que tranquilizarme primero decidí caminar por un parque cerca de la universidad, pero cada paso que daba me sentía más que vigilada, en dos ocasiones gire para ver de quien se trataba, pero estaba tan solitario que yo era la única a esa hora en el pequeño parque.

Decidí mejor regresar a la universidad a esperar al chófer, pero las dos calles que camine nunca dejé de sentir esa horrible sensación de ser perseguida, al llegar espere unos largos minutos hasta que vi la camioneta, sin esperar a que me abrieran la puerta solo subí.

Y como lo que siempre hago me perdí en mi celular, sin darme cuenta que Jose no era el que manejaba, comencé a sentir que aumentaban la velocidad y el sonido de los seguros de la puerta ponerse, bloquee mi celular y al levantar la mirada, era un hombre alto de cabello rojo, me quedé en silencio por el asombro intentando abrir la puerta, pero caía en cuenta que los seguros los traía activados.

- ¿quién eres?, ¿dónde está Jose?, detente imbécil- al no obtener respuesta a mis preguntas y al ver que no era el mismo camino, comencé a golpearlo como podía.

Pero de un solo movimiento me aventó al asiento sacando un arma apuntándome, la sangre me abandono por un instante estando aterrorizada.

- cállate rubia hueca- llámenlo supervivencia o terror pero solo asentí con mis ojos cristalizados.

- el patrón estará más que encantado con su nuevo juguete- al escuchar una voz tras de mí intente moverme, pero me agarro de los brazos.

- ¡suéltame!, quita tus asquerosas manos de mí- lo escucho carcajearse, sus dedos juegan entre mi cabello- no me toques gato de mierda- me agarra del cabello tan fuerte que me hace quejarme.

- a mí no me gritas estúpida- y solo sentí un golpe en mi nuca perdiendo el conocimiento.

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ELIO.

El viejo estúpido pensó que ganaría en uno de mis casinos, pero a que grado llega la gente, por un juego perder todo hasta tu propia sangre.

A mí nunca me ha gustado aceptar ese tipo de garantías pero al investigarlo y conocer en foto a su hermosa hija, acepte de inmediato prestándole dos millones, sé que es una suma demasiado fuerte, pero sabía que él no conseguiría ni ganar, ni mucho menos pagar, con que; si ya perdió muchas propiedades solo por hacerle caso a Sonia, la mujer más arribista y vividora que e conocido.

A solo unas horas de que se cumpla el plazo, este hombre me tiene más que irritado con sus estúpidas súplicas, yo soy hombre de palabra y le dije que solo una semana tendrá para qué pagará si no iría por mi garantía, en estos momentos la mantienen vigilada, sabía que el hombre intentaría jugármela, sacándola de la universidad.

Pero yo siempre iré un paso o dos más adelante que los demás, mis hombres interceptaron al hombre que iría por ella pensé que tendrían problemas, pero fue tan fácil que ya la traen y por fin la podré conocer en persona y saber si en realidad es así de hermosa.

Veo llegar la camioneta, camino hasta con ellos, veo a Leo y trae el rostro arañado, por lo que veo es una gata salvaje que pronto será más que domesticada.

- patrón aquí está su encomienda- asentí viendo que la traen desmayada.

- está bien, súbanla a la habitación y espósenla- asintieron y entraron a la casa.

Salí de mi mansión para visitar al querido George, íbamos a toda velocidad hasta llegar a su casa, al bajar mis hombres abrieron la puerta viendo maletas en la entrada en eso venía bajando rápido.

- hola querido amigo, ¿has conseguido mi dinero?- él negaba más que nervioso.

- dame unos días más, estoy por completar tu dinero- chisto con mis dientes negando, acercándome a él.

- sabes las reglas George y tu plazo a terminado- apunto a las maletas- pretendías escapar.

- no, no, n- lo interrumpo dándole unas palmadas en su hombro.

- si quieres viajar adelante eres libre, pero la garantía está conmigo- veo sorprenderse le hago señas a mis hombres, mientras destruyen lo poco que tiene camino a la salida- no te preocupes, conmigo estará mejor tu hermosa hija.

Y salgo de ese lugar, subo a mi camioneta para ir a mi mansión y prepararnos para el viaje que pronto regresaré a mi bella Sicilia.

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