No puedo ni decir su nombre

Camilo Lanster intentaba dar con el paradero de su aún esposa. Hacía ya dos días que había desaparecido y no podía encontrarla. No sabía nada de ella luego de la caída "accidental" que tuvo.

¡Maldición! ¿Dónde estas Fiorella? gritaba furioso mientras tiraba todo lo que encontraba en su camino.

¿Qué te pasa Milo? ¿Por qué te pones de esa manera? Crista estaba un poco molesta, sabía que él se encontraba de esa manera por la desaparición repentina de esa mujer. Maldecía la hora en que ella se había salvado.

Fiorella no aparece por ningún lado, no está en otros hospitales, ni siquiera aparece su cuerpo tirado en la calle

Pero que importa eso, mejor que ya no sepamos de ella, después hacemos que la declaren muerta y listo, problema resuelto para ella todo era simple. Sabía que Camilo tenía dinero y que el dinero solucionaba, según su óptica, todos los problemas.

Si puede ser... No sé que le voy a decir a mi abuela si llama, o cuando llame tenía el rostro desfigurado por el enojo y la frustración que le produce no encontrar  a su esposa.

Desde que cayó por las escaleras, él no acepta que la empujó, desde que cayó tiene grabada la imagen de ella ensangrentada, desmayada por el golpe. Luego cuando estuvo en el hospital la vio tan frágil, tan vulnerable. Un sentimiento extraño se ha instalado en su pecho, algo que no sabe bien qué es pero está ahí. Será la culpa. Debió dejar a alguno de sus hombres cuidándola, pero nunca imaginó que desaparecería de esa manera. Esta consternado, todo ocurrió tan rápido, no pudo reaccionar de ninguna manera. No sabe bien qué es lo que le ocurre pero siente que algo de todo lo que está pasando no está bien.

Ahora mismo no tiene ganas de lidiar con nada de lo que está ocurriendo, todo se ha descontrolado en su vida y no sabe de qué manera poner nuevamente todo en orden.

Debe comunicarse con la abuela, la mujer no sabe que su esposa ha desaparecido y teme que en cuanto se entere se desate la tercera guerra mundial. La mujer mayor es de temer, no es ninguna carmelita descalza, muy por el contrario puede ser el mismo diablo cuando se siente enfadada.

Ablando de diablos, el mismísimo Dios del inframundo se encuentra acostado junto a su dulce colibrí cuidando su sueño. La pequeña se remueve entre quejidos. El dolor en su cuerpo ha podido ceder un poco, pero sigue siendo muy fuerte. Tan solo han pasado diez días desde su terrible caída, cinco de los cuales no pudo estar con ella porque no sabía lo que le había ocurrido.

¡No! dijo gritando entre sueños la hermosa criatura que se encontraba aún con la cabeza vendada, y en parte amoratada.

Ella abrió lentamente sus ojitos dulces, movió suavemente sus pestañas mientras se acostumbraba a la luz. Estaba visiblemente asustada y desconcertada cuando sintió unos fuertes brazos que la envolvieron por completo.

Shhh...   Emmett la mecía como un bebé mientras con su dulce sonido trataba de calmar el adolorido y asustado corazón de la niña que tenía en sus brazos.

Duerme tranquila mi pequeña, ya todo terminó, yo estoy a tu lado y ya nadie puede hacerte daño Se preguntaba cuánto es lo que había sufrido en su tortuoso matrimonio, y continuaba reprochándose por no darse cuenta de lo que le estaba pasando a la niña de sus ojos.

Ella sollozaba en silencio mientras que volvía a dormir. Los ojos del guapo hombre se habían oscurecido del odio que sentía, solo debía esperar un poco más, cuando ella fuera dada de alta él comenzaría a mover sus fichas y dejaría a Hades suelto para que cobrara cada lágrima que cayó de sus preciosos ojitos.

Un nuevo día había comenzado. En el hospital Emmett le daba de comer a Fiorella. Ella habría su pequeña boquita mientras que él llevaba la cuchara hasta allí. La mimaba y la cuidaba como siempre había hecho, como nunca debió dejar de hacerlo.

Desde el sofá que estaba en la habitación Basil miraba la interacción curioso. Esos hijos suyos eran tan especiales. Aún no había podido hablar con el mayor, pero necesitaba hacerlo cuanto antes. Hay cosas que deben discutir, y otras tantas que tienen que solucionar lo antes posible. El tiempo corre y ellos se deben anticipar a todos los acontecimientos.

_ Fiore, pequeña, llamé a Bianca y a Lucía, ellas en cualquier momento ent... _las palabras del hombre se quedaron en su garganta cuando se hoyó que la puerta era abierta y por ella entraban dos revoltosas jovencitas que gritaban conmocionadas por lo que estaban viendo.

¡Mi Dios Fi! ¿Qué es lo que te ha pasado?, ¡Vamos Lu, debemos romperle la cara al bastardo que se atrevió a lastimar a nuestra Fi! vociferaba una enfurecida Bianca.

¡Lo haremos puré! contestó Lucía levantando su puño como dando un golpe al aire.

Todos los presentes comenzaron a reír de las ocurrencias de estas dos hermosas niñas.

Ellas son la mejores amigas de Fiorella. Son unas hermosas mellizas de cabello oscuro coma la noche, pero piel blanca como la nieve. Por eso el nombre de una de ellas, fue la primera en nacer, y lo primero que su amado padre vio era una niña bellísima con una piel sumamente blanca a pesar de ser recién nacida. Ellas son las hijas de uno de los empresarios más prominentes de toda la región. Pertenecían al mismo círculo social que los Meyer y habían crecido junto a la pelirroja y su familia.

Tranquilas guerreras, ya habrá tiempo para cobrarse todo, por ahora relájense y cuiden de mi colibrí las instó Emmett, que sabía que debía ir con su padre. Había visto la manera en que lo miraba y lo conocía lo suficiente como para saber que tenían mucho que decirse, y también mucho de que hablar. Dejó un beso en la frente de su hermanita y se encaminó a la puerta a esperar a su padre.

Hija, con tu hermano vamos a salir un momento, tenemos algunos asuntos que atender de la empresa ella dio un asentimiento con su cabecita colorada, mientras el apuesto hombre mayor salía de la habitación.

Bueno es hora de hablar le dijo Bianca entrecerrando los ojos, las hermanas sabían que había algo muy turbio que sobre su amiga que ellas ni nadie sabían.

Yo..., estoy tan triste y apenada por todo, lamento hacerlos preocupar por mi estupidez, por creer que algún hombre podría amarme expreso suavecito con la cabeza gacha y dejando salir unas lagrimitas que recorrieron su delicada carita.

Las dos hermanas se miraron asombradas, con la boca abierta y los ojos grandes de tan abiertos que los tenían por lo que habían escuchado.

¿Estas loca? ¿De qué estas hablando? No te entiendo grito Lucía con horror, lo que su amiga decía no tenía sentido. Ella era la niña más linda de todo el mundo, todos en su círculo estaban enamorados de ella de alguna manera. No podía entenderla.

Fiorella ¿Te enamoraste de alguien que no te correspondió? preguntó Bianca, quién parecía entender un poco mejor a su amiga.

La pelirroja la miró con un poco de miedo, ella no podía decir su verdad, eso era algo imposible, se limitó a asentir sin despegar sus rosados labios para emitir ninguna palabra.

¿Puedes decirnos quién es el imbécil que se atrevió a rechazarte? interrogó esta vez Lucía, que se sentía complicada, un rechazo no era el fin del mundo después de todo. Su amiga era muy dramática.

Fiorella miró a ambas chicas y negó con la cabeza.

Yo...no puedo siquiera pronunciar su nombre. Me fui porque quería olvidarlo y seguir con mi vida, y tuve la mala suerte de caer en las garras de ese bastardo su semblante había cambiado, la dulzura había cedido su lugar entrando en ella el odio y el rencor que comenzaba a sentir por Camilo. Sus ojos se tornaron oscuros, parecía que se había transformado en otra persona.

Unos días recibiendo el amor y la atención de su familia le habían devuelto un poco de su antigua esencia, había podido comprender que quizá ella no era el problema, que tal vez, solo tal vez, si merecía ser amada. Solo era que él no podía amarla como deseaba, solo eso, justamente eso es lo que la atormentaba.

Saben, creo que me aferré a una ilusión de amor. A pensar en que podía recibir de Camilo lo que esa persona no me dio. Ya ni siquiera sé si ame al bastardo o no ¿Piensan que lo amo, o que lo amé? su miraba se encontraba perdida en algún punto de la habitación, estaba tratando de encontrarse con sus propios sentimientos.

No lo se amiga, es difícil de saber lo que solo existe en tu corazón, creo que la respuesta a esa pregunta solo la tienes tu reflexionó Bianca, tomando dulcemente la mano de Fiorella. Su amiga estaba sufriendo terriblemente, quizá sus últimos dos años fueron un verdadero infierno, pero era joven y debía dar vuelta la página y seguir adelante.

Bueno, es hora de que te contemos de todo lo que te has perdido este último tiempo, tenemos muchos jugosos chismes que se que te encantarán soltó Lucía de repente, sabe que su amiga aún sufre y hay que sacarlo del círculo vicioso de autodesprecio y dolor en el que ella misma se colocó.

Las palabras pueden construir y destruir, hace un poco más de dos años unas palabras fueron las causantes del poso de desesperación y dolor en el que se vio envuelta, destruyendo por completo su frágil vida, aunque entendía cada cosa dicha por el otro, no dejaba de doler profundamente. Ahora, otras palabras, dichas por la misma boca, pero en sentido contrario, podrían ayudarla a superar todo lo ocurrido para comenzar por fin a construir una historia juntos.

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