CAPITULO 16. ELLOS SON MIS HIJOS.

Nil la miraba dando órdenes a las enfermeras, estaban subiendo a la mujer a una camilla y ella daba las últimas órdenes para que la llevara hacer unos estudios, por último ordeno llamar a un médico; él mira cómo se iba a dar media vuelta, iba a ver hacia donde estaba él, eso lo lleno de ansiedad, de miedo, inconscientemente se mueve del lugar y se esconde detrás de uno de los pilares que estaban ahí, su corazón palpitaba aceleradamente, su respiración se entrecortaba, pero lo más extraño era que una embriagadora felicidad lo estaba invadiendo, tanto que lo hizo sonreír.

Nil se escondía de ella y se quedó mirándola a lo lejos, la observo de pies a cabeza, podía ver su uniforme desgastado del hospital, era un pantalón de color azul marino, una playera de manga corta del mismo color, bajo esa playera traía una blusa color blanca de manga larga, unos tenis blancos desgastados y encima su bata blanda de médico; al verla algo le molestaba, su ropa se miraba tan desgastada, aunque se miraba hermosa, podía ver sus enormes ojeras, su cansancio y eso le molesto.

Cuando la miro entrar a uno de los consultorios, él se acerca a uno da las enfermeras y con una voz sería casi amenazante le dice.

· Dime ¿Cuánto tiene la doctora Sahara trabajando aquí?

La enfermera se sintió incómoda con Nil, hasta el punto de sentir algo de miedo y de manera insegura le dice.

· Ella tiene como 7 años, ¡señor!

Nil sonríe feliz de que ella lograra sus proyectos y se convirtiera en doctora; se dio media vuelta y regreso a la oficina del director general, al entrar de manera exigente, con esa voz imponente le dice.

· Háblame de la doctora Sahara, quiero saber todo lo que sepas de ella y lo más explícito.

Penny se le quedó mirando sorprendida, pero lo miraba tan ansioso y alterado, que en ese momento prefirió quedarse cayada; Nil estaba alterado y al ver que el director general no le contestaba, alterado le grita.

· Que no escuchaste, respóndeme lo que te pregunte, háblame de la doctora Sahara.

El director general al verlo tan alterado se puso nervioso y con su voz insegura le dice.

· amo Nil, yo solo puedo decirle que ella trabaja aquí desde hace 7 años, usted fue quien la recomendó y nos ordenó que le diéramos el trabajo de médico pasante; su trabajador Carlos se ha estado comunicando con nosotros para establecer su trabajo. Ella no ha podido pagar su título, tiene tantos gastos y obligaciones con sus hijos, que todo se va en ellos; pero ella es un excelente médico, los pacientes están muy bien atendidos, la quieren mucho y siempre es la primera que piden, amo Nil, ¿hay algún problema?

Nil se quedó en la parte de sus hijos, eso lo hizo sentir molesto, pensando que ella estaba casada, esa posibilidad no le gustó nada; contrajo su quijada, con su voz molesta y amenazante dice.

· Sahara, ¿está casada? ¿Cuántos años tiene de casada? ¿Quién ese el hombre?

El médico no entendía sus preguntas y solo lo hacían sentir más inseguro, más temeroso de verlo tan alterado, con su voz temblorosa, inseguro le dice.

· Amo Nil, ella no está casada, es madre soltera, se dicen cosas feas de ella, pero la ginecóloga Mariela es quien la conoce mejor, ella puede darle mejor información.

Nil lo miraba con una frialdad y con su voz molesta dice.

· ¿Quién es Mariela?

El director general, con cada pregunta que le hacía se ponía más tenso, empezaba a sudar frío, inseguro le contesta.

· Amo Nil, ella es otra de las que usted acomodó, por medio de su trabajador Carlos, por favor pregúntele a ella, es la mejor amiga de la pasante de medicina Sahara.

Nil tenía un extraño presentimiento con los pequeños, no entendía por qué, de forma insegura pregunta.

· ¿Qué edad tienen sus hijos?

El director general con una voz temblorosa contesto.

· Amo Nil, no estoy seguro, pero hasta donde sé, sus pequeños tienen 6 años, son gemelos y es por eso que los malos rumores se expandieron por el hospital.

Nil se puso pálido al escuchar la edad de los pequeños, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, se estremeció al pensar en esos pequeños, en ese momento escucho la voz de Penny exclamando una palabrota y él se dio cuenta de que ella también pensaba lo mismo, la misma idea estaba cruzando por su cabeza, esos pequeños podrían ser sus hijos, estaba tratando de recordar, de lo que hizo esa noche y por más que pensaba, no recordaba haber usado protección, con su voz tensa dice.

· Penny, márcale a Carlos, dile que lo miro en el hotel en este momento y tú, será mejor que esto no se lo digas a nadie, no quiero que ella se entere de que estuve preguntando por ella o mejor dicho no quiero que ella sepa de mí, lo entiendes ¿verdad?

El director general no entendía lo que pasaba, pero lo que si podía ver era lo amenazante que se miraba Nil, el miedo que sentía con solo mirarlo era suficiente para hacerlo que le ordenaba; no podía despegarle la mirada, en ese momento con su voz insegura le dice.

· Amo Nil, no tiene que preocuparse, yo no pienso decir nada de lo que hablamos aquí.

Nil se dio media vuelta y Penny lo siguió, quería preguntarle sobre Sahara, pero lo miraba tan alterado que prefirió guardar silencio; Penny le mandó un mensaje a Carlos, para que se fuera al hotel en ese momento. Los dos regresaron en silencio, Nil no le dijo nada, solo estaba ansioso, quería estar frente a Carlos, saber ¿Qué demonios había pasado con Sahara en esos años?, estaba que no podía con su ansiedad, pero sobre todo con una extraña culpa, un dolor punzante estaba en su pecho, que lo tenía alterado; Penny se moría por saber lo que había pasado, pero lo miraba tan molesto, alterado, que mejor se quedó cayada, pensó en esperar hasta que llegara Carlos, ahí se iba a enterar de qué demonios estaba pasando.

Llegaron al hotel, se fueron directo a su habitación, Nil estuvo dando vueltas en círculos, estaba desesperado porque Carlos no llegaba, en más de una ocasión le marco para saber su tiempo de llegada; Carlos llego 30 minutos después de que ellos llegaron, en cuanto entro a la habitación, escucho la voz severa y aletada de Nil.

· Dime lo que sabes de la doctora Sahara y de sus pequeños, quiero que me digas todo lo que sepas, aunque sea insignificante, yo lo quiero saber.

Carlos al verlo se puso nerviosa, parecía una bestia enjaulada, un demonio enfurecido, inseguro empezó a decir.

· Amo Nil, acaso ¿hice algo mal?, Sahara ¿lo molesto con algo?

Nil lo miraba enfurecido y sus tontas preguntas solo lo molestaban más, deseaba golpearlo, porque no le contestaba, pero tenía que calmarse, con una voz tensa le dice.

· Carlos, solo contesta con lo que te estoy preguntando, no me molestes más de lo que ya estoy, en este momento no tengo paciencia, solo habla maldita sea.

Carlos se puso nervioso voltea a ver a Penny y ella le indica con un movimiento de cabeza de que contestara; trago saliva, se sentía muy nervioso, sentía que tenía que pensar muy bien lo que iba a decir y con su voz nerviosa empezó hablar.

· Amo Nil, lo que yo se es lo que mi amiga me dijo, hace 7 años más o menos, ella iba a ser despedida injustamente del hospital, uno de los médicos la estaba acosando, porque lo rechazo; no sé si recuerde que le pedí el favor y usted me dijo que si, hasta donde yo sé ella a hecho un buen trabajo, no ha hecho nada mal. Amo Nil, ella hizo algo que lo molestara, dígamelo, yo me encargaré de ponerla en su lugar y le pido disculpas, yo creí en mi amiga, pensé que todo estaba bien con ella; solo dígame lo que paso, para poder ponerle un alto.

Nil furioso, casi gritándole desesperado, le dice.

· Carlos, dime ¿Qué edad tienen los pequeños?

Carlos no entendía lo que pasaba y con su voz insegura le dice.

· Amo Nil, sus pequeños tienen 6 años, yo le he mostrado sus fotos, desde el día que nacieron, si lo recuerda, son las fotos que le pase.

Nil sonrió nerviosamente, no podía creer lo que escuchaba, sin saberlo, él siempre supo de los pequeños; inseguro y nerviosamente dice.

· Carlos, ella ¿está casada?

Carlo sentía que estaba extraño y de manera insegura respondió.

· Amo Nil, ella es madre soltera, hasta donde yo sé, su vida ha sido complicada y difícil; mi amiga Mariela me contó, que ella solo se dedica a su trabajo y sus hijos, no sale, no convive con nadie, solo está para sus hijos. Amo Nil, lo que más me sorprende de su historia, es que nunca ha renegado de sus pequeños, ella los ama y ha dado toda su vida por ellos; amo, si usted conociera a esos gemelos son increíblemente lindos, sobre todo la niña, ella es muy lista para la edad que tiene, hoy estuve jugando con ellos y me dejaron enamorados.

Nil al escuchar eso lo toma del brazo y le dice.

· Quiero conocerlos, llévame con tu amiga.

Penny puso una enorme sonrisa y con su voz ansiosa dijo.

· Nil, esos pequeños, podrían ser el resultado de…

Nil pone una enorme sonrisa y le contesta.

· Eso mismo pienso y tengo que saberlo, pero primero necesito saber qué ha pasado con ella en estos años, necesito saber ¿Por qué no me busco? ¿Por qué no me dijo nada?, ya no puedo esperar más; Carlos, llévame a donde están los pequeños y no dirás quién soy, solo que soy un amigo tuyo. Penny, tú investiga la vida de Sahara, quiero saber que ha hecho estos 7 años, quiero saber todo.

Nil empezó a caminar a la puerta y Carlos lo siguió, aunque no entendía nada de lo que pasaba, sentía miedo por los pequeños, no entendía por qué tenía ese interés, quería saber qué pasaba; cuando estuvieron en el carro, Carlos tomo el asiento del piloto y Nil estaba en el del copiloto, en ese momento Carlos inseguro le dice.

· Amo Nil, yo sé que no soy nadie y estoy para obedecer, pero necesito saber, usted ¿Por qué está interesado en los pequeños?, fue tan grave la ofensa que les hizo su madre; yo puedo pedirle que no lastime a los pequeños, ellos no tienen la culpa.

Nil voltea a verlo y le agrada verlo preocupado por sus pequeños, de manera tranquila le responde.

· Carlos, estás pensando de más, yo solo voy a conocer a los pequeños, no quiero lastimarlos, tampoco pienso lastimar a su madre; por el momento solo te puedo decir, que esos dos pequeños, son importantes para mí y su madre, bueno ella va a tener que estar a mi lado, hasta que yo muera o ella muera. Ahora, nos vamos, que estoy ansioso por conocer a esos pequeños y cuando estemos ahí, quiero que te lleves a tu amiga, quiero estar solo con ellos.

Carlo no dijo nada, solo puso la camioneta en marcha, aunque estaba ansioso y nervioso, tenía miedo por los pequeños; tomo el camino más largo, duro 40 minutos en llegar, Mariela vivía en una buena colonia gracias a Carlos, era uno de los mejores departamentos de la ciudad, su departamento estaba en el último piso, tenía buena seguridad y era bastante grande.

Los dos bajaron de la camioneta, entraron al edificio, fueron directo al ascensor, Nil estaba ansioso por llegar, ese momento en el ascensor fue eterno para él, hasta que por fin llegaron al último piso, empezaron a caminar por el pasillo, ahí solo había 4 departamentos y la última puerta era la de ella; cuando llegaron a la puerta Carlos toco el timbre, Mariela abrió rápido la puerta, al ver a Nil se ha sorprendido, porque Carlos nunca había llevado a nadie, siempre trataba de mantenerla lejos de su vida.

Mariela los hizo pasar, los tres se sentaron en la sala, ella les ofreció algo de tomar y Nil, pidió un café, en el momento que ella va a la cocina, con una voz baja le dice a Carlos.

· Llévatela, quiero estar solo con los pequeños y trata de no volver pronto, dame unas dos horas o más; Carlos, no te preocupes, esos pequeños, son importantes para mí y prometo explicarte después, solo dame tiempo para aclarar ciertas cosas.

Carlos inseguro le dice.

· Amo Nil, yo confié en usted y siempre lo he seguido porque, a pesar de esta vida de desgracia, usted ha sido un hombre justo hasta cierto punto y nunca ha lastimado a inocentes; voy a hacer lo que me pide, por favor cuide de esos pequeños, ellos son inocentes en lo que sea que pase.

Carlos se para, va a la cocina y le pide a Mariela que lo acompañe, ella no quería irse, no quería dejar a los pequeños solos con ese hombre que no conocía; pero Carlos le aseguro que nada les pasaría, pero que necesitaba ir a comprar una joya para el jefe, ocupada de sus gustos. Mariela aceptó, no pudo negarse a la insistencia de Carlos, en ese momento sale de la cocina, va con Nil y con su voz seria le dice.

· Tú te vas a quedar, mis sobrinos están dormidos, si despierta nos hablas para regresar y no te metas a los cuartos, solo quédate aquí; será mejor que no explores mi departamento, solo quédate en la sala o en la cocina.

Carlos, alterado al escucharla, le dice.-

· Mariela, no seas grosera, él no es un mal hombre, hasta puede ser de más confianza que yo; vamos por la joya para mi jefe y regresemos rápido.

Nil tranquilamente dice.

· Señorita Mariela, no tiene que preocuparse, cuidaré bien de sus sobrinos, vayan tranquilos.

Carlos no dejo que Mariela dijera nada más, la tomo del brazo y la saco del departamento, en el momento que la puerta se cerró, Nil se levanta del sofá, va a donde estaban las puertas, abrió una y era un baño individual, molesto cerró la puerta, abrió la otra puerta y ahí estaba un pequeño pasillo con dos puertas, abrió una y miro que era una recámara, pero en la cama no estaban los pequeños, abre la otra puerta y mira el foco prendido, al ver hacia la cama, mira dos pequeños bultos recostados sobre la cama.

Nil al ver esos pequeños bultos trago saliva con fuerza, sus manos temblaban de la emoción, sus pies se hicieron pesados, tan pesados que le costaba levantarlos, le costaba dar cada paso, un camino tan corto, lo sintió como si fuera el más largo, sintió que caminaba por el lugar más feo del mundo, su corazón late con fuerza que parecía se iba a salir, hasta el punto de provocarle una pequeña punzada de dolor, sentía un miedo, pero a la vez una hermosa emoción que no entendía, estaba ansioso de poder verlos bien.

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