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Un nuevo día llegó y tal como Laini lo prometió, no abandonó la cama hasta que su esposo despertó.

Pese a que era una mujer que acostumbraba a levantarse muy temprano, ésta vez optó por darle a su esposo lo que él quería.

Lo vió abrir los ojos poco a poco y sonrió brillantemente.

- Buenos días esposíto. - dijo feliz, viendo a Loy refregar sus ojos.

- Buenos días cariño.- respondió con su voz ronca. - ¿Que hora es?

- Apenas las 7:30. - contestó, sintiendo luego los brazos de su esposo envolverla.

- Aún es muy temprano.

- De echo no, tenemos que estar 8:00hs en la empresa mi amor. - respondió, viendo a su esposo abrir sus ojos de golpe y saltar apresurado la cama.

- ¿Porque no me lo dijiste antes? Llegaremos tarde el primer día. - comentó, mientras tomaba apresurado todo lo que necesitaría para darse un baño, oyendo a Laini reír a carcajadas. - No le veo la gracia.

- Cielo, somos los jefes. - respondió. - No importa si llegamos media hora tarde, nadie se atrevería a decirnos algo. - Añadió, oyendo a Loy suspirar.

- Pese a eso, tenemos que dar el ejemplo a los empleados, estar antes de tiempo es una motivación para ellos. - respondió, viendo a Laini asentir.

- Sabía que dirías eso cariño, por ello supuse que no te molestarías cuando te dijera que son apenas las 6 y que te he jugado una broma. - contestó, viendo a Loy observarla con incredulidad para luego dirigirse a su mesita de noche y confirmar la hora en su móvil, notando que apenas pasaban 5 minutos de las 6.

- Laini.

- Jaja no te enojes. - contestó entre risas, viendo a su esposo volver a la cama y comenzar a hacerle cosquillas. - ¡No no, para! ¡Prometo que no lo volveré a hacer! - dijo entre risas, logrando que su esposo se detuviera.

- Creí que no tendría tiempo de mimarte un poquito antes de ir a trabajar. - comentó él, para luego comenzar a besarla siendo totalmente correspondido por ella.

Poco a poco su cuerpo fue cubriendo el de su esposa y los gemidos no se hicieron esperar al ella sentir lo encendido de su esposo.

Rodeando con ambos brazos el cuello de su esposo, intensificó aún más el beso mientras poco a poco deslizaba sus manos por debajo de su camiseta y disfrutaba de sentir la piel desnuda de su esposo.

Mientras ella acariciaba su torso y espalda, él comenzó a moverse sobre ella fingiendo leves estocadas que provocaban mucho más deseo en el cuerpo de la mujer.

Sin romper el beso, Loy comenzó a levantar poco a poco el hermoso pijama de seda que ella utilizaba, acariciando desde sus piernas hasta su cintura.

Una vez se lo quitó, volvió a apoderarse de sus labios mientras continuaba pegando su masculinidad a la feminidad de ella, lo que provocaba gemidos por parte de los dos.

Sin poder esperar más tiempo, Laini quita con rapidez su camiseta y así mismo la parte baja completamente.

Él sonrió al ver el deseo en los ojos de su esposa y tomandose de su acción, quitó rapidamente la ropa interior que le quedaba a ella y poco a poco la penetro sintiendo nuevamente el placer de ser recibido por ella.

Era tan satisfactorio para él el sentir como lo apretaba, como su cuerpo se ajustaba solo a su tamaño, a la forma que él le daba.

- Oh Loy.. - Gimió ella, volviendo a tomarlo de su cuello y acercar su rostro al suyo hasta que ya no hubiera espacio entre ellos.

- Me encantas. - Dijo él, mientras a su igual gemia y se fundía en un beso más desesperado.

Poco a poco la intensidad de sus estocadas fue en aumento, se llenaban completamente de placer y disfrutaban de ese encuentro que sus cuerpos aclamaban el uno por el otro.

Las caricias y los besos no cesaron, el cansancio de el cuerpo ni siquiera se sentía y así, poco a poco y con sus respiraciones acelerada, ambos lograron llegar a el punto más esperado, su glorioso orgasmo.

Cuando ella estuvo a punto de hablar, su esposo volvió a penetrarla y tomándola de la cintura, la cargó en dirección a el baño mientras se fundían en un nuevo beso.

Ésta vez fueron más tranquilos, tomándose y dedicándose más tiempo, sonriendose con amor y disfrutando de la dulzura con la cual se amaban.

(...)

Poco tiempo después, ambos se encontraban tomando el delicioso desayuno que Agust le encargó hacer a la cocinera que contrató a pedido de Laini.

- Buenos días mis señores. - Dijo Agust, luego de atravesar la puerta con el periódico en la mano, mismo que le extendió a Loy. - El señor Libia solía ver el periódico en las mañanas y pensé en que quizás el nuevo señor quisiera verlo.

- Nada de eso Agust, el horario del desayuno es bueno para disfrutarlo con la persona que uno ama. - respondió, viendo la hermosa sonrisa de su esposa. - ¿Porque no tomas el desayuno con nosotros?

- No podría. - Dijo Agust totalmente sorprendido, pues desde el tiempo en el que trabajó para la familia Libia, la única persona que le invitaba a compartir alguna comida era Laini, pero estando el señor Libia, eso era algo que no se le permitía a nadie del servicio domestico.

- Anda Agust, siempre me rechazabas cuando te invitaba pero mi abuelo ya no está para que sigas negándote. - comentó Laini, viendo la duda en los ojos del mayordomo.

- Laini tiene razón, vives en ésta casa junto con nosotros, entonces eres de la familia. - añadió Loy.

- Pero mis señores, está de más que el personal se siente a compartir mesa con sus jefes, eso sería...

- Eres tan humano como nosotros. - Lo interrumpió Loy. - Mi abuelo decía que compartir la mesa con los empleados es incluso mejor que compartirlo con los propios familiares, pues estos no te llenaban de problemas, ni de pretextos para una nueva deuda. - añadió, convenciendo por fin a el mayordomo.

Con un poco de recelo, Agust se sentó a un lado de Loy y disfrutó un desayuno agradable y acompañado después de tantos años.

No tenía familiar alguno y lo más cercano que tenía a una familia siempre fue el señor Libia, cuando el murió se sintió completamente solo nuevamente hasta ahora que su señorita Laini por fin regresaba a casa.

Después de tanto tiempo, sentía la calidez de un verdadero hogar.

(...)

Una vez finalizado el desayuno y despidiéndose de Agust, Laini y Loy tomaron camino a la empresa Libia, lugar en el cual serían anunciados como los nuevos jefes de dichas empresas.

Después de debatirse todo el camino de como iba a ser el recibimiento, se encontraron con que eran los primeros en estar puntuales allí y quedando sorprendidos al saber que solo los guardias y los de limpieza estaban en el lugar.

- Al parecer los empleados no llegaron aún. - Comentó Loy, viendo a su esposa fruncir su ceño.

- Pues eso cambiará. - Respondió Laini con molestia. - Porque éste tipo de cosas no serán toleradas y todo aquel que pretenda hacer lo que se les venga en gana, terminará siendo despedido.

Pese a que él quisiera detener la decisión de su esposa, sabía que su accionar sería correcto, pues si les da libertad para que estos hicieran cuanto quisieran, no tomarían con seriedad ni a sus jefes, ni a sus puestos.

Tomando el ascensor en silencio, llegaron hasta el ultimo piso en el cual se encontraba la oficina de el CEO.

Una vez allí, caminaron juntos hasta el lugar sorprendiendose al abrir la puerta.

- ¡Bienvenidos! - Dijeron todos y cada uno al unísono.

Resultaba ser que sus empleados habían planeado sorprenderlos con una grandiosa bienvenida, esperando a que sus nuevos jefes se sintieran a gusto con cada uno de ellos.

- ¿Y esto? - preguntó Laini con incredulidad.

- Jefa, fue idea de la asistente que su abuelo había puesto cuando usted se ausentó de la empresa. - Comentó una de las tantas empleadas.

- Creímos que le agradaría recibir una sorpresa anticipada y por ello todos nos hemos reunido aquí muy temprano. - Añadió otro de los empleados.

- Bueno, realmente nos sorprendieron mucho. - contestó Laini viendo a su esposo, quien asiente afirmando sus palabras. - Gracias por la grata bienvenida y espero que podamos formar un grandioso equipo de trabajo. - Añadió con una sonrisa, dejando a más de uno encantado. - Aprovecho el momento para informarles que daremos una reunión en la sala de juntas para ponerlos a todos al tanto de como será manejada la empresa.

- Encantada me ocuparé de preparar todo para la reunión. - Dijo una voz muy familia, por lo que ambos buscaron esa voz viendo aparecer a la dueña de ella.

- ¿Loren? - preguntaron ambos al unísono.

Poco a poco todos los empleados se fueron del lugar, dejando a la pareja junto a la nombrada para que hablaran a solas.

- ¿Como es que tú..? - preguntó Loy sin poder terminar de hablar, pues la incredulidad y la sorpresa detuvieron sus palabras.

- Llevo tres años trabajando en la empresa de los Libia a pedido del mayor Libia. - contestó está, volviendo ahora su mirada a Laini. - Debo de aclarar que fue el mismo señor Libia quien me contacto y pidió que lo ayudara con los asuntos de la empresa. - se acerca a ellos. - Cuando la heredera de los Libia abandonó su puesto, el mayor Libia se encontró sorprendido y perdido con el nuevo trabajo que está misma había empezado, por ello necesitaba alguien joven que pudiera compartir las ideas y pues.. Califique para el puesto. - Suspira.- Claro que también investigó a fondo y supo que era la hermana del esposo de su nieta, por ello tambien me pidió que cuidara de ella sin que lo supiera, pues estaba al tanto de la vida miserable que los Jones te hacía vivir.

- ¿Porque nunca me dijiste nada de eso, Loren? - preguntó Loy con molestia. - Sabías todo lo que nuestra familia le hacía vivir a Laini y nunca me comentaste sobre ello.

- Hermano, no fue porque quise ocultarte la verdad. - Respondió apenada. - El mayor Libia me pidió que no lo hiciera ya que quería que su nieta sepa arreglar sus propios problemas, quería que al momento de ofrecerle el reincorporarse a la empresa.. Ella lo tomara solo para vengarse de los Jones.  - Añadió. - Después de todo, necesitaba que ella tomara ese sentimiento para que supiera como se manejan los negocios, en los cuales muchas veces tienes que dejar los sentimientos a un lado. - Toma su mano.- Si yo te lo decía, tú intervendrias y te llevarías a Laini antes de que pudiera darles su merecido ella misma.

- La dejaste pasar por mucho sin siquiera hablar conmigo de ello, realmente estoy muy enfadado contigo. - respondió éste, soltando la mano de su hermana.

- De echo no tendrías que molestarte con Loren. - intervino Laini. - Fue la única de tu familia que no me despreció.

- Porque sabía que eras una Libia. - Dijo Loy, completamente molesto.

- Hermano, me duele que me acuses de esa manera. - Contestó Loren, bajando su mirada. - Eres quien mejor me conoce y sabes que jamás lastimaría a alguien que no me hiciera nada.

- Bueno bueno, basta de todo esto. - Intervino Laini. - Supiera o no quien soy, fue la que mejor me trató de tu familia y siempre tubo la discreción de no decirle a toda tú familia sobre mi identidad, eso es algo que agradecer.- Añadió, viendo a su esposo voltear su mirada a un lado. - Cariño..

- Lo siento pero no puedo verlo como tú, ella me ocultó algo que para mi era sumamente importante. - La Interrumpió. - Si algo peor te hubiese pasado en mi ausencia, no se lo perdonaría.

- No sería capaz de dejar que llegaran a ese extremo, Loy. - respondió Loren y Laini ya no supo que más decir. No quería que su esposo se molestara con su hermana de esa manera, pero ni siquiera a ella la estaba escuchando.

- En cuanto salgamos de aquí, los tres hablaremos sobre el asunto. - finalizó Loy, volviendo su mirada a Laini. - Ahora es momento de poner manos a la obra con el trabajo, los asuntos personales se solucionan después.

Y sin más que decir, Laini asintió con pena viendo a estos dos hermanos observarse con un poco de rencor.

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Comments

Diana Quintero

Diana Quintero

Loren no la trató tan mal, pero si permitió que la maltrataran 😔😔😔

2023-10-07

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