(4)

''

Estaba lista para ésta noche, esperando y esperando, pero aún no había señales de sus suegros o cuñadas.

Las horas seguían pasando y la verdad.. Si seguía allí esperando a que sus suegros llegaran por ella, definitivamente llegaría tarde a la cena.

Tomó su pequeño bolso de mano y caminó en dirección a la puerta siendo detenida por el sonido de el teléfono sonando.

Rápidamente caminó a éste y atendió la llamada entrante.

^^^- Familia Jones. -^^^

- Laini, ¿que hace aún en casa? Ya tendrías que estar aquí. - Escuchó decir a su esposo al otro lado de la linea.

^^^-Loy, estaba esperando a que tus padres vinieran a recogerme, dijiste que..^^^

- Solo ven a casa de la abuela y tare el obsequio, no me hagas quedar mal.

Y sin darle tiempo a responder, colgó la llamada sin más, dejando a Laini totalmente confundida, pues éste marido suyo no era el mismo con el cual estuvo hoy temprano, sonaba bastante molesto.

Sin más alternativas, tomó el móvil que Agust le dió y marcó el número de la casa de su abuelo, el cual no tardó mucho en ser respondido.

^^^- Quiero un carro en menos de 5 minutos fuera de la casa de los Jones, ésta familia está fastidiandome la paciencia. - dijo con molestia.^^^

- En dos minutos el chofer estará allí. - respondió Agust, lo que bastó para que Laini colgara la llamada.

Y tal como Agust lo dijo, en dos minutos el chofer de la Familia Libia ya estaba allí, esperando por ella.

Al verla salir, rápidamente abrió la puerta para ella y se montó continuando de manera rápida a la dirección que ésta le dió.

No tardó más de 30 minutos para llegar a la mansión de los Jones, algo que hizo sonreír a Laini, quien aún seguía afirmando que éste pequeño retraso fue causado por su suegra y cuñada.

(...)

Mientras ella tomaba camino a el dichoso lugar, allí su esposo tenía que soportar las insinuaciones de esa mujer y los molestos comentarios de toda la familia.

- Tendrías que comprarle un reloj a esa mujer, para que sepa lo que es la puntualidad. - Comentó Gabriel, uno de sus tantos primos.

- Es cierto, por culpa de ella aún tenemos que esperar para probar las delicias que la abuela ordenó que hicieran. - Añadió Carola, su prima.

- No creo que sea porque Laini aún no está aquí que la abuela no nos hizo pasar a la mesa. - respondió Loy, viendo a sus dos primos. - Y si no es mucho pedir, preferiría que llamaran a mi esposa por su nombre.

- Loy, sabes bien que esa mujer no es alguien para ti. - añadió Carola. - Ni siquiera sabemos porque el abuelo te obligó a casarte con esa mujer.

- Creo que tus palabras están de más, deberías de involucrarte en tus propios asuntos y no en la vida personal de las demás personas. - oyeron decir a Loren, la hermana de Loy. - Mi abuelo nunca hizo las cosas porque si, así que deja de cuestionar sus decisiones.

Antes de que pudieran seguir hablando, la abuela Jones entró a la sala en compañía de la joven hija de la familia Sumer, quien fue invitada a la dichosa cena por ésta misma.

- Muy bien, pasemos todos a la mesa. - oyeron decir a la anciana, quien no apartaba su brazo de la joven mujer que estaba a su lado.

- Abuela, mi esposa aún no ha llegado ¿Podríamos esperar un momento más? - Preguntó Loy, viendo a su abuela observarlo con seriedad.

- Es una incompetente y mantenida por nuestra familia ¿Porque debería de esperarla? - preguntó la anciana. - Deja que coma las sobras. - añadió, dirigiéndose con el resto de la familia rumbo a el comedor.

Loy solo guardo silencio ante la anciana, pues desde que su abuelo no está aquí, ella se ha encargado de las empresas de la familia y es quien tiene la última palabra siempre, si no quería ser desechado de la familia tenía que simplemente acatar las palabras de la mujer aunque no estuviera de acuerdo.

Volvió nuevamente su mirada a la puerta esperando ver a su esposa atravesar ésta pero no, ella aún no aparecía.

Sin más que pudiera hacer, se encaminó a el comedor para reunirse con el resto de la familia, llevándose la sorpresa de que aquella mujer estaba sentada junto a la anciana de la familia y dejaba a su lado un lugar vacío.

- Loy, sientate junto a Reina. - Ordenó la anciana pero éste no se movió de su lugar. - Loy.

- Abuela, mi lugar está junto a mi esposa. - respondió éste, viendo a la anciana ponerse de pie y golpear con molestia la mesa.

- Tu esposa es una incompetente he impuntual, ni siquiera tiene respeto al saber que hoy es mi cumpleaños. - contestó la mujer. - Sabe bien que a la hora de cenar tendría que estar aquí sentada y sin embargo, no se ha dignado en aparecer. - añadió. - ¡Incluso en su ausencia sigue siendo una molestia para nuestra familia!

- Disculpen la tardanza. - Dijo Laini al llegar y llevándose todas las miradas de asombro, incluso la de su esposo. - No conseguía taxi y por ello tarde. - añadió viendo a su esposo, quien a pesar de mirarla con admiración, mantenía su ceño fruncido.

- Te tardaste demasiado, casi iniciamos la cena sin ti. - La reprendió éste en voz baja, viendola bajar su cabeza.

- Lo siento, no volverá a pasar. - respondió Laini.

- Claro, para la próxima invitaremos a toda la familia dejando claro que tú no estás invitada. - Dijo Natan, otro  primo de Loy.

- Suficiente, solo siéntense que queremos empezar a cenar. - Dijo la anciana, sonriendo para si misma al saber que los únicos dos asientos libres eran uno junto a reina y otro a el final de la mesa.

- Loy, ¿Porque no te sientas junto a mi? Los otros lugares estan ocupados y no hay forma de que te puedas sentar junto a tu... Esposa. - comentó Reina, viendo de pies a cabeza a Laini.

- No hay problema por eso. - intervino Loren, poniéndose de pie y dejando el asiento junto a el otro vacío. - Hermano, tú y la cuñada pueden ocupar éste lugar, yo me acomodo junto a la señorita. - Añadió, viendo a Loy y Laini asentir.

(....)

Finalizada la cena, todos comenzaron a hablar sobre un tema que interesó mucho a Laini, uno que tenía relaciones con su familia.

- Hay que aprovechar el momento, abuela. - comentó Gabriel. - Desde que el anciano de la familia Libia murió, no hay quien pueda manejar las empresas y sabes tanto como yo que quien obtenga esas empresas, será la familia más poderosa. - añadió.

- ¿Y que sugieres? ¿Ir  y apoderarnos de esas empresas así porque si? - preguntó la anciana. - Los Libia fueron intocables desde generaciones, absolutamente nadie se atrevía a poner un pie en esas empresas debido a que el anciano de esa familia era alguien difícil de tratar. - Contó la anciana. - ¿Crees siquiera que no hay nadie encargandose de las empresas? ¿Crees que ese viejo no tendría algún herederos?

- Abuela, todos saben que ese viejo era insoportable, por lo que dudo mucho que se casara alguna vez y mucho menos que tuviera una descendencia. - Continuó éste, viendo a su padre para que lo apoyara. - Es éste el momento apropiado para apoderarnos de todo, incluso cualquiera de nosotros podría fingir ser pariente de ese viejo que nadie lo notaría.

- Gabriel tiene razón, madre. - acompañó el padre de el nombrado. - ¿Sabes cuantas personas tendrán envidia de nuestro poder si llegaremos a apoderarnos de esas empresas?

- Tonterías. - interrumpió el suegro de Laini. - Ese anciano era demasiado codicioso, no dejaría todo así porque si, de seguro a nombrado a algún guardiana de todas sus empresas o tal vez si existe la posibilidad de un heredero.

- Si es del mismo anciano Libia del que hablamos, se dice que si tiene un nieto o nieta. - añadió Loren. - Hay un heredero de toda esa fortuna para desgracia de todos, aunque éste aún no ha tomado la decisión de si aceptar o no el puesto de presidente en las empresas de su abuelo. - agregó, dejando sorprendida a Laini, no solo por el echo de sus palabras, sino también porque en el mismo instante del que habló sobre el descendientes de la familia Libia, dirigió su mirada a ella. - Solo puedo argumentar que si intentan tocar algo de esa fortuna, el heredero los enviará a la banca rota sin darles tiempo a pensar en una salida.

- ¿Y tú como sabes todo eso? - Preguntó Denis, otro de los primos de Loy.

- Es cierto. - acompañó Sac. - Para hablar con tanta determinación, eso quiere decir que sabes mucho de esa familia.

- Digamos que la heredera de los Libia es alguien muy cercana a mi. - respondió con una sonrisa, dejando a todos en silencio.

- Bueno, ese es un tema que podríamos hablar luego, hoy es un día especial para la anciana de nuestra familia y debemos de honrarla con los obsequios que trajimos para ella. - comentó una de las tías de Loy.

- Estoy de acuerdo, abuelita.. Es hora de abrir tus regalos. - Dijo Gabriel con una sonrisa, pues aunque su obsequio no era de los caros, creía que por el poco conocimiento de la anciana quedaría encantado al ver una replica de la pintura conocida como "Renacida. "

Laini al ver desde la distancia dicha pintura, pudo saber que esa que se presentaba no era más que una copia barata, comprada en cualquier pequeño puesto de la avenida.

Solo sonrió al saber que ella traía uno de los regalos más caros que puedan existir.

- Abuela, como solo tú eres merecedora de algo tan valioso, traje para ti la pintura original  "Renacida" la cual muchos quisieran tener en su poder. - Comentó con el ego más grande que pueda existir. ("Digamos que esa abuelita no era tan tonta, pues a simple vista pudo darse cuenta de que la pintura que le presentaban, no era más que una falsificación.") - Sé que te gustan las pinturas y todas las cosas antiguas, por ello creí que..

- Es una falsificación.- Lo interrumpió Laini, llevándose todas las miradas.

- Laini..- susurró Loy, tratando de detener las palabras de su esposa.

- ¿Que? - Preguntó ella. - Tu abuela tiene un gran conocimiento en artes antiguas y por ello debe de saber bien que la pintura es una replica.

- Laini tú..

- Digamos que una vez en la vida estaré de acuerdo con sus palabras. - interrumpió la anciana. - Pero no es culpa de Gabriel, de seguro el vendedor fue quien lo estafó. - Añadió.

- Abuela, juro que pensé que era la pintura original, yo.. Realmente lo siento. - habló el nombrado, dejando a la anciana conmovida. (" Éste era su nieto favorito, a quien quería dejarle como herencia todas las empresas de la familia, algo que ninguno de los otros nietos aceptaba. Pero pese a sus quejas, la anciana tenía la última palabra así no fuera esa la voluntad de su difunto abuelo.")

- Tranquilo, sé que eres el más filial con tu abuela y el detalle es lo que importa. - respondió la anciana mientras daba palmaditas en las manos de el joven.

- Gracias abuela. - contestó éste, para luego volver su mirada furiosa a Laini. - Creo que como gran conocedora, la esposa de mi primo debería de presentar el obsequio que prepararon para la abuela.

- Estoy de acuerdo. - añadió el padre de éste, quien también se molestó con la joven Laini.

- Bueno, entonces puede pasar a presentar su obsequio. - dijo la anciana, viendo a la joven ponerse de pié y caminar en su dirección con un pequeño obsequio en su mano.

- Para ser alguien que juzga el obsequio de otros, me atrevo a decir que el tuyo es bastante diminuto. - comentó Reina, provocando la risa en casi todos los presentes.

- Señorita, no debe criticar un libro por su portada. - respondió Laini, dejando a todo mundo en silencio. - Abuela, por favor acepte éste regalo en nombre de Loy y mío. - añadió, mientras extendía el obsequio a la mujer.

Y si, ésta mujer verdaderamente sabía sobre joyas antiguas, pues su cara fue un poema al romper el envoltorio encontrando dentro de la pequeña cajita esa hermosa pulsera.

- ¡Oh por Dios! - dijo la mujer con asombro, para luego voltear su mirada incredula a Laini. - Tú.. ¿De donde sacaste esto?

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***