CAPÍTULO 10

Dmitry:

Ahora que Irina está embarazada, la cuido muchísimo más y todos en la casa tienen órdenes de cuidarla y concederle todo lo que pida. Si algo le pasa, todos lo pagarán muy caro. Este último mes estuve investigando sobre su familia y, en efecto, su madre dejó una jugosa herencia para ella, pero hay una cláusula: solamente se le entregaría cuando tenga un bebé y si a sus treinta años no tiene un hijo, esa herencia pasará a manos de su padre. Ahora entiendo por qué quería casarla con ese viejo que no podría darle hijos. Querían asegurarse de que ella no tuviera hijos y por eso tenía ese implante en su brazo. Pero para su mala suerte, ella ahora es mi mujer y nadie se mete con mi mujer. Así que los he hecho tener muchas pérdidas en sus empresas. Eso es lo único que les importa. Se metieron con mi mujer y eso jamás lo permitiré.

El padre de Irina, fue a reclamarle al viejo con quien quería casarla y a exigirle que le dijera con quién en realidad se casó. Por supuesto, él no dijo nada. Le pagué muy bien para tomar su lugar. Si me delata, sabe que perderá mucho. Al parecer, su padre está desesperado por encontrarla. Seguro quiere evitar que el bebé nazca. Pero si se acerca a mi esposa o a mi hijo, soy capaz de matarlo con mis propias manos. Irina cree que exagero con sus cuidados, pero no es así. Ella es mi reina y tengo que cuidarla bien, al igual que a nuestro bebé.

Ella accedió a someterse a la hipnosis. Quiere hablarle a nuestro bebé y cantarle. Eso me llena de ilusión porque seguramente la escucharé hablar y será música para mis oídos. Pero la hipnosis será el fin de semana. Hoy Irina se quedó en casa a descansar, así que estoy solo en la empresa con Luciano. Cuando la puerta de la empresa se abrió, entran mis cuatro hermanos.

-"Vinimos a felicitar al futuro papá y al peor hermano del mundo. ¿Cómo no nos avisas de que seremos tíos?", se queja Vladímir, el menor de todos, que tiene 23 años.

-"Se me pasó. Además, queríamos esperar que se cumplieran los tres meses", respondo.

-Por favor, es nuestro sobrino, todo estará bien. Será muy fuerte - Víctor, el que sigue después de mí, tiene 28 años.

-Así es, lleva nuestra sangre - Leonardo, el tercero, tiene 26 años.

-¿Y cuándo presentarás a la cuñada? Tienes que hacer una gran cena cuando papá y mamá lleguen mañana - Bruno, de 25 años.

-¿Cómo que mañana? ¿Les avisaron? - cuestioné.

-Por supuesto, mañana aterrizan y se mueren por conocer a la mujer que les dará su primer nieto - Bruno.

-Debieron preguntar. Hay cosas que deben saber de mi esposa antes de conocerla - expresé molesto.

-Cuéntanos y nosotros hablaremos con la familia antes de llevarlos a tu casa - Víctor.

Suspiré y les relaté todo sobre Irina, su familia y lo que descubrí, además de que por ahora no habla y cómo terminó siendo mi esposa. Ellos escucharon atentos.

-Te apoyaremos y ayudaremos a cuidar de nuestra cuñada y sobrino. Todo estará bien - aseguro Víctor.

-Así es. Mañana recogeremos a nuestros padres y abuelos y les explicaremos todo antes de ir a tu casa. Si no lo aceptan, los subiremos al avión de una vez, así no hacemos pasar un mal rato a la cuñada - agrego Bruno.

-Se los agradecería mucho. Ahora que están aquí, vamos a la casa a cenar. Llamaré a Martha para que prepare algo rico para todos y que le avise a Irina que irán a cenar - hablé mientras movía mi silla hasta la salida.

-Sí, vamos con la cuñada, pero no podemos llegar con las manos vacías. Ve adelantándote. Iremos al centro comercial - Víctor.

-Bueno, yo me adelantaré a la casa y llamaré a Martha para que sepa que mis locos hermanos irán a cenar.-

Al llegar a la casa, Irina tiene un hermoso vestido verde. Se veía muy hermosa. Definitivamente, el embarazo le sienta de maravilla.

-Hola, hermosa - la hice sentarse en mi regazo.

-Mis hermanos fueron por presentes para ti. Vendrán luego - comenté y ella tomó su celular.

-¿Crees que les agrade? - preguntó a través de su celular Irina.

-Por supuesto. Te van a adorar. Después de todo, les darás a su primer sobrino. No te preocupes por nada. - expresé y le di algunos besos para que sonriera.

No quedamos besándonos y jugando entre nosotros un rato hasta que mis hermanos llegaron llenos de bolsas.

-Cuñada, un gusto conocerte. Soy Víctor y seré el tío favorito de mi sobrino, ya lo verás. Compré muchas cosas para él y para ti, esta hermosa joya -habló Víctor y le entregó una caja con una hermosa pulsera muy lujosa.

-Gracias, es un placer conocerlos a todos -respondió Irina desde su teléfono.

Uno a uno, mis hermanos se presentaron y entregaron joyas para Irina y juguetes con ropa para el bebé. Pero al parecer, Irina no entendía por qué toda la ropa era de niño, y es que no le expliqué.

-¿No creen que podría tener una niña? -preguntó desde su celular.

-Veo que este no te contó los antecedentes familiares, pero yo te lo contaré. Solamente hay un uno por ciento de posibilidades de que en esta familia haya una niña. Verás, nuestra bisabuela tuvo diez hijos y todos fueron niños. Nuestro abuelo tuvo seis hijos, igualmente niños, y nuestro padre tuvo cinco hijos, nosotros, y como verás, no hay niñas. Nuestros tíos tienen hijos, bueno, tenemos una prima, pero es adoptada, no de sangre, así que no, la posibilidad de que sea una niña es casi nula -explicó Víctor.

-Ahora entiendo -dijo Irina con su celular.

Martha anunció que la cena estaba servida y todos nos sentamos a cenar. La sonrisa de mi reina era muy amplia. Las locuras de mis hermanos la hacían sonreír mucho. Ella se veía realmente feliz. No pude resistirme y le di algunos besos delante de mis hermanos y ellos se sorprendieron, pero ¿qué puedo decir? Si esta mujer me trae loco.

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