CAPÍTULO 7

Irina:

Luego de ese encuentro tan desagradable con Inés, volvimos a la mansión. Yo no me sentía bien, así que le encargué a Martha llamar a las personas para pintar y cambiar algunas cosas. Pero luego me animé mucho al ver unas flores y unos chocolates enviados por Dmitry, los cuales tenían una nota que decía: "Sin importar que tan oscuro pueda ser el día, recuerda que tú eres mi luz y jamás permitiré que te apaguen. Eres una reina y como tal debes brillar". Sonreí al leerla.

Después de eso, bajé a ayudar a Martha con las cosas que había que hacer, pero llegaron los especialistas. Uno era especialista del habla y el otro un psicólogo. La entrevista con ellos fue en el despacho de Dmitry. El primero en revisarme fue el especialista del habla y determinó que no tenía nada físico. Luego pase con el psicólogo. Afortunadamente, ambos saben lenguaje de señas, así que le comenté desde cuándo no hablo y todo lo que viví con mi padre, mi hermana y mi madrastra. Él recomendó hipnosis o terapia cognitiva para hacerme recordar el incidente con mi madre, pero eso me perturba. No quiero recordar, no quiero volver a revivir aquel momento. Es doloroso para mí. Después de que ellos se fueran, subí a la habitación. Me sentía perdida. No quería recordar. Yo simplemente quería olvidar. Ya de por sí, los recuerdos con mi padre y su esposa son dolorosos, al igual que el trato con mi hermana y mi ex, como para ahora recordar el asesinato de mi madre.

Estaba en la habitación perdida en mis pensamientos cuando entró Dmitry. Al principio no noté su presencia hasta que me habló y se acercó. Él no quería verme triste y sentía que en verdad se preocupaba por mí. Me sentía segura y por primera vez quise ser suya sin que él me buscara. Así que lo besé y él a mí. Ambos nos quitamos la ropa. Lo que comenzamos en la cama lo seguimos en la tina. En sus brazos me siento bien. Lo conocí hace poco, pero con él siento la seguridad que nunca sentí con mi familia.

-"Así que ya comenzaste a cambiar la mansión, me parece que todo tendrá más color aún", comenta Dmitry.

-"¿No te molesta que cambien muchas cosas?", escribí en mi celular.

-"No, esta es tu casa, cambia lo que quieras, menos a tu esposo", bromeó y yo sonreí.

Así fueron nuestros días, siempre terminábamos en la cama o en la tina desnudos. Los cambios en la mansión avanzaron rápido. Dmitry quiso convencerme de que tomara la hipnosis o la terapia cognitiva, pero no me siento lista para ellos. Debo pensarlo un poco, pero igual estoy asistiendo a terapias normales mientras me preparo para tomar una decisión.

Comencé a trabajar con Dmitry en su empresa. Todos me respetan y me apoyan. Supongo que algo tiene que ver que sea la esposa del jefe. Además, Dmitry tiene una habitación para descansar en su oficina y cuando nos quedamos solos terminamos ahí desnudos. En un par de ocasiones nos quedamos a dormir ahí. A veces siento que él es demasiado pervertido. No le importa si nos oyen o si hay alguien más en la oficina. He considerado dejar de trabajar para mi pervertido esposo, pero sé que él no me dejará quedarme en casa si me puede tener a todas horas en la oficina y en casa.

Ya tenemos un mes de casados y debo reconocer que siento muchas cosas por Dmitry. No sé qué sea, nunca había sentido eso antes, pero me gusta estar con él entre sus brazos o simplemente ver una película. En ocasiones me ha llevado a hermosos restaurantes, a cenar o al parque, a pasear y comer helado mientras vemos a los niños jugar. Me encanta su compañía y a él no le disgusta la mía. Por el contrario, siempre quiere estar cerca de mí.

Hace un par de días salió la nota en el periódico de la boda de Inés y Steve. Se veían radiantes. Es la boda del año. También habla del embarazo de dos meses de Inés y de lo felices que están ambas familias por la llegada del primer nieto a ambas familias. Nunca nadie supo que estuve casada con Steve, así que para todos este es su primer matrimonio.

-"¿Estás bien con esa noticia?", preguntó Dmitry y yo asentí. Luego tomé mi celular.

-"Ellos ya no son nada en mi vida. Confié en ellos antes, ahora esa familia y yo somos extraños", respondí con mi celular.

-Deberías tomar la hipótesis, tal vez vuelvas a hablar - Dmitry.

-¿Te molesta que no pueda hablar? - indagué.

-No, es que me gusta estar contigo con o sin voz, pero considero que deberías intentarlo y quizás hasta puedas enfrentarte a ellos algún día. ¿No te frustra no poder gritarles a la cara todo lo que sientes? - Dmitry.

-Sí, pero tengo miedo. ¿Y si me someto a la hipnosis y no funciona? ¿Y si nunca recupero mi voz? - escribí.

-Es una posibilidad, pero debemos agotar todas- las posibilidades. Prométeme que lo vas a considerar - Dmitry.

-Está bien, pensaré mucho en eso - escribí.

-Esa es mi reina. Ahora vamos, te llevaré a comer a un bonito restaurante - Dmitry. Ambos salimos de la empresa para comer fuera y luego irnos a la mansión que ya está completamente decorada a mi gusto.

Todo quedó muy bonito. Hay más luz y color, todo se ve mejor y se siente como un hogar. Únicamente faltan los niños y pues Dmitry sí que trabaja duro para que tengamos uno. Yo también quiero un bebé y tener un bebé de ambos, pero quiero que se parezca a su papá, que sea tan guapo como él y un caballero hermoso como su papá. Pero no lo sé, Dios aún no envía a un bebé. Así que he pensado en ir con la ginecóloga para ver si hay algún problema conmigo porque nunca he usado anticonceptivos y no he quedado embarazada.

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