Pesadilla.

Alejandro.

Después de dejar a Claudia en casa de camila, me fui a la mía, mi madre seguía despierta con mi padre, estaba tomando una copa de vino mientras conversaban, no sé de qué cosa.

- buenas noches, que hacen despiertos.- les pregunte.

- solo conversamos, y tú de donde vienes.- pregunto mi padre.

No quise ocultar mi felicidad, así que me uní a ellos, tome una copa y me serví un poco de vino.

- Mamá, papa, hoy es un día muy importante para mí, y quiero que sean los primeros de saberlo.- ellos me miraban expectante.- hoy les puedo decir que oficialmente Claudia es mi novia.

Mis padres se miraba entre sí, mi madre dejo la copa encima de la mesa de centro, luego se levantó y se acercó a mí, para envolverme entre sus brazos.

- te felicito mi niño, Claudia es una mujer maravillosa.

- Lo sé madre y me hace feliz saber que te gusta la noticia.- le contesté.- y tu papá, que tienes por decirme.- le hable a mi padre, quien solo nos observaba con una sonrisa en su rostro.

- La verdad es que te habías tardado, desde hace año sé de tus sentimientos por ella, eran tan obvio que cualquiera lo notaría, me alegra saber que por fin está a tu lado.

- estoy tan feliz, que no sé qué hacer.

- Pues por el momento, toca ir a la cama, debes descansar y pensar como hablaras con Alonso y miranda.- agrego mi madre.

Fui a la cama como mi madre me dijo, pero era tanta la emoción que sentía que no lograría conciliar el sueño, no sé cuanto tiempo paso hasta el cansancio me venció.

 Estaba de camino a casa de camila, había quedado de recoger a Claudia, pero antes pase por una floristería donde comprar un hermoso ramo de flores para ella, estaba que no me cambiaba por nada. Al llegar me aparqué al frente de la casa de camila, estaba por bajar cuando vi que alguien salía, pero cuál fue mi sorpresa de ver a pablo tomado de la mano de Claudia, ella le sonreía con amor, y la envolvió en sus brazos al tiempo que la besaba. Mi pecho empezó a doler, me costaba mucho respirar. ¿Qué está pasando? ¿Por qué me haces esto?

Baje de mi coche y camine hasta ellos. Necesitaba una explicación.

-Claudia.- le grité con enojo.

Pero esta no reacciono, todo lo contrario el beso se volvió más salvaje, podía ver como la mano de pablo bajaba a su entre pierna, ella empezaba a gemir, de un momento a otro ya no estábamos en la entrada de la casa de camila ahora estábamos en la habitación de Claudia.

Ella estaba desnuda sobre pablo, él le estaba haciendo el amor en mi presencia, yo trataba de gritar, pero las palabras no salían de mi garganta.

-Te amo pablo.- gimió ella.

De golpe me desperté, estaba completamente sudado, había tenido una maldita pesadilla, y fue la peor de todas, por laguna razón empecé a sentirme inseguro, y si en realidad ella no me ama. Si solo es una simple ilusión.

Estaba matando mi cabeza, hasta el punto de sentirme un imbécil por desconfiar de esa forma de ella. Para calmar un poco mi ansiedad decidí enviarle un mensaje.

[hola, pequeña, sé que debes estar dormida, no he podido dormir por estar pensando en ti, quiero que sepas lo mucho que te amo y lo feliz que estoy de hacer parte de tu vida, prometo hacerte feliz.]

Después de enviarlo deje mi teléfono aun lado, y me quede mirando al techo, solo paso un minuto cuando mi teléfono empezó a sonar, era una videollamada de Claudia, no pude evitar sonreír.

-Hola, pequeña, que gases despierta.- dije apenas conteste.

-Yo estoy celebrando amor.- grito ella, estaba ebria, al fondo podía escuchar a camila cantando como loca.

-Has estado tomando.

-Solo un poquito.-no lograba ver nada, al parecer no lograba sostener bien el teléfono.

-Sabes Alejandro, quiero decirte hoy, que soy la mujer más feliz de mundo porque estas conmigo, hoy celebraré que ya soy tu mujer.- no pude parar de reír.

Sus palabras tranquilizaron mi alma, había sido un tonto por permitir que un mal sueño me hiciera dudar, del amor que nos tenemos. La llamada tuvo que ser cortada, porque a mi pequeña se le olvidó que estaba hablando conmigo y empezó a cantar como loca.

De verdad que se veía feliz, así que decidí que yo también debía celebrar, pero sería otro día, ya que debía dormir un rato.

…

Claudia y camila tomaron hasta que no pudieron más, camila se sentía feliz por su amiga, ella era testigo de lo mal que la paso por culpa de pablo. Pero ahora era diferente, su amiga era feliz.

Por otro lado, pablo no la estaba pasando muy bien, por más que se esforzara no podía corresponderle a lucero, cosa que paso que se la pasaran de pelea en pelea.

Odio todo esto, soy tu esposa, pero me tratas como a una desconocida pablo.- le grito lucero.

Lo siento mucho lucero, pero sabes perfectamente el porqué no casamos, así que ahora no me vengas con eso.- le respondió pablo mientras metía su ropa en la maleta.

Pensé que por lo menos lo intentarías, pero veo que es imposible que olvides a la zorra de Claudia.

Esas últimas palabras habían llenado a pablo de enojo, Claudia había sido la víctima, con qué derecho lucero hablaba así de ella.

Cállate, no tienes ningún derecho de hablar así de ella, no olvides que la que se portó como una zorra fuiste tú.- le grito pablo.

Lucero se llenó de ira y lo cachetea, era su esposa como era posible que la tratara de esa manera por culpa de alguien más. Pablo no dijo nada más, simplemente salió con su maleta en mano, dejándola sola en de la habitación.

Pablo tomo el primer vuelo de regreso, lucero, estaba que se retorcía de la ira, maldecía a pablo y a Claudia. Pero no permitiría que nada dañara su luna de miel, ella disfrutaría, así lo hiciera sola. Después de relajarse un poco se vistió con un hermoso vestido rojo, que resaltaba su hermosa figura, por suerte aun su embarazo no era notorio, aunque sus pechos había crecido un poco. Esa noche disfrutaría, se olvidaría de todo y de que era una mujer casada.

…

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***