Capitulo 9

ANNA

Al otro día el hombre estaba ahí en mi puerta, tan temprano que aún yo no estaba lista. 

– Si quiere la espero en mi auto – me dice, pero ya estaba dentro de la casa, sentí vergüenza al ver el estado en la que está mi sala de estar, llena de muñecas y peluches por todos lados.

No esperaba visitas y casi siempre ordenó la casa  cuando las niñas se duermen, pero últimamente me quedo dos o tres horas trabajando.

– No… no importa – le digo y tapo mi pecho, aún estaba en dormilona y no me di cuenta al ver sus ojos bajar.

Se sentó y se levantó de golpe, mirando como se había sentado sobre dos peluches de Melanie  y se los quitas.

– Aplasto a Susy y Vero – le dice y él le sonríe.

– Lo siento, Susy y Vero no lo volveré hacer – habla con su voz tierna y dulce. Sonríe.

– Y ¿Jhon? – pregunta Auris – pensé que vendría él.

Jhon las busca y las lleva, ya ellas se han acostumbrado a ver y hablar con el joven muchacho.

– Hoy Jhon está ocupado y vine yo – dice sonriéndole ahora a la mayor de mis hijas. 

– ¿El jefe hace de chófer también? – aquello le pareció gracioso a Sergio quien río y era la primera vez que veía esa actitud en él.

– Si, en mi empresa a veces el Jefe hace de chófer y lo que desee, para eso es el jefe. – responde gracioso.

– Yo quiero ser jefe – le dice Melanie quien se había sentado sobre su regazo y veo com el acaricia su cabello al responder.

– Entonces tendrá que ayudar mucho  y abrir una empresa para que seas la jefa mas bonita – yo los miro y no puedo dejar de sonreír aquella escena y como si Sergio fuera el santa Claus y ella le pidiera sus regalos para navidad.

– Y si soy jefe ¿puedo comer chocolate todos los días? – él me mira y sonríe

– Solo si mamá te deja, igual si eres jefa tu mamá mandara.

– Y ¿tú mamá te manda? – responde mi hija sin darle respiro al hombre.

– Ahora no puede porque murió, pero antes lo hacía

– ¿Tu mamá muerio? – le dice y el le hace una mueca como si estuviera triste y ella le lanza los brazos al cuello y lo abraza.

– Te puedo prestar mi mamá – eso último me puso nerviosa porque me miró con cara de picardía.

– Nena, no… eso no es así – le digo y la bajó de sus piernas. – las mamás, no se prestan de esa manera.

– No seas boba que mamá trabaja para él, y le paga para que trabaje no para ser mamá – la voz de Auris era de reclamo.

– Ella trabaja y puede ser mamá también – le dice él – por ser mamá nadie le paga porque ella las ama, y ser su madre la hace feliz.

Las tres nos quedamos en silencio mirándolo luego de sus palabras. 

– Creo que… llegaremos tarde si no se apuran – interrumpe el .

Yo me miró porque la única que faltaba por estar lista era yo.

– Ya me arreglo – digo y me pierdo escaleras arriba.

Me visto sin pensarlo mucho porque no quiero tardar. Busco unos zapatos y no me veo al espejo porque no te iba uno que me refleja mi cuerpo entero, solo la cara, así que solo me pongo un labial y al notar el vestido que estoy usando me queda algo apretado en el busto y se me salen. Pero no tenía tiempo de cambiarme así que tomé una chaqueta y baje. Tome mi bolso y a mis hijas ya estaba delante de Seguro quien en espero en la puerta y me escaneo con su mirada, sin decirme nada. 

Salí, con la chaqueta y el bolso en mi mano.

Sergio abrió la puerta de mis niñas y cuando yo iba abrir la mía él lo hizo.

– Se ve muy bien Anna – me dijo antes de que me subiera a su auto.

Con las manos temblando y el corazón agitado por la mirada que me echo Sergio, trato de ponerme la chaqueta.

– Se ve bien sin ella – dice él al montarse y volver a mirarme. – ¿no es así que su mamá se ve muy bien hoy? – le habla a las niñas y es Melanie quien se asoma entre las dos butacas 

– Si mami, eres la mas linda – ella me dice y yo beso su frente.

– Gracia Corazón – le digo y no peleó más con la chaqueta y me quedo así, sintiendo que de vez en cuando la mirada de Sergio sobre mi.

– ¿Auris no te parece que tú mamá está linda? – le dice él y la mira por el retrovisor.

– Si – dice ella con voz de fastidio y yo volteo a verla.

– Gracias cariño – le digo sonriendo aunque ella ni me ve.

– Tienen la mamá más linda e inteligente de todo el mundo – él sonríe y me ve.

No le hablo más, cuando llegamos al colegio mis hijas como siempre, salen corriendo del auto y se encuentran con sus amigas. Yo en quedo observandolas.

– Tranquila, solo ten paciencia con ella – lo miro – Auris, está algo molesta pero  te quiere.

No hablo, de hecho estuve en silencio porque él recibió varías llamadas en el camino a la oficina.

Al llegar me bajo y el aún sigue en sus llamadas y yo en apresuro y volteo a verlo cuando lo sorprendo mirándome me supe roja como tomate.

Sergio como cualquier hombre, me miraba el trasero y eso me hizo sentir muy incomoda, así que no subí las escaleras esperé que él llegara.

– Suba, yo  la sigo – me dijo el muy descarado, no le daría el gusto.

– Sube tu, yo…–. Me tomo por el brazo y subió a mi lado. Me quise soltar pero casi me caigo al forcejear con él. Y me tomo por la fuerza por la cintura.

– Vamos – estaba incómoda de la manera en que él reaccionó pero no logré soltarme de su agarre. 

Al llegar  al piso me solté y caminé con apuro sin importar que quizá me estuviera mirando. Me senté en mi lugar y luego lo veo llegar, venia al teléfono, no me miró, solo se sentó en su lugar.

Pase la mañana trabajando metida entre los estados bancarios de la empresa, verificando los gastos y las entradas. Verificar ingresos y facturas es agotador, al final del día no puedes ver todo igual, el agotamiento mental que te causa verificar facturas viejas es bárbaro.

Casi me quedó dormida en el auto cuando Jhon me llevo por mis niñas, las niñas esa noche estaban algo intensas, porque hablé con ella de incluirlas en una escuela de danza y brincaban y saltaban por todos lados, yo solo quería dormir. Un mensaje me distrajo cuando estaba apunto de poner mi cabeza en la almohada.

📨"Gracias Anna. Sergio Piettri"

Era de Sergio, no quise hacer caso viendo que llegó otro.

📨 "Hoy se veía muy linda, y también olía muy bien. Cada día me gusta más tenerla en mi oficina. Sergio Piettri"

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