Nataly eres mía.

La madrugada fue algo desastrosa, hicimos el amor, me gustó sí, pero no me gustó el momento de como sucedió, osea me deja y tarda en llegar y después está íntimamente conmigo.

Lo veo en la cama aún sigue dormido, me voy, me doy una ducha de agua tibia y veo las marcas en mi pierna, con tanta excitación que tuve ni cuenta me di en que momento esas marcas rojas fueron hechas. Salgo me visto y él aún duerme.

Me voy a la oficina en un taxi, no quiero que me lleve y tampoco creo que lo haría, ya que Sta muy dormido en fin, no yo misma me lo puedo explicar.

-- Señorita Nataly Scalob, buen día.

-- Buen día Nadia.

-- Señorita Nataly, le dejaron un ramo de rosas para usted, pero no trae tarjeta alguna.

-- Un ramo y sin tarjeta, bueno déjalas en mi oficina, te pido que revises las dos últimas reuniones.

-- Señorita Nataly, lo haré enseguida.

Asiento y doy las gracias Nadia es una chica joven, muy buena trabajadora, entro aquí hace un año y siempre se preocupa más que lo que le corresponde su trabajo.

Me agrada su empeño.

Me siento en mi oficina, veo el cuadro de Kaiser y yo estamos juntos en la plazuela de la ciudad tomando un helado y nos vemos muy bien juntos.

Pienso en lo que sucedió anoche y no puedo evitar entrar en contradicción, no se cómo decir o tomar lo que sucedió ayer. Se que no hice nada malo en la reunión; sin embargo y sin importar lo que yo hice o no hice, no debió de haberse arreglado así o no se ni que pensar.

Recibo un mensaje y es el dinero de los prados frutales, el señor Garrón siempre tan puntual con el pago.

Tocan a la puerta y es Nadia, me da las citas y una de ellas es del señor Molenta.

Me quedo perpleja ante el nombre del señor, quizás ayer cuando me fui al baño, sucedió algo y no se cómo tratar está inseguridad está haciendo en mi que flaquee mi persepcion.

-- Gracias Nadia y por favor avísame cuando sea el momento de la última reunión.

-- Lo haré, señorita Nataly le traigo su café con leche o prefiere un té helado.

-- Si si creo que está vez necesito un buen café con leche.

Nadie sale y yo sigo sumergida en mis archivos y reviso las finanzas del hotel, veo las imágenes mensuales del hotel y ho sorpresa, Kaiser está en la imagen, osea que fue a beber al bar del hotel.

Pero no está solo, no no lo está, hay una acompañante, me pierdo viendo una y otra vez el vídeo de veinte minutos, pero el demoro casi cuatro horas y el vídeo solo muestra que él está brindando con una rubia de vestido azul Calipso.

Me pongo verde del coraje si si se qué solo son unos tragos, pero ella se va primero y él se queda por media hora más y luego desaparece y ya no vuelve aparecer.

No sé si llamarlo, no sé si reclamar o no que mierda hacer, estoy enojada, estoy confundida, él llegó y me hizo el amor y me gustó mucho, pero que rayos estoy diciendo.

El sonido de la puerta me saca de esta confusión, es Nadia.

-- Señorita Nataly, el señor Molenta está aquí.

-- Ho si, hazlo entrar y por favor que nadie moleste y no me pases llamadas tampoco sea quien sea ok.

Nadia asiente y se va, dejando entrar al menor de los Molenta.

Entra y me saluda, yo le estrecho la mano.

-- Señorita Scalob, buen día, disculpe qué llegue un poco tarde, pero el tráfico está caótico, estoy trayendo los documentos personales para poder firmar el nuevo proyecto.

-- Buen día señor Molenta, que gusto volver a verlo, déjeme revisar la documentación y firmaré.

Empiezo a leer y todo esta muy bien estipulado según lo que se acordó, firmo y está listo.

-- Aquí tiene señor Molenta.

Voy a decir algo y escucho algunos gritos afuera, me sorprende y el señor Molenta también lo hace.

-- Disculpe señor Molenta, saldré a ver qué sucede, espere un momento por favor.

-- Si si lo haré señorita Nataly Scalob, pierda cuidado.

Salgo y veo a Kaiser lleno de rabia, está discutiendo con Nadia, lo recuerdo y le dije que no quería interrupciones.

-- Hey Kaiser ven conmigo.

-- Porque no me deja ingresar.

Le tomo la mano y lo llevo a la sala de conferencias, ya que está vacía.

Entro y tengo la cabeza apunto de explotar.

-- Kaiser que crees que estás haciendo como te atreves a venir a la empresa y hacer ese escándalo, que es lo que te sucede.

-- Que te sucede a ti, por un carajo Naty porqué prohibirme la entrada a mi que soy tu novio, soy tu marido ya que te he hecho mia incansables veces y vaya que lo has sabido disfrutar mucho y tú eres mi mujer. No crees que puedo verte cuando yo quiera.

Kaiser se va metiendo con sus manos dentro de mi ropa interior, me toca y me agarra el trasero, me presiona sobre la pared y me besa, pero ese beso es muy rudo yo trato de girar mi rostro y él me hace más presión con su cuerpo.

-- Nataly eres mía, y todo esto, todo tu cuerpo es mío, soy tu marido y no dejaré que nadie te toque jamás.

Kaiser trata de bajarse su pantalón y me nuestra su erec**ón, se rosa por mi pierna y eso me asusta.

Yo lo empujó y me bajo mi vestido, no quiero que me toque.

-- Haber haber, desde cuándo te volviste tan controlador e inseguro, no te basta con saber que te amo. Jamás te he faltado como mujer, pero veo que tú sí.

-- A que te refieres Naty, porqué mierda no eres más clara y me dices que quieres o que te pasa.

-- ¿Qué que que me pasa a mi?

Vamos Kaiser, eres tú él que está cambiado y sabes algo yo no voy a soportar eso, además dime qué hiciste ayer por la noche.

-- Estuve bebiendo en el bar del hotel solo eso.

-- Solo eso ja, Kaiser estuviste con una tipa rubia, estuve revisando las imágenes del hotel y te VI bebiendo con una mujer.

Y aún así me vienes tú a reclamar el porque te prohíbo la entrada, sabes tengo una reunión de negocios y tú estás alterando el orden sin saber nada.

Kaiser se acerca y me toma del brazo, me hace presión que siento dolor trato de sacarme de su agarre, pero no lo logro.

-- Escúchame bien Nataly, no puedes reclamar nada ya que no sabes que es lo que hice ciertamente, solo tienes dudas, pero una cosa te voy a dejar bien en claro, aquí tú eres mi mujer y eso lo tienes que tener claro muy bien.

Kaiser me besa de una manera brusca y me muerde mi labio inferior dejando en mi un sabor a sangre, si si me mordió.

-- Kaiser que haces, suéltame estás siendo un estúpido.

-- Soy lo que soy y aún así no seré fácil que olvides que eres mía recuérdalo siempre eres mía.

-- Tengo tanto enojo que le doy una bofetada y salgo de la sala de conferencias.

Vuelvo a entrar a mi oficina y les.eñor Molenta, me observa de una manera preocupada.

-- Señorita Molenta se encuentra usted bien.

-- Lamento el retraso, señor Molenta.

Me interrumpe y me dice...

-- Llámeme Oscar, llevamos negocios y bueno es mejor entrar en confianza, claro si usted me lo permite.

Justo cuando voy a hablar la puerta se abre de golpe.

Kaiser tiene los ojos rojos de la furia.

-- Ya veo porque la prisa de irte, diem una cosa Nataly ahora eres tú la que se ve a escondidas con un hombre.

-- Kaiser basta, el señor Molenta está...

-- Si si lo veo y se que está aquí y Nataly dime también fue él quien te envío esas flores.

-- Disculpe señor Ruan, yo no envié ningún ramo de flores y vine aquí solo por negocios. Señorita Nataly está usted bien.

-- Si si señor Molenta, gracias por todo y perdón.

-- No se preocupe. Creo que me debo marchar para que puedan hablar, señorita Nataly Scalob me despido.

-- Si si hasta luego y le pido disculpas por lo sucedido nuevamente.

El señor Molenta se va dudosamente, Kaiser y yo nos marchamos a nuestra casa.

El camino en auto sigue siendo incómodo, el solo muestra una cara de enojo y rabia y no entiendo porque lo hace, si se qué yo no hice nada.

Llegamos él se va por un trago y bueno yo no quiero comer nada siento como el estómago se me revuelve.

Seguro y es el día tan complicado que tuve, bueno siento que voy a vomitar no lo resisto. Me voy al baño y dejo salir lo poco que he comido en la mañana.

Me siento mal, tanta disculpa, estoy cargada de estrés 😞, no sé cómo los momentos de felicidad se fueron convirtiendo en discusiones, si bien pensé que eran parte de la convivencia; sin embargo esto me está desgastando físicamente.

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