Intentando nuestra primera vez...

Ha pasado una semana desde que salí de la clínica, ayer fui para un chequeo, Kaiser hace tres días hizo un viaje al pueblo, por un llamado de su tío.

Sobre el tema ya no hemos hablado, tenemos planes a futuro y uno de ellos es estabilizar nuestra relación. Estoy enamorada de ese hombre es muy atento, me ha ayudado mucho. Estoy en el jardín bebiendo una botella de agua, en eso me llega su mensaje 📩.

" Hey preciosa espero y ya te hayas tomado tu medicina, te adoro muñeca mía".

La sonrisa se deja escapar de mis labios, estoy feliz con él, mamá me llama de vez en cuando igual mis hermanas, tenemos una relación un poco raro las amo mucho, sin embargo no soy muy pegada a ellas, la mayoría de mi vida la pasé con mi amada abuela, pero el cariño está.

He tenido tiempos e revisar todos los correos de mi abuela, desde su computador, sigo con sus buenas acciones, doy parte de las ganancias de la empresa a los orfanatos.

El hotel sigue en pie su avance, Kaiser como estudiante de arquitectura está poniendo sus ideas y veo un buen trabajo.

Llegan las seis de la tarde, me decido por un baño, siempre y cuando cuidando la herida por la bala.

Mi piel está cicatrizando con éxito, me dice el doctor que tengo un buen sistema inmune y yo creo que todos eso se debe a mi abuela, ya que ella me ha alimentado casi toda mi vida con productos naturales, era muy exigente con los alimentos.

Salgo con una toalla envuelta, me sirvo un poco de lasagna de carne que hice como hace dos días, y sabe muy buena...

-- ¿Estás cenando sola?

No me pudiste esperar.

Me abraza por la cintura y me da un suave beso en la coronilla de mi cabeza, ya que es más alto que yo, creo que mide como 1.80 c.m bueno así lo veo, yo solo tengo 1.60 c.m y a su lado soy pequeña.

-- No pensé que llegarías justo ahora ya que no me avisaste.

Pero pierde cuidado y te sirvo un poco, sube a tu habitación y date un baño, aquí te espero.

-- Enseguida bajo, dejaré mi bolso en la lavandería, luego colocó la ropa sucia, tengo mucha hambre y ese olor me da un apetito tremendo.

Lo miro subir con el cuerpo cansado, colocó un plato más, y lo espero para cenar juntos... En todo este tiempo que llevamos juntos no hemos tenido intimidad, Kaiser prefiere dormir en el sillón para así no lastimar mi herida y bueno yo no soy experta en el tema de la seducción, así que trato de llevar todo con calma, aunque aveces muera por estar entre sus brazos y sentir su piel cerca mío, o eso es lo que he visto en las películas, pero hasta allí queda.

-- Bueno linda, la cena nos llama.

Te sirvo un poco de agua.

¿Quieres agua mineral o la del bidón está bien?

-- Me da igual Kaiser. La que tienes tú estás bien.

-- Entonces será, agua del bidón.

Sentados en la mesa, cenando comida de dos días, es la más perfecta y brindando con agua, que es muy saludable.

Kaiser me ayuda con los platos, los dejamos listos y buena a descansar, es una noche con un poco de lluvia, el cambio de clima se está haciendo presente y bueno toca colocar el aire acondicionado a temperatura agradable.

-- Dime preciosa, como se siente el aire, está calentito.

Yo le gritó desde mi habitación.

-- Si está perfecto, estoy cerrando las ventanas, pero está parece no ceder tan fácil.

-- Voy enseguida no hagas esfuerzo ok...

Siento como sube a toda velocidad por la escalera y de pronto escucho un fuerte ruido. Escucho como Kaiser se queja, bajo de la silla en la que estaba subida y voy a toda prisa.

Lo encuentro sentado frotando su rodilla, me inclinó hacia él y tiene unos rasguños, voy a traer el botiquín y él se queja que no le eche alcohol ya que tiene un poco de temor.

-- No seas un niño llorón, déjame limpiar la sangre solo eso.

-- Solo un poco y ten cuidado. Te lo pido se cuidadosa. Imagínate que soy un copo de nieve y que cualquier brisa o cualquier movimiento este se daña.

-- Tengo que limpiar y seré cuidadosa.

Tú solo cálmate y respira.

Uno, dos, tres y cuatro ...

-- Hayyyy... Eso me dolió un poco.

-- Por Dios Kaiser, solo fue agua oxigenada, no fue alcohol.

No seas niñito, ya terminé, con esta bandita queda todo sanado.

Listo te mereces una estrellita.

-- Kaiser!!! He olvidado la ventana no pude cerrarla y la lluvia puede mojar todo.

Nos paramos de inmediato y fuimos a mi habitación, para solucionar lo de el ventanal.

Luego de terminar y cerrar todo, Kaiser colocó las alarmas, ahora estamos más pendientes por lo sucedido igual la patrulla pasa cada media hora y aveces varia su horario.

Coloca su manta en el mueble y bueno yo siento pena de que se queje cada día en silencio de como le duele su espalda y que trae el cuello contracturado.

-- Hey Kaiser estás cómodo, porque puedes venir a descansar a mi cama, hay suficiente espacio para los dos.

--Yo... yo no sé si pueda controlar mis manos ya que cuando tú duermes me tengo que forzar para no poder tocar tu piel, solo te miro y me contento con verte dormir tranquilamente.

-- Con la medicación, solo me acuesto y me quedo dormida profundamente no supe jamás que me veías como dormía, que horror, me debo ver terrible.

-- Jajaja, eres un encanto, hay tanta paz en tí, eres como un pedacito de tranquilidad en mi vida, me has cambiado totalmente la manera de lo que he pensado y lo que he sentido, pero sabes bien que contigo quiero iniciar una vida de bien sin restricciones, solo amarte con todo lo que te puedo amar.

Cada vez que te tengo cerca, yo me resisto en lo máximo que pueda para no devorar tus labios y no dejar marcados mis labios en tu tez tan suave.

La noche es perfecta, el olor a lluvia mojada, la temperatura perfecta y mi piel más tensa que nunca, mi corazón palpita mucho. Yo solo doy un paso tras otro y voy con dirección a él...

Me paro en puntitas y lo beso, él no se resiste, me sigue con cuidado, como si tuviera una muñeca de porcelana entre sus manos.

-- Preciosa yo creo no poder resistir más...

Nos besamos más y más, sus manos recorren mi cuerpo y me levanta mi delgada bata de seda, me trata con cuidado, me lleva hasta la cama y me acuesta, se quita la camiseta, después de minutos estamos desnudos, tengo un poco de vergüenza, jamás me ví mi cuerpo y menos que alguien también este así conmigo.

-- Nataly estás lista...

yo asiento... Con una pierna abre paso y se coloca encima mío, se va acomodando y siento su masculinidad tibia entre mis piernas, intenta entrar, pero no accede. Va nuevamente y yo siento un ardor en mi interior, si acepto es doloroso. Pero quiero esto tanto como él, así que me acomodo y sigo poco a poco su ritmo, somos como dos tontos en esto, solo nos dejamos guiar uno al otro, ambos sin experiencia, pero intentando nuestra primera vez.

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