Un ataque al corazón.

Eran las dos de la mañana y entre conversaciones y risas fue una navidad distinta; pero está vez la pasamos más que bien, aunque tenía un vacío grande, ya que no quise huir debí ser más fuerte durante la cena.

Kaiser se me acerca y me dice que ya es hora de irnos y yo asiento, hablé con Lucas y él estuvo de acuerdo, fuimos primero a dejar a Katy la amiga y creo que a un futuro será algo más con Lucas.

-- Nat ya sabes dónde duermes ¿no es así? yo iré a mi habitación.

-- Gracias, no te preocupes ve y descansa.

Para eso Kaiser ya se había marchado, vivían en la misma casa que Lucas y sus padres, sino que en otra parte de la inmensa casa, solo un jardín los dividía.

Yo acostada con mi teléfono escuchando una y otra vez el mensaje que mi abuela me había dejado. Esa mujer para mí es lo más valioso que tengo, aparte de mi madre, si no que el mayor tiempo de mi vida he vivido con ella.

Me quedé dormida muy pronto, hasta que un pitido incómodo me levanto.

Me siento y trato de ver de dónde proviene aquel sonido y en la mesita de noche algo ilumina, es mi teléfono, lo tomo y veo el nombre de Kaiser.

-- 📲 ¿Preciosa aún duermes ?

-- 📲 Yo... estaba si... ya dormía.

-- 📲 Tengo un regalo para tí, no podía esperar hasta mañana.

-- 📲 Yo... estoy.

-- 📲 Te espero dónde una luz roja parpadea, síguela.

--📲 ¿Luz roja?

Recuerdo que me puse una bata la que Lucas siempre que me quedo la deja para mí, salí aún con un poco de sueño 🥱, conocía esa casa muy bien ya que durante mucho tiempo compartí momentos de diversión y cumpleaños con Lucas; pero jamás pise el lado opuesto.

Pase por el corredor, me asome por un barandal y sí allí estaba la luz aunque era débil, la podía notar.

Baje con cuidado y sin hacer el menor ruido camine hasta llegar.

No había nadie solo el ruido de algunos grillos. Cuando una mano me tomo mi cintura y Kaiser se dejó ver.

tenía en la otra mano una cajita color dorado con un lazo plateado brillante.

-- Sabes no pude esperar hasta mañana, no te di ningún regalo por navidad, así que yo, yo quiero que lo conserves siempre.

Yo le extiendo la mano, para recibir la cajita, me sorprendió, ya que yo no tenía nada para él.

-- Solo llévala contigo siempre.

La abro y veo una medallita muy linda con un dije de flor de cerezo 🌸.

Kaiser me la coloca, yo retiro mi cabello para que la abroche.

-- Te queda perfecto, se para delante de mi y me toma de mis mejillas y besa mis labios.

Nos sentamos en aquella manta, la noche estaba tranquila, poco a poco el bullicio de la música del pueblo se iba apagando.

Kaiser me abraza y asi no recuerdo cuando nos quedamos dormidos, la mañana se hizo presente y un hermoso día se asomaba.

-- Kaiser Kaiser, creo que tenemos que irnos antes de que alguien venga.

-- No no... Nadie vendrá ya que mi abuelo sale en la madrugada para su viaje y bueno yo me quedo solo en esta parte de la casa.

Así que vamos es mejor tomar un buen café, hayyy siento como mi espalda me duele.

Jajaja... Y no es para menos, tú debes estar igual.

Yo también río.

-- Sabes yo estoy acostumbrado a dormir en los jardines, hasta en un árbol.

...Fuimos a su casa, es muy linda, se veía tan bien preparando el café....

Huele tan bien, de pronto siento que mi estómago se desespera por beber el delicioso café, recién pasado.

-- Preciosa, ¿quieres que le agregué leche?

Yo asiento en afirmación, me da una taza y él se sirve otra, sentados en la barra de la cocina bebiendo el café, no había empleados, solo se escuchaba el eco de nuestras voces.

-- Kaiser, son las seis de la mañana y yo regrese hasta el medio día a mi casa o bueno a la de mis tíos; pero creo que tengo que volver sino Lucas pegará el grito al cielo y luego me invadirá con un arsenal de preguntas.

-- Y si pasas la mañana conmigo, un día después de navidad mi abuelo viaja para ver a su hermano de otra ciudad y yo me quedo hasta su regreso, pero está vez no quiero estar solo.

¿Que dices? ¿Te quedas?

... Y pone unos ojos tiernos haciendo un puchero con sus labios, yo me sonrió en aprobación.

Pasamos a su sala, nos sentamos juntos y bebiendo chocolate con leche, mirábamos las películas.

Esto iniciaba con un gusto que ya tenía indicios de amor, si se dice que el amor a primera vista existe pues yo lo estoy comprobando.

Kaiser desliza su mano por mi cabello y juega con el, llegaron las once y yo regrese a la habitación, al parecer nadie se dió cuenta de mi ausencia, en fin me vesti y junto a Kaiser cruzamos los jardines para así llegar a la casa de los Wenner Blanco.

En este pueblo hay caminos que a través del campo de plantaciones se unen, claro si conoces por dónde entrar y yo soy una experta ya que la mayoría de tiempo que pase aquí me dedique a pasear por todo el inmenso prado.

Kaiser me deja muy cerca, me abraza y un suave beso es depositado en mi frente.

Lo miro mientras voy avanzando, cruzo el jardín de flores y ya estoy en la terraza de la casa, subo las escaleras y mi abuela aún esta dormida, trato de no levantarla y hago el menor ruido posible, me doy una ducha fría, pensando en que si mi abuela me regañara y luego me dirá no seas cabeza dura...

Salgo de la ducha, me visto con un sencillo vestido color azul, voy a darle un beso y ella aún está dormida, le doy un beso, pero no no y no...

Su piel está fría muy fría, trato de moverla para que despierte y es imposible.

No se mueve, tocó su pulso y ...

¡HO POR DIOS!

La casa se quedó en silencio ya que solo mis gritos se escucharon, enseguida una muchacha de la servidumbre entra y ve la escena de tragedia al parecer nadie se dió cuenta, a los pocos minutos entra mi tío, el hombre que tengo por padre y uno de mis primos.

Yo estoy como en una película donde todo pasa lento solo veo que corren de un lado a otro mis ojos no parpadean y mi boca no emite palabra, siento que mi corazón se detiene y no se que hacer, al poco rato una ambulancia llega y examinan a mi abuela, cuando creo que no tengo reacción escucho decir...

La señora tiene dos horas más o menos de haber sufrido un ataque al corazón.

Mis lágrimas brotan como cascadas; pero aún no pronunció ninguna palabra, se la llevan y yo quedó casi sola en la habitación, siento que alguien me mira y allí está él, se acerca y yo, yo solo lo escucho...

-- Siento tu pena y se que la amabas más que a nada en este mundo y hoy ella se nos fué, yo lo siento tanto, mi madre ya no está más aquí y quiero que tú sientas...

Lo interrumpo y exploto con palabras que por años me he guardado, detrás de él está su esposa, aquella víbora que años atrás trato de matar a mi madre; sin embargo no lo logro ya que mi padre se interpuso y fue el quién recibió el disparo en la espalda, ese disparo era para mi madre, que en esos años ella tenía siete meses de embarazo, era a mi a quien llevaba en su vientre.

-- NO TE ATREVAS A TOCARME NO QUIERO TUS PALABRAS NI TU MÍSERO CONSUELO YO NO TE NECESITO ES MÁS JAMÁS TE NECESITE... SOLO ERES EL HOMBRE QUE ME DIÓ UN APELLIDO DEL CUAL RENIEGO CADA DÍA.

TE ODIO A TÍ ODIO A CADA MIEMBRO QUE LLEVE TU SANGRE ESA SANGRE QUE ESTA MANCHADA DE ASESINATOS Y SECRETOS... VETE NO TE NECESITO Y JAMÁS INTENTES HABLARME TE ODIO.

-- No puedes odiarme Naty soy tu padre, yo yo lamento...

Lo interrumpo y lo dejo hablando, a lo lejos escucho que me dice una y otra vez mi nombre; aún no asimiló que mi abuela ya no está, dónde está ella, quiero verla...

Corro por los jardines, hasta alejarme de la casa, paso por el pequeño riachuelo, me siento y lloro mucho mucho.

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