capítulo 18- dejarse llevar...

Aida sintió como si diera vueltas y al caer al piso apoyándose de sus manos, ve como caen un par de gotas de sangre, la emperatriz estaba pasmada ante lo que ha pasado, Aida se lleva la mano a la cara y esta se mancha de sangre, ese golpe sin duda le había roto la nariz, lo que la hizo ponerse a llorar.

— lady Aida...princesa ¿como puede hacer eso y en mi presencia?— la emperatriz se agacha para ayudar a Aida.

Le da ayuda colocando un pañuelo en su nariz, pues no dejaba de sangrar.

— precisamente lo hice en su presencia para ahora si compruebe que fui yo.— Vittoria sonríe con malicia.

Aida al levantar la mirada puede ver los ojos llenos de malicia de Vittoria así que desvía la mirada buscando a Leonel esperando tener su compasión ahora que ya vio que fue agredida, pero pudo notar la mirada fría del rubio y alcanza ver un sonrisa leve de burla. Leonel sostiene la mano de Vittoria con la cuál golpeo a Aida.

— tienes buena mano, mira su rostro.—

— ¡Leonel! ¿Pero que dices? Este acto es inaceptable.— reclama la emperatriz.

— inaceptable es que todos entren al palacio de la princesa sin previa invitación, eso te incluye madre. Váyanse.—

— alteza ¿como puede tratar así a la emperatriz?— reclama Aida.

— cierra la boca, que todo empezó por tus mentiras.—

— yo no miento...emperatriz, créame por favor, usted misma acaba de ver lo que es capaz...—

Leonel llama a los guardias y pide que escolten a la emperatriz y a Aida lejos del palacio de Vittoria, ambas se quejan pero Leonel las ignora y entra a la habitación con Vittoria. Al estar fuera la emperatriz de inmediato ordena que se lleven a Aida con el médico imperial, la emperatriz observa la entrada, pero se da la vuelta y se marcha; desde su ventana Vittoria observa a la mujer marcharse, antes pensó que no era una mala persona, pero el saber que le cree más a Aida, la hace enojar, definitivamente ella no cuenta como aliada, sus pensamientos son interrumpidos cuando Leonel la abraza por la espalda y besa su hombro, sus manos se deslizan desde la cintura de la chica hasta apretar sus sen*s por encima de la ropa, por supuesto que Leonel piensa retomar lo que estaban haciendo antes.

— el humor se me ha ido, deberías quitar tus manos.—

— que cruel eres esposa, dejándome con ganas.— aprovecha la posibilidad para atrapar entre sus labios el lóbulo de la oreja.

Vittoria se sobresalta ante esa sensación y le empuja con el codo para que se aparte.

— tu madre y tu amiga arruinaron el ambiente, quizás cuando este de humor tengas oportunidad.— sonríe con burla.

— si me deshago de esa mujer metiche llamada Aida ¿estarás de humor?—

Vittoria se libera del agarre del rubio y se gira quedando de frente, esa pregunta llamo su atención.

— ¿eres capaz de deshacerte de ella si lo pido?—

Leonel sostiene la mano de Vittoria y se la lleva su labios besando el dorso de esta.

— conquistaria un imperio si me lo pides...—

Esa respuesta le ha encantado a Vittoria, un hombre capaz de hacer todo por ella, es alguien que vale la pena y se la hace interesante, incluso esta empezando a creer que Leonel es como ella, capaz de todo con tal de obtener lo que quiere. Vittoria le abraza por el cuello y besa los labios del rubio, Leonel no duda en corresponder el beso sujetando la cintura de Vittoria para atraerla contra su cuerpo, el que ya no usará esos vestidos pomposos con tul abajo, le parecía mejor pues al ser sencillo, es más fácil que sus cuerpo estén juntos. Deslizo sus manos por las por los muslos y se inclina levemente para sostenerla de la pierna y así levantarla sin romper el beso, Vittoria se sostiene de su cuello y Leonel aprovecha para sentarla sobre el escritorio que había cerca de ellos, aunque la cama este a unos pasos, no piensa aguantar más, se lo hará ahí mismo, prueba de ello es que ya le este retirando la ropa interior tras meter las manos bajo el vestido, Vittoria notó esto, pero le permite hacerlo, incluso ella se encarga de desabotonar la camisa del rubio, dejando a la vista su bien esculpido cuerpo, cuando rompen el beso.

— ¿te gusta lo que ves?— pregunta el rubio con una sonrisa.

— me encanta...pero me falta ver lo más importante.—

Vittoria se relame los labios y lleva sus manos al pantalón, liberando la notable dureza de su esposo, era grande, de eso no había duda, aunque lo notó aquella vez en el carruaje; Leonel no dudo en separarle las piernas y acomodarse entre ellas, Vittoria se sobresalta al sentir que empuja dentro de ella en sola estocada, causando que deje salir un jadeo, era duro y caliente, le estaba causando el mayor placer, sobre todo cuando Leonel no se espero para moverse, era un vaivén salvaje, la sostenía de la cintura, mientras que Vittoria apoya sus manos sobre el escritorio, a ella no le importa si los escuchan por fuera, ha comenzado a dejar escapar sus gemid*s pues en verdad estaba disfrutando el acto, además así todos sabrán que el príncipe sabe complacerla. Por su parte Leonel también estaba disfrutando del acto, era la primera vez que la tomaba de esa manera y era la primera vez que se estaba sintiendo satisfecho, ver a Vittoria disfrutar del acto era un deleite para él, sus cuerpos ahora encajaban perfectamente, ambos perdidos en el placer hasta alcanzar juntos el clímax.

Leonel se inclina apoyando su frente en el pecho de Vittoria mientras respira agitado y puede sentir como el pecho de Vittoria sube y baja de la agitación, la dejará recuperar el aliento, pero piensa seguir el acto en la cama, no la dejará ir, esta vez ambos disfrutaran hasta quedar satisfechos.

Al día siguiente, Leonel se había marchado temprano por deberás, mientras que Vittoria estaba en el sofá de su sala, perdida en sus pensamientos, no podía creer que cedió a la tentación y que además lo disfruto como nunca antes había disfrutado, Leonel era un amante salvaje y apasionado.

— aquí esta el agua y la medicina, debe tomarla ahora, son tres.— Sofia deja el vaso sobre la mesita y le entrega tres pequeñas cápsulas verdedosa.

Son las que vio en los recuerdos de Vittoria, son las pastillas anticonceptivas, debe de recordar de tomarlas antes o después del acto, aunque Sofia le ha dicho que para prevención puede tomarse dos diarias, hasta el momento son seguras y no se sabe de ningún caso que hayan causado daños en las mujeres.

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