capítulo 17- para que digan que fui yo...

— que cruel a sido con su amiga de la infancia, alteza.—

Leonel apoya la mano sobre la mesa y otra en el respaldo de la silla de Vittoria para estar más cerca de ella.

— lo que dije es verdad, fui amable porque mi madre lo pidió...—

— entonces puede ser que también este siendo amable conmigo porque la emperatriz lo pidió.— Vittoria pasa sus dedos sobre la mejilla del rubio.

Leonel enseguida sujeto la mano y beso la palma de esta.

— ella no me pidió eso, esto lo hago porque quiero...—

Sin que Vittoria pudiera protestar, sus labios se vieron únicos a los del rubio y aunque le tomo por sorpresa, ella no lo rechaza e incluso cuando el esta por separarse ella le jala del cuello de su ropa para seguir con el beso, era intenso, ambos degustan sus labios, Leonel no creyó que Vittoria le correspondiera, pero no tiene quejas, ese beso era demandante, todos los que estaba cerca procuraron apartar sus vistas e irse de ahí, incluso Sofia se aleja; Vittoria tenía el control, pues al finalizar el beso no dudo en morder con saña el labio inferior del rubio.

— Vittoria...me estas tentando demasiado.— sonrió ladino

Se acerca al cuello de la chica donde muerde lo suficiente para dejar una marca de sus dientes.

Vittoria se sobresalta y se levanta de la silla cubriendo donde el rubio había mordido.

— vaya que eres atrevido...—

— lo soy, no te imaginas cuanto.—

Vittoria deja salir un suspiro, es difícil entenderse con ese hombre, pero no puede evitar pensar que es bastante tentador, ese beso no se siente que haya sido suficiente y esa mirada no es para nada la de un hombre amable, algo que le extraña, pues en la historia fue descrito como un chico amable de buen carácter, nunca se menciona que tuviera un carácter malicioso.

— ¿que tanto piensas? ¿No será que sigues pensando en Angelo?— del solo imaginárselo le da tantos celos.

— creo que tiene una idea equivocada alteza, ese enamoramiento por el Duque paso hace mucho tiempo, pero si quiere puedo seducirlo y así te quedas con tu amada Lía.— quizás la verdadera Vittoria seguía enamorada, pero ya existe.

Vittoria puede ver la mirada furiosa del rubio y la sujeta del brazo para hacer que ponga de pie, siendo fácil poder cargarla como si fuese un pequeño costal sobre sus hombros.

— de tus labios el único nombre que saldrá será el mío.—

— pero que...oye...bajeme...¡SOFIA! —

Todos los sirvientes se sorprenden al ver como Leonel se lleva a Vittoria cargada sobre su hombro, la chica trata de liberarse pero en esa posición poco puede hacer y no es como si no pudiera liberarse usando magia, pero solo quiere ver hasta donde es capaz de llegar el rubio. Al llegar a la habitación Vittoria fue lanzada sobre la cama y antes de poder reincorporarse, Leonel se lo impide subiéndose encima de ella.

— si no me deja ir me veré en la obligación de golpearlo.—

— hazlo, me gusta la idea de que seas salvaje, así no tendré que contenerme...—

Antes que Vittoria diga algo el rubio comienza a meter la mano bajo el vestido de la chica, ahora que lo nota mejor su estilo de vestimenta cambio, antes vestía tono claros y vestidos voluminosos, ahora son oscuros y sencillos, aún así le dan ese toque de elegancia y sensualidad; Vittoria le detiene la mano, antes de que toque más haya de la pierna.

— no estamos en la noche conyugal alteza, debe abstenerse...—

El rubio es tentador y si no lo detiene podría ceder ante él.

— al caraj* la noche conyugal, no pienso esperar más...—

Leonel se inclina besando el cuello de Vittoria, mientras su mano aprieta el muslo de la chica, pero Vittoria no quería ceder, en ese momento ella no ha pensado seriamente lo que hará, ahora que sabe que todo a sido un malentendido, debe pensar en su futuro, si divorciarse o asumir la responsabilidad de ser emperatriz en un futuro.

— Vittoria...— susurra al oído de la pelilila.

Vittoria se estremeció por el cosquilleo que causo su aliento; la chica dejo salir un largo suspiro, igual un poco de acción no le hace daño, al menos sabe que puede evitar un embarazo no deseado. Sostiene la mano del príncipe para apartalo de su pierna y en un rápido movimiento la posición cambia quedando encima del rubio, quien estaba sorprendido por el atrevimiento de su esposa en especial al ver que ella misma de deshace de las ataduras del vestido el cual logra quitárselo quedando solo en ropa interior, era una lencería de encaje negro que hizo estremeces a Leonel del solo verla.

— parece que te gusta lo que ves...— Vittoria sonrió con burla pues puede sentir contra su trasero algo duro al estar sobre el rubio.

— no solo me gusta, me fascina, querida esposa...— Leonel deslizo sus manos en las piernas de la chica.

Vittoria sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo ante el roce de los dedos ajenos sobre su piel, incluso dejo escapar un suspiro, parece que no ha sido mala decisión ceder ante sus deseos, al menos si en algún momento decide no divorciarse debe saber si su esposo y ella son compatibles en la intimidad.

— e-espere majestad no puede entrar, su alteza y el pri...— Sofia no pudo detenerla.

La emperatriz abrió la puerta de la habitación con fuerza que esta se azotó sorprendiendo a ambos jóvenes, la emperatriz iba molesta pero se quedo impactada ante lo que veía, en plena luz del día, su hijo estaba en la cama con Vittoria en lencería.

— ¡oh! Por dioses...esto...— la mujer se tapa la cara saliendo de ahí.

— majestad le digo que no es nece...— Aida venía tras ella y noto esa escena.

La rubia no esperaba ver algo así, pues apenas salió del jardín de Vittoria, busco en la cocina té y se lo tiro en el vestido y se revolvió un poco el cabello, de esa manera tan lamentable fue con la emperatriz a llorar diciendo que Vittoria la había tratado mal, por eso la emperatriz había entrado al palacio de Vittoria con la intención de reclamar, pero las dos nunca imaginaron encontrarse con una imagen así.

— pero que vulgar y en pleno día...— expreso Aida.

Leonel de inmediato cubre a la pelilila con una sábana y se pone de pié para salir tras ambas mujeres y cerrar la puerta.

—¿que significa esto madre? Entras así al palacio de mi esposa...—

Leonel observa a Aida con el vestido manchado, imaginando que algo debió hacer para acusar a Vittoria con la emperatriz pues no estaba así cuando salió del jardín de Vittoria.

— y-yo sabía que hacían algo así...hijo discúlpame...es que tu esposa trato de manera descortés a lady Aida y creí que debería disculparse.—

— ¿disculparse de que? Mi esposa no tiene la culpa que tu protegida parezca salida del corral de cerdos.—

Aida se encoge de hombros por lo dicho y se muestra a punto de llorar.

— Leonel no hables así, se que tu esposa podría estar celosa, pero no debe humillar a las personas.—

— madre ¿hay pruebas de que Vittoria le hizo eso? Porque yo estaba presente cuando se fue y no se veía así...—

Aida frunce los labios ante lo dicho pero se cubre el rostro y comienza a sollozar.

— majestad lo lamento, yo sabía que era mejor no decirle lo que paso porque su alteza estaría de lado de su esposa.—

La emperatriz se acerca a Aida y le consuela con una caricia en la espalda.

— Leonel se sincero ¿fue la princesa quien hizo esto? No puedes cubrir algo así, Aida solo trata de ser amable.—

— pero no fue mi madre quien dijo que debo apoyar a mi esposa en lo que sea, aunque es verdad, Vittoria no hizo nada.— Leonel se cruza de brazos mostrando una sonrisa de burla.

La emperatriz guarda silencio pues era verdad, ella ya le había dicho a Leonel que debe de estar de parte de su esposa, pero la emperatriz cree en Aida, pues Vittoria había hecho algo así antes con la Duquesa Lía, debido a sus celos. La puerta se abre y era Vittoria ya vestida quien observa la situación.

— siempre supe que la amabilidad de la emperatriz era falsa, pero si quieren estar seguras de que agredi a Lady Aida, con gusto lo haré.—

Vittoria al ver que Aida aparta las manos de su rostro, se acerca dándole un fuerte puñetazo en la cara que le hizo caer...

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