capítulo 16- ¿amiga?

Ahora Vittoria tenía claro que entre el príncipe y la verdadera Vittoria solo había un gran mal entendido a falta de comunicación, al menos tuvo tiempo de reflexionar sobre ellos al permanecer en cama, pero por fin había podido levantarse y practicar su magia, fue una mañana muy agotadora, así que mando a preparar té frío para refrescarse, las doncellas terminaron de servir pero al ver a Vittoria estás se retiraban murmurando entre risillas.

— ¿tengo en la cara o porqué esas risas? — les reclama antes de que puedan alejarse.

Las doncellas se detienen e inclinan sus cabezas, para pedir disculpas. Fue hasta que Sofia regreso y se veía algo preocupada.

— alteza, escuche algo alarmante...— se inclina cerca de Vittoria.

— habla, imagino tiene que ver con las aparentes burlas de las doncellas.—

— Aida Masson ha regresado a la capital, se dice que ella era la amiga cercana del príncipe y su primer gran amor antes de Lía Rizzo.—

Vittoria sonríe ante esa información, parece que el príncipe es el hombre más codiciado del país, pero es una pena que tenga una esposa territorial, pues aunque quiera divorciarse, no va permitir que cualquiera venga a quitárselo, el príncipe será libre cuando ella lo decida y nadie la deja, es ella quien se deshace de quienes no necesita.

— creo que me divertire un poco...cuéntame lo que sepas.—

Vittoria comenzó a tratar de recordar sobre Aida, aunque al parecer la verdadera Vittoria no la conoció, aún así esa supuesta amiga de la infancia no le parece de confianza.

— dicen que su madre fue amiga de la emperatriz, cuando Aida quedo huérfana de madre y como su padre viajaba mucho, ella se quedaba en el palacio, el príncipe y ella eran muy unidos, incluso creyeron que se casaría pero a los quince años, ella se marcho de la capital debido al trabajo de su padre.—

— bien, vamos, espero su alteza este en su palacio.—

— ¿va por el príncipe? ¿en serio? — Sofia no podía creerlo.

Era la primera vez que su señora tomaba la iniciativa de buscar al príncipe. En el palacio de este, los guardias no querían dejarla pasar, pero ella uso su magia para paralizarlos y entro, los sirvientes vieron con desagrado este hecho, por lo que se negaban a decirle donde estaba el estudio del príncipe, pero ella solo fue abriendo puerta por puerta, lo hacía azotandolas hasta que entro a la correcta, Leonel estaba en su escritorio y se sobresalto por el golpe.

— ¡cielitoooo! ¿quien demonios es esa perra llamada Aida Masson?— Vittoria lucia molesta.

— alteza lo lamento, no quiso escucharnos, entro a la fuerza...ya la sacamos...— dijo la doncella en jefe.

— fuera ustedes, ella es mi esposa, puede venir cuando quiera.— ordena.

Los empleados se sorprenden, pero se retiran, así que el príncipe deja sus papales y se para prestarle atención a Vittoria.

— ¿que decías? Querida esposa.—

— Aida Masson, escuche que esta de regreso a la capital y las doncellas me miran con burla, escuche que era muy unida a ti.—

Vittoria se acerca y rodea el escritorio para sentarse sobre este frente al Rubio, quien sonríe.

— siempre he tenido esta fantasía, solo que en mi imaginación solo llevas ropa interior...— Leonel mantiene su sonrisa coqueta.

Vittoria solo se cruza de brazos sin reaccionar a su coqueteo.

— respecto a la pregunta, no se quien sea esa ¿debería conocerla?—

Le rubio aprovecha para pasar su mano sobre la pierna de Vittoria pero esta le pega la mano con su abanico de mano y enseguida la aparta.

— ¿acaso estas celosa, esposa?—

— no, pero no me gusta que se burlen de mí y menos tolero que me quiten lo mío, solo pueden recogerlo cuando yo lo tire.—

Leonel solo sonríe por las palabras de la ojirubi. Mientras que fuera, todos los sirvientes murmuran pues escucharon el porque la princesa llegó ahí, todo se debe a que ya sabe que Aida Masson regreso a la capital y ha llegado a montarle una escena de celos al príncipe, obviamente todos creen que ante Aida, Vittoria no tiene comparación.

En el palacio de la emperatriz, un carruaje ha llegado, de el baja una hermosa rubia de calida sonrisa, quienes la vieron llegar enseguida la saludan y ella les responde con amabilidad, sin que tenga que pedirlo, la guían hasta el palacio de la emperatriz, mientras le comentan los felices que están de verla de nuevo, al llegar con la emperatriz, Aida la saluda como debe de ser y la mujer estaba feliz de ver a la rubia, había pasado tanto tiempo desde que se fue.

—¿como esta su alteza Leonel? No sabe cuanto lo he extrañado, espero que se emocione al verme.— Aida mostraba una sonrisa radiante.

— ha estado bien, cumpliendo con sus deberes de heredero. Aunque me preocupa un poco, su relación matrimonial no va del todo bien.— la emperatriz dejo salir un largo suspiro.

— que lamentable ¿acaso no gusta de su esposa? Escuche que es una chica amable y hermosa.—

— lo es, estoy segura que te agradará cuando la conozcas.—

— por supuesto, ella será una hermana para mí.—

La emperatriz se alegra por las palabras de Aida, pero ella frunce un poco los labios. Al día siguiente Vittoria termino sus clases de esgrima e iba a la biblioteca por algunos libros de magia, pero Sofia la alcanza para decirle que alguien la buscaba, Sofia de inmediato le hace saber de quien se trata. Vittoria no tardo en llegar al jardín donde las doncellas atendían gustosas a Aida y de nuevo habían esas risillas burlonas.

— buen día princesa, lamento venir de imprevisto.—

Vittoria nota que la chica no se levanta para saludar como se debe, supone que cree tener privilegios al ser cercana a la emperatriz.

— agradecería si la próxima envía un aviso antes.— Vittoria tomo asiento mientras que Sofia le llena la taza de té.

— por supuesto lo haré, es solo que estaba emocionada de conocer a la esposa de Leo.— la chica mostraba una sonrisa.

— ¿Leo? No conozco a ningún Leo, mi esposo se llama Leonel De Luca y es el príncipe heredero...— Vittoria bebe con tranquilidad el té.

— m-me refiero a él, es mi manera de llamarlo ya que somos muy cercanos, Leo y yo somo amigos desde la infancia y nos queremos mucho.—

Vittoria se tiene que aguantar la risa debido a lo que hablo ayer con Leonel y este insistió en no recordarla y en cuanto le dijo quien era, Leonel solo menciono que era una niña fastidiosa.

— que raro, mi esposo jamas me hablo de usted...solo habla de cosas importantes.—

Aida apretó los dedos en la falda de su vestido ante las palabras de Vittoria y estaba por decir algo cuando se anuncia la llegada Leonel, Aida se pone de pié y gira, al verlo venir hacía ellas, Aida camina hasta el rubio y estaba lista para abrazarlo, pero el príncipe la evita y sigue hasta llegar con Vittoria, Aida se queda pasmada ante lo sucedido y los sirvientes que andaban cerca, has visto aquello.

— parece que llegue a tiempo esposa mía.—

— si, justo a tiempo, tu preciada amiga ha llegado.— Vittoria señala a Aida.

Esta se acerca y hace una reverencia, mientras que Leonel la mira de arriba hacía abajo.

— no sabe lo feliz que estoy de verlo de nuevo.—

—¿y tú quien eres? ¿Verme de nuevo? Si no te conozco...—

Vittoria se aguanta las ganas reír, la cara de Aida era una única en ese momento.

— en fin, si nos disculpas, mi esposa y yo queremos estar solos.—

Le hace una seña a los guardias para que guíen a Aida a la salida.

— pe-pero alteza...soy yo...yo soy Aida Masson...¿no me recuerda? Somos muy cercanos.—

— ¡oh! Si, la protegida de mi madre, pero nunca dije ser su amigo, solo fui amable porque mi madre me lo ordenó. Ahora retírate.—

Aida estaba roja de la ira, de eso no había duda, era humillante haber sido tratada así, además el príncipe actuó diferente ante ella, ese no era el Leonel que ella recordaba, un Leonel amable y que siempre le mostraba una cálida sonrisa.

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