capítulo 14- su lado...

Cuando conoció a Lía le pareció una chica algo torpe, pero Lia fue la única que lo trato como su igual sin importar su estatus, así que pensó que ella sería perfecta para volverse su emperatriz, incluso creyó estar enamorado, pero cuando ella lo rechazo, nisiquiera le importo, aún así la siguió viendo como una amiga, al ser la esposa de Angelo, su mejor amigo, cuando llegó el momento de decidir por una esposa, su madre le entregó la información de varias chicas, al enterarse de esto, Lia le dijo que era un poco injusto que esas chicas tengan que ser elegidas como si su opinión no valiera, pero sabía que no le quedaba de otra, Lía fue quien le sugirió elegir a Vittoria Valentini de entre todas las candidatas, Lia había coincidido en las mismas fiestas de té y en su opinión Vittoria era inteligente y amable, era diferente a todas esas chicas superficiales que solo veían la oportunidad de casarse con el príncipe, como algo que le sirve para subir de estatus.

Siguiendo el consejo de Lia, escogió a Vittoria, se llevo a cabo el compromiso y la visito varías veces, Vittoria era hermosa y tal como dijo Lía, era una chica sencilla, amable e inteligente; el día de la boda llegó, ambos dieron el sí ante el altar y pasaron su noche de bodas, aunque pudo notar que Vittoria no estaba nada feliz por esa boda, pues después de consumar el matrimonio se recluyo en el baño. Los días iban pasando, el procuraba pasar el día con Vittoria dos veces por semana, quería que se llevarán bien, aunque ella era distante, cosa que no ayudaba mucho a crear una buena relación, al paso de dos meses, cuando el iba regresando de una misión con Angelo, escucharon el alboroto en el jardín de Vittoria y al llegar, vieron a Vittoria con el vestido lleno de té y las otras riendo.

—¿que esta pasando aquí?— pregunto Leonel molesto.

Las chicas guardaron silencio ante la mirada molesta del rubio.

— ¿ustedes le hicieron eso?— señalo el vestido de Vittoria.

Vittoria mantenía la cabeza agachada, mientras que las chicas guardaban silencio.

— Vittoria...¿ellas fueron?— pregunto a la chica.

Vittoria levanto la visto, iba a decir algo pero fijó su mirada en Angelo quien solo observa la situación, Vittoria dio un pequeño suspiro y agacho la cabeza.

— fue mi culpa...a mi se me resbaló de la mano...—

Leonel estaba dudoso, pero las chicas de inmediato se escusaron y huyeron de ahí mientras que Leonel tomo una servilleta para limpiar el líquido de la mano de Vittoria.

— ¿segura que no fueron ellas? Sabes que si lo hicieron puedo darles un castigo...—

— estoy segura, no fue nada.— Vittoria se levanta.

Hace una reverencia y huye del lugar, dejando a Leonel dudoso de la situación. Sofia había seguido a Vittoria hasta su habitación donde la ayuda a quitarse el vestido sucio.

— alteza ¿por qué mintió? Debió decirle la verdad al príncipe, para que esas mujeres dejen de burlarse de usted.— le reclama Sofia.

— no importa...es vergonzoso decir que no puedo defenderme ante ellas...—

— aún así debe decirle...esta noche que venga a verla dígale la verdad.—

— eso ya no importa...es verdad...los anticonceptivos ¿lo conseguiste?—

Sofia saca de su bolsillo una bolsita de tela y se lo entrega a Vittoria.

— sigo pensando que es una mala idea, si no puede tener hijos podrían forzarla al divorcio.—

— esta bien eso...sabes que yo no quería esto...no me importa no casarme nunca porque el hombre que quiero ya se ha casado...— Vittoria abre la bolsita de tela y se traga un par de esas pastillas.

— me parece tonto que piense así, el Duque Angelo es un buen hombre, pero no era para usted, el príncipe es una buena opción, es amable y la respeta. Hace tiempo en su agenda para verla.—

— no me importa, no quiero que el matrimonio funcione...nunca lo quise en primer lugar.—

Sofia deja salir un suspiro resignada, sabe que nada hará cambiar de opinión a su señora. Del otro lado de la puerta, Leonel había escuchado todo, él solo frunce los labios y se retira; desde esa vez solo procuró cumplir con su deber conyugal, dejo de visitar a Vittoria como solía hacerlo y pasaba más tiempo fuera del palacio, yendo a perder ese tiempo a la mansión Rizzo, pues pese a lo que escucho, Angelo seguía siendo su amigo, no podía culparlo por lo que Vittoria siente.

— debería hablar con la princesa y no venir a ocultarse aquí.— Lia les sirve un vaso de limonada a ambos.

— no tiene caso, ella no esta interesada y no confía en mí, además ama a otro.— chasquea la lengua.

Lía le da un golpe en el hombro con el puño.

— pero puede hacer que se interese en usted. Y así dejaria de venir a interrumpir mi valioso tiempo con mi esposo.— le reclama.

— Lía tiene razón, interrumpes nuestro tiempo de pareja.—

— pues se aguantan...si yo no soy feliz, ustedes tampoco...—

El tiempo pasaba y a los dos meses que debía visitarla, intento hablar con ella, él le comentó las cosas que le gustaban, pero Vittoria solo se mostró desinteresada y no hablaba sobre ella, lo que provoco que Leonel dejará de lado ese interés por Vittoria, pensando que tal vez casarse con ella fue un grave error, él creyó que podrían llevar un buen matrimonio pero no fue así.

Pero pasado un año, algo ha cambiado, Vittoria actúa diferente, al parecer todo paso desde que tuvo aquel accidente, del cual no fue informado, obviamente los sirvientes debieron creer que a él no le importa su esposa, aunque no se equivocan, perdió el interés ante los desaires de la propia Vittoria. Hace poco descubrió que los padres de Vittoria se estaban yendo a la ruina y que solo se mantenían de pie tomando el dinero que a Vittoria se le daba cada mes, así que pensaba hacer algo al respecto, estaba juntando pruebas para dejarlos al descubierto, pero eso ya no será necesario, pues no esperaba que fuese la propia Vittoria quien se deshiciera de ellos, algo que realmente ha captado su atención, esa nueva Vittoria era una mujer cruel y su manera de actuar era atractiva, le gustaba pues, se asemeja a su verdadera personalidad, quizás ahora, ya no necesita actuar como el príncipe amable que es y podrá mostrarle su lado retorcido y cruel.

Y vaya que no se pudo resistir a mostrar su lado posesivo, acorralo Vittoria en el carruaje, el beso era desesperado y apasionante, aunque le mordió al final había cedido al beso, un beso como nunca antes se habían dado, ya que en las visitas conyugales solo iba a lo que debía hacer, porque por más que intentará ser amoroso, Vittoria le pedía acabar rápido con el acto, para Vittoria era simple obligación, aún así, pese a salir insatisfecho de esas noches, nunca busco en consuelo en otras mujeres, ese no era su estilo, tal vez no había amor en su matrimonio, pero si algo sabe, es que debe hacer valer su voto de fidelidad.

Después de ese beso duradero, donde sus labios se encajaron a la perfección, tuvo que separarse, Vittoria respiraba agitada y le miraba furiosa, Leonel apretó las muñecas de su esposa mostrando una sonrisa burlona.

— sueltame...loco...— Vittoria se veía enojada.

— pero si me golpeas te aseguro que te atare hasta llegar al palacio.— sonríe burloso.

— solo quitate, quiero salir de este carruaje.—

Leonel le suelta las manos pero desliza su manos hasta sujetar la cintura de la chica, quien se reincorpora apoyándose sobre los codos.

— deja de tocarme y quítate de aquí...— Vittoria estiro una mano para empujar al rubio.

— ¿segura que no quieres esto?—

Antes que Vittoria pudiera empujarlo, el rubio la sostuvo con fuerza de la cintura y al estar entre sus piernas empujó su cadera contra ella, la pelilila sintió algo presionar en su entrepiern* que la hizo ponerse roja.

— t-tú...eres un pervertido...— ahora si empujo al príncipe.

Apenas el rubio la solto, se bajo del carruaje y corrió hacía el suyo, tenía todo el labial corrido, la ropa desaliñada y el cabello revuelto, Sofia se sorprende al verla, pues la esperaba cerca del carruaje ya que la vio irse con el príncipe y subir al carruaje de este.

— princesa ¿pero que ha pasado? ¿Esta bien?—

— lo estoy...vamonos...— sube rápidamente al carruaje.

Sofia sube también y ordena al cochero ponerse en marcha, Vittoria se cubre el rostro con ambas manos, estaba furiosa por ceder al beso y más furiosa porque su cuerpo se estremeció al sentir esa dureza contra ella, jamás pensó que el príncipe fuese un descarado y tuviera esa personalidad dominante.

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