capítulo 12- su personalidad...

Tras el funeral, los familiares del Duque no tardaron en iniciar una disputa para quedarse con su título y sus propiedades, habían llevado dicha discusión ante el emperador, la emperatriz que también estaba presente, veía tal acto como algo cruel, pues la princesa recién ha sufrido una gran perdida y sus familiares solo piensan en sus propiedades, la mujer expreso su descontento con el emperador y este de inmediato dijo que el título y las propiedades son destinadas a uno de los hijos que Vittoria llegue a tener.

— todos dicen que mi sobrina es estéril majestad, es mejor que yo le saque provecho a que se quede sin dueño.—

Todos estaban de acuerdo con lo que dijo aquel hombre, así que la emperatriz es quien se puso de pié.

— la princesa es joven, mi hijo y ella han decidido no tener hijos aún, lo que han escuchado son solo rumores de gente maliciosa.—

— pero majestad...—

— la emperatriz tiene razón, si dentro de cuatro años no hay un hijo que herede esas propiedades, será para uno de ustedes.—

Sentenció el emperador aún con las quejas de esos hombres. Por otro lado, los dos días se habían cumplido y el príncipe acudió a la mansión Longo para recoger a los condes, pues personalmente los guiarla al Ducado de Llurem para que los presente y que su hija conozca a su futuro esposo, Daysi se negaba a ir pero fue arrastrada del brazo por su padre. El conde se sorprende porque habían pocas escoltas pero Leonel le hace saber que en el camino ya les esperan los otros, pues se adelantaron para revisar que no haya peligro cerca.

El viaje inició al amanecer, dentro del carruaje Daysi estaba molesta, no quería casarse con un hombre que no conocía, no sabe si no es viejo horrible, pero el conde no esta interesado en lo que ella diga, lo importante es que gracias a su hija obtendrá grandes propiedades como regalo de compromiso, al anocher después de un largo viaje, se detuvieron a descansar, se armo un campamento pequeño, Daysi varias intento acercarse al príncipe pero este la ignora buscando cualquier excusa para alejarse, así que al llegar la hora de dormir, ella se metió al carruaje, dormía tranquilamente cuando escucha algunos ruidos, entre ellos la voz de su madre, así que se asoma apartando un poco la cortina pero por la oscuridad era difícil ver lo que pasaba, solo se escucha el llanto de su madre, la cual corre hasta el carruaje, golpea repetidas veces y Daysi abre viendo como una espada atraviesa el cuerpo de la condesa y esta cae, dejando ver una figura cubierta por una capucha.

— ¡a...ayudaaaa! Alteza...alteza...—

Daysi abre la puerta del otro lado y baja para correr al bosque, si logra meterse entre los árboles puede que nadie la encuentre, pero conforme corre no puede ver a las escoltas, al tropezar con algo y ver mejor, era su padre quien estaba en un charco de sangre, esto la hace gritar y ve aquel hombre de capucha acercarse, como puede se levanta y sigue su camino al bosque, no podía creer lo que pasaba, porque el príncipe no estaba ahí, corre hasta que choca con algo.

— lady Daysi ¿que hace aquí? Es peligroso entrar al bosque.—

Daysi reconoce la voz y siente un alivió, así que levanta la vista, era el príncipe así que se abraza a su pierna.

— es peligroso alteza...hay bandidos...mi padres...ellos los mataron...—

— ¿bandidos? No es posible, las escoltas revisaron que no haya nadie cerca.—

— lo vi, uno me seguía...hay que huir alteza.—

Daysi trata de ponerse de pie, pero pronto escucha un ruido y al voltear, aquel hombre se asoma entre las sombras, Daysi se pone de pie y se esconde tras el príncipe.

— por favor alteza...hay que huir...— la chica se cuelga de su brazo jalandolo un poco.

— ¿huir? ¿Por qué? Solo es Orion, mi asistente, no tengo porque huir.— Leonel muestra una sonrisa.

Daysi ve como aquel hombre se quita la capucha y es justo como Leonel dice, se trataba de Orion, quien lleva la espada manchada de sangre.

— él..fue él...lo ha traicionado.—

— no, Orion no haría algo así, Orion solo hace lo que le ordenó.—

— ¿que? Pero...él...—

Daysi levanta la vista hacía Leonel y este tenía una sonrisa maliciosa y sus ojos ya no eran de aquel chico amable, Daysi se aparta un poco, su cuerpo tiembla, pero corre para alejarse aunque no llega lejos al sentir un fuerte dolor en su pierna y cae al suelo, gritando de dolor al notar una navaja clavada en su pierna, Leonel se acerca y se agacha sosteniendo la navaja y la presiona para que se hunda más en su pierna.

— basta...duele...alteza...por favor...deténgase.—

—¿por favor? ¿Detenerme? ¿tú te detuviste cuando Vittoria lloraba por tus burlas? ¿te detuviste aun cuando ella se defendió? No, lo que hiciste fue crear un rumor donde dices que mi esposa es estéril...—

Leonel empuja con fuerza la navaja hasta enterrar el filo por completo en la piel de la chica que grita suplicando por piedad.

— perdone alteza...me disculpare, pero por favor...—

—¿una disculpa? eso no arregla los meses de humillaciones...lo mejor que puede pasar, es que dejes de existir.—

Leonel saco la navaja pero al hacerlo la sangre no dejaba de salir, Daysi presiona la herida con las manos pero era imposible detener el sangrado, ella llora y suplica, jamás en su vida podría creer que el amable príncipe fuese un hombre lleno de maldad; Leonel se pone de pie y con su espada atraviesa el pecho de Daysi, quien levanta la vista para encontrarse con uno ojos sin una pizca de compasión y una sonrisa que indicaba que estaba disfrutando aquello, eso fue último que Daysi vio antes de dejar de respirar. Leonel aparta la espada y la limpia de inmediato.

— vamonos, hay que alejarnos antes que amanezca.— ordena.

Orion hace una leve reverencia y sigue al príncipe. Volverán a la capital y nadie sabrá lo que los Longo hacía ahí, todo quedará como un desafortunado incidente donde fueron asaltados mientras iban a un viaje; Leonel recibe de Orion la carpeta donde viene la información del supuesto "archiduque y lo quema usando su magia, causando que el viento se lleve esas cenizas.

Al día, Vittoria despierta pero antes de mirar por la ventana observa a su lado temiendo que de nuevo este el príncipe ahí sentado, ha tenido que estar fingiendo ser la hija dolida por la perdida de sus padres que siente que sus ojos se han inflamado de más, pero ya se acabo, han sido dos días, aún así no puede actuar como si nada. Se levanta y no tarda mucho en llegar Sofia para decirle que su baño estaba listo, antes las doncellas no la ayudaban, pero según Sofia el príncipe las hizo entender que deben respetarla o serán sacadas del palacio como aquella otra doncella.

— quizás al príncipe no le gusto que ella revelará su relación de amantes.— comenta Vittoria mientras estaba dentro de la bañera.

— su alteza el príncipe no es así, se que usted y él no se llevan bien, pero siempre ha sido amable, se preocupa por usted.—

— no lo creo, él ni sabía lo que pasaba con las arpías esas que dicen ser damas.—

— pero usted no quiso decirlo y me ordenó no hacerlo...—

Esa revelación le sorprendió a Vittoria, así que volteo a ver a Sofia quien agacha la mirada...

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