capítulo 7- ¿una disculpa?

— ¡alteza! Escuche ¡alteza!— Lia ha llegado corriendo hacía Leonel.

Le hace una seña con la mano para que espere mientras recupera el aliento, ya más calmada deja salir un suspiro.

– escucha alteza, en la última fiesta de té, todos dicen que la princesa humillo a la hija del conde Longo.—

—¿qué? La princesa no pudo hacer algo así.—

— pues dicen que sí y la verdad, esa mujer se lo merecía, ella comenzó a hacerle comentarios maliciosos a la princesa y entonces la princesa le regreso el insulto.— Lia lo contaba con orgullo.

Leonel se quedó intrigado por esa información, así que Lía le cuenta todo a detalle o al menos como a ella se lo contaron, y aunque Vittoria hizo algunos malos comentarios sobre ella, Lia menciona que no tiene problema con eso, pues lo importante es que la hija del conde recibió su merecido.

— no me gusta para nada, no debió hablar de ti de esa manera, no le veo nada de que estar orgulloso.— menciona Angelo.

— yo sé que nada de lo que esas arpías digan es verdad, además la princesa lo dijo para defenderse. Ellas solo hablan por hablar, pero no saben nada.—

- Duquesa, agradezco su información, ahora estoy más que seguro que esas mujeres fueron la causa de la agresión hacia usted.— y ahora puede tomar acciones respecto a ello.

Leonel se despide de ambos pues tiene otras ocupaciones que atender. Mientras que Lia sostiene el brazo de Angelo para dirigirse hacia el salón del trono, pues el Duque tiene una reunión con el emperador. Ahora que Vittoria tenía las manos curadas, podía continuar con la práctica de magia, aunque esta vez, ante ella, había un hombre mayor vestido de túnica, este se presentó como Ronald, el mago de la familia real y que por orden del príncipe y la emperatriz estaba ahí para enseñarle magia, Vittoria veía extraño algo así, de repente el príncipe parece amable con ella, quizás solo se siente culpable por su falta de atención, después de todo, en la novela lo describen como alguien noble y amable, pues era respetado por sus leales sirvientes, quienes leyeron la novela, había quienes comentaron que debió ser él quien se quedase con Lía.

Después de horas de práctica, Sofia llega corriendo y lleva en su mano una carta, además de que viene acompañada de un guardia que trae una caja en las manos.

— llego esta carta de la casa Longo, alteza, también enviaron un regalo.—

El guardia abre la caja y había un juego de diversas joyas, Vittoria abre la carta donde Daysi pide perdón por su manera de actuar, ofreciendo las joyas cuyo valor son de las más caras, traídas desde un país vecino. Vittoria se acerca y sostiene el collar, este contenía un diamante con el mismo color de su cabello.

—¿crees que deba confiar en esto?— le muestra el collar a Ronald.

Ronald entiende a lo que se refiere, seguro teme que tenga algún hechizo, así que lo analiza usando un conjuro, pero al parecer no tiene nada, cosa que le extraña a Vittoria debido a que Daysi no sería de esas mujeres que piden disculpas. Pero le ordena a Sofia que deje el regalo en un lugar seguro, mientras que ella prefiere continuar con su entrenamiento.

Por otro lado, Leonel se encuentra en una reunión con Angelo, ambos revisan un mapa del país, donde Angelo va señalando ciertos sitios, se trata de una revisión de rutina sobre las fronteras, pues aunque los países estén en paz, siempre deben de estar atentos a lo que pueda pasar; mientras ellos siguen con su reunión, Lía camina por el pasillo del palacio y se detiene al observar el camino que lleva al palacio de la princesa, le gustaría ir y hablar con ella, pero no, no puede hacerlo, si ella aun está sentida por las cosas que se dicen, es una mala idea ir a hablarle, no quiere ocasionar ningún otro inconveniente.

— es mejor no ir Duquesa, la princesa no está en las mejores condiciones para recibir su visita.— era la emperatriz quien se había puesto ante ella.

Lía hace una reverencia para saludar.

— lo sé, la princesa la ha estado pasando mal por culpa de aquellas mujeres...la sociedad es muy cruel.— bien lo sabe ella, que también ha tenido superar esa carga.

— lo es, en especial para una joven que no está preparada.—

La emperatriz invita a Lía para poder hablar con ella, necesita averiguar que clase de cercanía tiene esa chica con su hijo.

En la mansión Longo, Daysi estaba molesta por haber tenido que enviar disculpas y tuvo que regalar las joyas que fueron encargadas en un principio para ella, su padre ha sido injusto.

— no es mi culpa que a esa princesilla le sean infiel. Si me hubieran elegido a mí, yo si tendría al príncipe a mis píes.—

Decía mientras camina de un lado a otro, su madre la observa y está de acuerdo con lo que su hija dice, sin duda Daysi era la mejor opción para princesa heredera, pero la emperatriz optó por Vittoria Valentini, una chica sin gracia y que no tiene ni siquiera el carácter para defenderse.

— Daysi querida, tranquila, quizás pronto la emperatriz se dé cuenta de su error, después de todo hace un año que se casaron y aún no hay heredero.— la condesa muestra una sonrisa burlona.

Daysi se acerca a su madre y la abraza, estaba feliz, pues era verdad, para estas fechas Vittoria ya debería estar embarazada, pero hasta el momento no ha pasado nada.

— creo que sé cómo quitarla del camino.—

Se vengará por la humillación en su fiesta de té y por haber sido la causa de tener que enviar esa mugrosa carta de disculpa.

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