Humana.

"Espero que Gavriel la esté tratando bien, Lady Evielyn. Me temo que no sabrá cómo ser amable con una dama como usted". El príncipe heredero dijo en voz baja. Evie casi frunció el ceño, pero afortunadamente se las arregló para mantener su rostro fresco y sereno. Estaba pensando que tal vez el hombre no estaba diciendo estas palabras para burlarse de Gavriel, ya que parecía realmente preocupado por ella. Pero, ¿por qué estaría preocupado en primer lugar?

"Su Alteza Gavriel me está tratando bien. De hecho, él es…" Evie recordó lo gentil que había sido Gavriel con ella desde que lo conoció en el altar la noche de su boda.

"Él es muy amable conmigo, Su Alteza".

"Ya veo... entonces es un alivio. Sin embargo, creo que debo advertirle, milady. Mi hermano puede parecer inofensivo, pero es un hombre peligroso. Quiero que tenga eso en cuenta y nunca intente provocarlo".

Evie ya no podía mantener la cara seria. No entendía por qué este Príncipe le estaba diciendo algo así. ¿No es esta la primera vez que se encuentran, y mucho menos hablan con cualquiera de las partes? Habría entendido un poco si él estaba tratando de destruir la imagen de Gavriel en sus ojos, pero ese no parecía ser su objetivo. ¿Qué pretendía exactamente al mencionar estos asuntos? ¿Estaba tratando de asustarla?

"Yo... agradezco su preocupación, Su Alteza, pero por favor no se preocupe... Soy muy consciente de que los vampiros son peligrosos para una simple humana como yo. No me atrevería a provocarlo a él ni a nadie en esta tierra". Evie trató de responder con la mayor calma posible.

Los ojos de zafiro del Príncipe parecían haber adquirido un color más intenso cuando se acercó un poco más.

"Parecía que todavía no sabías nada sobre tu esposo, Lady Evielyn. Sé que prometió nunca hacerte daño, pero hay momentos en que mi hermano pierde el control de sí mismo. Si, en cualquier caso, sientes algo desagradable por él...", hizo una pausa y dijo. Parecía como si estuviera escaneando su entorno antes de continuar.

"Aléjate de él y nunca sueñes con provocarlo".

"¿P-por qué me dices esto?"

"Porque no quiero que estalle una guerra de repente si te pasa algo". Él respondió con calma. Evie trató de buscar cualquier signo de mentira en sus llamativos ojos azules, pero todo su rostro solo mostraba que realmente estaba preocupado por su bienestar.

"Mi hermano había estado fuera durante muchos años. Acababa de regresar de un largo... viaje". Evie sintió como si acabara de omitir algo de su oración anterior.

"Pensamos que murió hace mucho tiempo, pero volvió con vida. Muchas cosas... cambiaron en él desde entonces. Por lo tanto, estoy tratando de advertirte de antemano porque sé que mi hermano no te contará sobre esto".

"¿Quieres decir... sobre su viaje y los cambios en él?"

"Sí. Él nunca habla de nada relacionado con su viaje. Entonces, como príncipe heredero y su hermano mayor, creo que es mejor para mí informarle sobre esto. Creo que esto es importante. Por su bien, mi señora".

Evie parpadeó y todo lo que pudo hacer fue asentir.

"Entiendo. Lo tendré en cuenta, Su Alteza".

Él le dedicó una sonrisa amable y Evie solo pudo devolverle la sonrisa. La curiosidad había inundado su mente. Quería saber más sobre Gavriel.

Giró la cabeza para buscar a su esposo y, para su sorpresa, esos hermosos pero penetrantes ojos estaban fijos en ella. Evie inconscientemente tragó porque por un momento pensó que estaba enojado. Sin embargo, cuando la mujer tocó el rostro de Gavriel para mirarla, la horrible sensación en su estómago que había desaparecido momentáneamente regresó, y esta vez, con fuerza.

"Nunca pensé que fueras una mujer posesiva, Lady Evielyn". El príncipe Caius apartó su atención de Gavriel. ¿Q-qué? ¿Yo? ¿Posesiva?

Evie se quedó sin palabras. Sentía que su cerebro estaba teniendo dificultades para funcionar.

"Yo... yo..."

"Espero que Gavriel te haya explicado el asunto de Lady Thea". El príncipe heredero aventuró una suposición y cuando la expresión de Evie le convenció de que Gavriel nunca había mencionado nada, Caius suspiró.

"Ya sabes que los vampiros ya no son monógamos, ¿verdad?" preguntó, y Evie asintió.

Ella había oído hablar de esto antes. En un momento, hace mucho tiempo, los vampiros eran criaturas de una sola mujer. Sin embargo, desde que comenzó la guerra contra los dragones, el emperador en ese momento había cambiado la ley, permitiendo que los vampiros tomaran más de una esposa, con el fin de aumentar su población.

"Por supuesto, no es algo forzado. La mayoría de los vampiros todavía tienen una esposa, incluso en estos días, pero el caso de Gavriel es diferente, por lo que no debe romper su compromiso con Lady Thea".

"¿G-El caso de Gavriel?"

"Ha estado comprometido con Lady Thea desde que eran jóvenes y usted, mi señora, es humana..." El príncipe hizo una pausa cuando Evie lo miró con ojos llenos de preguntas. Entonces, ¿y si ella fuera humana?

Evie estaba a punto de volver a preguntar cuando terminó la música, haciendo que se inclinaran y se hicieran una reverencia como era costumbre. Cuando volvieron a mirarse, el príncipe heredero le sonrió cuando Evie inmediatamente giró la cabeza hacia donde estaba parado Gavriel.

Cuando vio su espalda mientras sostenía el brazo de Thea y se dirigía hacia el balcón, Evie se sintió abrumada por nuevas e intensas emociones. Ni siquiera se dio cuenta de que estaba de vuelta en su asiento hasta que el príncipe heredero le habló de nuevo.

"Fue un placer hablar con usted, Lady Evielyn. Si tiene más preguntas, podemos tener una discusión adicional en el balcón, ya que parece que mi hermano todavía está ocupado". El príncipe le dedicó una sonrisa amistosa, pero Evie ya no pudo fingir su expresión cuando su rostro cayó.

Ella se inclinó a modo de disculpa.

"Perdóneme, Su Alteza, pero me gustaría retirarme por la noche ahora. Como dijo, solo soy una humana, así que necesito descansar. Fue un placer hablar con usted". Evie no sabía lo que le estaba pasando. Su pecho se sentía apretado y parecía doler sin sentir realmente el dolor. Extrañamente, sus ojos se sentían calientes y le picaban algo feroz. Se movió inconscientemente, sin darse cuenta de cómo sus pies la apresuraban en su búsqueda por encontrar un lugar donde pudiera estar sola y tratar de descifrar este lío que estaba en su cabeza.

Sin darle al príncipe heredero la oportunidad de responder, hizo una reverencia y se alejó a toda prisa. El príncipe heredero observó a la hermosa niña humana vestida de rojo mientras tres de los hombres de Gavriel la seguían inmediatamente. Tan pronto como la dama de rojo se fue, los ojos azul zafiro del príncipe se agudizaron intensamente antes de que su mirada se posara en el balcón por donde había salido Gavriel hace un momento.