Prometida.

Mientras la música seguía sonando de fondo, Evie se distrajo mirando a su alrededor. Una princesa llamada Vera se le había acercado hace un tiempo y, al igual que el emperador, la mujer se mostró inesperadamente amable con ella. Aunque se fue rápidamente justo después de saludar a Gavriel de una manera obviamente apresurada.

Elias, que estaba de pie detrás de Evie, le dijo que Vera era la única princesa vampira del imperio. Evie lo encontró sorprendente porque en casa, había al menos diez princesas en su imperio. ¡La diferencia era demasiado grande! Pero tal vez, ¿había más príncipes?

"¿Qué hay de los príncipes? ¿Cuántos hay?" Evie le preguntó a Elías. Aunque Gavriel estaba sentado a su lado, prefería preguntarle a Elias. Aparte del hecho de que era tan fácil hablar con Elias, casi emitiendo la misma vibra que recibió tanto de Fray como de Gina, Evie también pensó que de esta manera, podría evitar acercarse a Gavriel, especialmente evitando esos ojos hechizante de él.

"Solo hay dos, milady". dijo el mayordomo. "El Príncipe Heredero y Su Alteza Gavriel".

Los ojos de Evie se agrandaron. ¿En realidad? ¡¿Sólo dos?! Parecía que era cierto que la capacidad de los vampiros para reproducir descendencia era realmente muy baja en comparación con los humanos. Ahora ella tiene una idea de por qué los vampiros terminaron aceptando la tregua.

Teniendo su mente ocupada con sus propios pensamientos, no vio cómo Gavriel lanzaba una mirada amenazadora hacia el pobre mayordomo. Evie estaba felizmente inconsciente de que el mayordomo detrás de ella se había alejado unos pasos de ella al recibir la mirada fría hasta que se volvió para hacer más preguntas.

"Esposa, ¿qué tal si vamos a bailar?" La voz de Gavriel era tan convincente que antes de darse cuenta, se encontró volviéndose para mirarlo.

El cerebro de Evie le gritó que desviara la mirada y, afortunadamente, logró apartar la mirada antes de perderse en esos ojos aparentemente hipnóticos. ¿Bailar? ¿Con él? ¡No! Ella estaba tratando con todas sus fuerzas de mantener la distancia con él, así que ¿por qué aceptaría bailar con él? Ella solo accedió a venir a este baile porque él no le dio la oportunidad de negarse. Y pensó que esta sería una gran oportunidad para comprender este lugar e incluso conocer al emperador para que, cuando llegue el momento, pueda usar la información que reunió durante este viaje para ayudar a los humanos, una vez que su padre venga a rescatarla a ella y traerla de vuelta a donde pertenece.

"Yo... lo siento pero yo..." se mordió los labios mientras sus hombros se tensaban. "Todavía estoy -"

"Está bien si aún no estás lista". Su agradable voz hizo que ella volviera a mirarlo y luego le sonrió. Era una sonrisa lenta y hermosa, Evie tuvo que recordarse a sí misma que debía respirar. ¡Dios mío! ¿Este hombre estaba haciendo esto a propósito? Definitivamente la está seduciendo, ¿verdad?

Bajando rápidamente la mirada antes de perder el control y terminar mirándolo boquiabierta, Evie apretó los labios mientras enfocaba su atención en las parejas en la pista de baile. Ella hizo lo correcto. Ella debe hacer todo lo posible para negarse y mantener una distancia con él. Ella no debe cavar su propia tumba estando de acuerdo con todo lo que le pide.

Gavriel se quedó en silencio después de eso y ambos se quedaron allí sentados en silencio cuando una hermosa y voluptuosa mujer con un vestido negro escotado se les acercó. La mujer tenía un cabello castaño oscuro largo y lujoso y sus ojos eran del color del bosque. Evie podría decir que probablemente era la mujer más hermosa del baile, incluso más linda que la princesa de cabello rubio.

"Buenas noches, Su Alteza". Saludó y, por primera vez en la noche, alguien saludó a Gavriel con una sonrisa genuina y no forzada y tensa. A diferencia de los demás, incluso del emperador y la princesa, esta mujer miró directamente a los ojos de Gavriel. Ella se comportó como si lo conociera y fueran más que conocidos cercanos. Además, a diferencia de los otros que la habían saludado calurosamente primero antes que su esposo, la mujer aún no le había dedicado una mirada.

"Me sorprendió que en realidad asistiera a un baile, Su Alteza. Y dado que es muy raro que asista a este tipo de ocasiones, ¿bailaría conmigo?" ofreció su mano frente a Gavriel, causando que los ojos de Evie se abrieran momentáneamente.

Evie de repente sintió algo inexplicable dentro de ella y no pudo evitar mirar a Gavriel con preguntas en los ojos. Lamentó su impulso porque tan pronto como miró, Gavriel también la estaba mirando y, al igual que ella, parecía estar preguntando también. Aunque sus preguntas eran completamente diferentes, probablemente él le pidió permiso y ella le preguntó quién era la mujer.

Ella se mordió el interior de su labio. Por alguna razón, su cerebro estaba retrasado y mientras estaba momentáneamente estupefacta, Gavriel miró a la mujer y habló.

"Esta es mi esposa", presentó Gavriel y finalmente, la mujer se giró para mirarla.

"Evielyn," logró decir Evie.

La mujer parpadeó y luego le sonrió. "Encantada de conocerla, Lady Evielyn. Soy Thea. Soy la prometida de Su Alteza".

Evie luchó por mantener su expresión serena. ¿Novia? Así que por eso eran tan casuales el uno con el otro. Antes de que Evie pudiera siquiera responder, Thea volvió a hablar.

"Creo que no será un problema para usted si bailo con Su Alteza, ¿verdad?" preguntó, y Evie no supo por qué tuvo la repentina necesidad de apretar los puños con fuerza.

"Por supuesto que no, Lady Thea". Dijo sin lanzar una mirada a Gavriel. No vio cómo el rostro del hombre se oscureció unos cuantos tonos ante su aprobación.

Thea sonrió y al momento siguiente, Evie miró la espalda de Gavriel mientras seguía a Thea a la pista de baile. Las parejas que bailaban incluso les abrieron un amplio espacio en medio del vasto salón de baile.

Evie sintió un fuerte pellizco en las manos y se dio cuenta de que estaba apretando los puños con fuerza. Ella no solo desvió la mirada de ellos, sino que también se dio la vuelta para no mirar la vista. Algo andaba mal con ella. ¿Por qué de repente se sintió tan mal? Ella hizo lo correcto. Ella rechazó su oferta de bailar con ella, por lo que, naturalmente, no tenía derecho a tenerlo a su lado cuando una bella mujer quería bailar con él. Ella estaba muy bien educada cuando se enfrentaba a este tipo de situaciones. Incluso en el imperio humano, cualquier dama puede invitar a bailar a un príncipe o a un emperador si son lo suficientemente valientes y nobles. Era algo que era normal, y ella asumió que sería lo mismo en esta tierra… ¿o no? Si esa mujer era la prometida del príncipe, debe ser una dama noble. Tenía derecho a invitar a Gavriel a bailar, así que ¿por qué se sentía así? Esto no estaba bien.

Evie sacudió un poco la cabeza y luego respiró profundamente en silencio. Se regañó a sí misma dentro de su cabeza y de alguna manera logró sentirse un poco mejor. Pero en el momento en que sus ojos los atraparon en la pista de baile, balanceándose con tanta gracia, mirándose a los ojos y luciendo tan perfectos como si fueran una pareja hecha en el cielo, algo extraño y horrible floreció dentro del corazón de Evie.

A pesar de sus luchas, parecía que no podía contener este sentimiento indeseable que la devoraba. Trató de alejarlo, sabiendo que era ridículo que ella sintiera algo así de repente, pero ¿por qué le resulta tan difícil controlar estas respuestas abrumadoras? ¿Por qué?

"Buenas noches, mi señora". Una voz suave atrajo su atención de la confusión dentro de ella. Cuando levantó la cara, un hombre alto y delgado estaba parado frente a ella. Tenía unos intensos ojos azul zafiro que parecían capaces de traspasar el alma. Su cabello tan rubio y hermoso como la princesa y el emperador.

"Creo que debo presentarme primero". Su sonrisa era agradable y encantadora.

"Soy Caius, el hermano de Gavriel".

Evie casi se atragantó por la sorpresa, pero de alguna manera, logró mantener sus reacciones para sí misma y exteriormente permanecer elegante.

"Es un placer conocerlo, príncipe heredero Caius. Mi nombre es..."

"Evielyn". Le quitó la palabra de la boca con una sonrisa antes de ofrecerle la mano.

"¿Puedo tener este baile, mi señora?"

Evie no sabía qué la poseía, pero antes de que pudiera detenerse, se encontró aceptando la mano del príncipe heredero. Lo hizo justo después de lanzar una mirada a Gavriel, quien parecía no poder apartar los ojos del rostro de la mujer.

Mientras seguía al príncipe heredero a la pista de baile, el corazón de Evie latía con fuerza. Su mente estaba actualmente en caos, debatiéndose consigo misma sobre qué demonios estaba haciendo mientras la horrible sensación aún se apoderaba de su corazón con fuerza. ¿Había rechazado a su marido y, sin embargo, había aceptado la oferta del príncipe heredero? ¿Qué estaba pasando con ella?

"¿Estás nerviosa?" La voz profunda del príncipe casi la hizo estremecerse. Finalmente se dio cuenta de que su mano ya estaba en su cintura y que ya estaban bailando.

"Uhm... un poco, Su Alteza." Dijo mientras lo miraba, poniendo momentáneamente su situación en segundo plano.

"No te preocupes. Te tengo", le aseguró. Cuando Evie lo miró, no pudo evitar admirar su buena apariencia. No era tan sobrenatural como Gavriel, pero aún tenía la apariencia que podría romper muchos corazones femeninos. Pero espera... ¿no era él el hermano de Gavriel? Ahora que lo miró de cerca, Evie se dio cuenta de que Gavriel no tenía nada en común con este hombre. Evie luego se dio cuenta de que el emperador y la princesa tenían los mismos ojos azul zafiro y el mismo cabello rubio que este príncipe heredero. ¿Por qué solo Gavriel se veía completamente diferente de ellos tres, estos tres a quienes llama familia?