Después de la noticia del embarazo, Emily y Andrew estaban más unidos que nunca. Andrew era un hombre exitoso y ocupado, pero ahora se aseguraba de estar más presente en la vida de Emily. Él se tomó el tiempo para ir con ella a sus citas prenatales y siempre estaba disponible para responder a todas sus preguntas. La pareja estaba emocionada de tener un bebé y comenzaron a planear todo para la llegada del nuevo miembro de la familia.
Sin embargo, Emily estaba experimentando síntomas de embarazo que la estaban afectando en su vida cotidiana. Tenía náuseas por la mañana y por la noche, y sentía una necesidad constante de comer, incluso a altas horas de la noche.
Una noche, Emily se despertó a las 2 de la mañana con un fuerte dolor en el estómago y la necesidad de comer algo. No podía resistirse a la necesidad de comida y rápidamente fue a la cocina para prepararse una cena tardía. Andrew se despertó y se sorprendió al ver a Emily cocinando a altas horas de la noche.
"¿Qué estás haciendo despierta a esta hora, amor?" preguntó Andrew, frotándose los ojos.
"Tengo tanta hambre y un dolor de estómago horrible. No puedo dormir hasta que coma algo", respondió Emily con una expresión de angustia en su rostro.
Andrew se acercó a ella y la abrazó. "Está bien, amor. Vamos a comer algo juntos", dijo él, tratando de calmarla.
Mientras Emily cocinaba, Andrew se sentó en la mesa de la cocina y comenzó a hablar sobre los próximos planes para el bebé y cómo quería estar presente en todo momento. Emily lo escuchaba atentamente mientras cocinaba, tratando de mantener la atención en la conversación y no en su dolor de estómago.
Finalmente, la cena estuvo lista y Emily se sentó junto a Andrew para comer. "Esto es tan bueno, amor. Gracias por hacer esto por mí", dijo ella mientras comía con avidez.
"No tienes que agradecerme, siempre voy a estar aquí para cuidarte y apoyarte", respondió Andrew, sonriendo.
Después de la cena, Emily comenzó a sentirse mejor y finalmente pudo dormir. Sin embargo, a la mañana siguiente, se despertó temprano con náuseas y dolor de estómago otra vez. Andrew estaba trabajando temprano en la oficina y no podía estar allí para cuidarla, así que Emily tuvo que lidiar sola con los síntomas.
Intentó tomar algunos medicamentos para las náuseas, pero nada parecía ayudar. Finalmente, decidió intentar con algo natural y buscó en línea algunos remedios caseros para las náuseas y los vómitos durante el embarazo. Descubrió que el jengibre era un remedio natural para las náuseas y decidió probarlo.
Emily fue a la cocina y preparó un té de jengibre para beber. Después de beber el té, comenzó a sentirse mejor y pudo ir a su cita prenatal sin problemas.
Cuando regresó a casa esa tarde, Andrew estaba allí esperándola con una gran sonrisa en su rostro. "¿Cómo estuvo la cita prenatal?", preguntó emocionado
Emily sonrió mientras miraba a Andrew sentado en el sofá con su portátil. "Fue bien", respondió mientras se acariciaba el vientre.
Continuara...
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