Bastian/ Ares

Llegue a este mundo hace 25 años, soy hijo del Emperador Reynaldo de Dinamo, tuve tres hermanos, Roberto, Sonia y Verónica, ellos tres hijos de la Emperatriz, yo nací de una concubina, mi padre tenía al rededor de 5 mujeres en sus consorte. No quiero detenerme a hablar de mi madre pues ella falleció el día que me dio a luz.

Mi vida de niño no fue nada buena, la emperatriz me despreciada, al pasar los años descubri que ella al enterarse que una concubina estaba embarazada le enviaba en su comida, medicamentos abortivos. Mi madre pudo evitar que eso pasara, pero el día del parto la Emperatriz que su nombre era Teresa, la asesino.

Mi padre nos trataba a todos por igual, o sea cruelmente, era un hombre ambicioso, cruel y despiadado. Teresa era igual a él, me imagino que por eso seguían juntos.

Teresa no me quería en el castillo así que me enviaron a las montañas, habían un grupo de monjes en el lugar, me enseñarían las sagradas escrituras. Pero mi que bien sabían es que los monjes tenían su campo de entrenamiento, así que descubrí que era bueno para la batalla. Los monjes me acogieron, me llenaron de sabiduría y de fortaleza.

Tenía aproximadamente 10 años cuando describir que tenía dls personalidades en mi interior, te preguntarás como lo supe. Pues en unos de mis entrenamientos estaba siendo casi derrotado por el monje Chan, pero algo en mi comenzó a revelarse, sentí una magia que emanaba de mi cuerpo, de un solo golpe asesine a Chan.

Vi los ojos de terror de todos los monjes, yo no comprendía que era lo que me pasaba, me sujetaron a una piedra, dure dos dias ahí, les suplicaba que me soltaran, que me dieran agua, comida pero no lo hicieron, de nuevo esa magia volvió aparecer, rompí las ataduras, fue en busca de ellos y los asesine. En mi interior algo me decía que estaba bien lo que estaba haciendo. Había estado viviendo ahí por 3 años, se supone que ya eran como mi familia pero yo los liquidé. El monje supremo aún quedaba con vida, me acerqué a él y me susurro algo al oído.

“Te conozco, eres el Dios del caos, eres Ares”

Al terminar sus palabras murió, comencé a destruir el lugar, al llegar al templo el cual nunca se me permitió entrar descubrir el horror, habían mujeres desnudas y atadas, los monjes las usaban para sus placeres sexuales. Por lo visto no eran unos santos.

Deje ir a las mujeres y acabe con el lugar. Tiempo después volví a Dinamo, ya no era el niño que maltrataban, era como si algo en mi hubiera muerto. El único feliz por mi llegada fue mi hermano Roberto.

Los días pasaban, y cada día sentía más la presencia del otro ser en mi alma, una noche mientras dormía escuché ruidos, me desperté y caminé con cuidado, salí al pasillo, necesitaba saber de donde venían esos ruidos, descubrí que eran de la habitación principal, la del Emperador y Emperatriz. Por la cerradura alcanzaba a mirar hacia adentro, mi padre estaba violando a Sonia, ella no podía gritar pues Teresa le cubría la boca, los dos eran unos enfermos, ¿como podían hacerle eso a su hija? Sonia trato de liberarse pero Teresa le apretó con fuerza el cuello, esa maldita la asesino. No tengo idea cómo pero rompí las puertas, entré a esa habitación y Maté a mi padre y a la malnacida de Teresa. En mis momentos de ira salía ese otro yo que llevo por dentro.

Roberto llegó junto a Verónica, en el reino había conmoción, pues el joven príncipe habia asesinado a los Emperadores. No tuve una pena ni sanción ya que mi hermano pasó a liderar, él entendió por que lo hice así que me perdono.

Seguí mi vida en el reino, Roberto era un buen emperador, conquistaba tierras, forjaba alianzas, Dinamo es un reino mágico, tenemos la mina más grande de cristales, todo lo que nace de nuestras tierra es poderoso, razón por la cual siempre atacan nuestro territorio.

Mi hermano se casó y siguió la tradición del reino, tuvo concubinas, en total fueron 5. Yo tenía quizás 15 años cuando hizo su boda. Roberto me encargo las tropas así que me hice general en Dinamo, yo salía de expedición y conquistaba las tierras, el ente que habitaba en mi se hacía cada vez más presente, la verdad lo disfrutaba.

Al volver a casa ya no era un niño, tenia 20 años, era un hombre que debía estar casado, Roberto me insinuó que estaba en búsqueda de candidatas pero le pedí que por ahora dejara eso así. El no había podido concebir, ni su esposa ni sus concubinas quedaban embarazadas. Me imagino que se sentía frustrado por esa situación. En el reino estaba claro que si el emperador no podía tener hijos sería removido del cargo y pasaría al siguiente hijo varón, en este caso sería yo.

Le jure que no aceptaría ese cargo, él lo estaba haciendo muy bien, pero todo cambió cuando fui a visitar a mi hermana Verónica a su habitación, no la había visto desde que regrese, en el momento que llegue a su puerta tuve un dejavú. La misma escena, pero con personajes diferentes. Ahora era Roberto quien abusada de mi hermana Verónica mientras que su esposa la sujetaba. Repetí la tragedia en esa habitación, en el suelo yacía los cuerpos de la emperatriz y de mi hermano, él con su último aliento pidió que cuidara a su última concubina, el pensaba que Maria estaba en estado de embarazo.

Saqué a Verónica de ese lugar, ella me contó que Roberto abusaba de ella desde que eran niños, inclusive afirmó que él también abusó de Sofía en complicidad de nuestro padre, los dos eran unos enfermos. Ese día el verdadero yo salió a la luz, mis ojos eran negros jamás volvió a tener otro color, ya no era Bastian de Dinamo, ahora yo era él dios del Caos, Ares.

Yo tome el liderezgo de Dinamo, aquel que estuviera en mi contra lo asesinaba, estaba cansado de hombres con fachadas de buenos y nobles, comencé a erradicar la podredumbre del reino, aquel que no estaba de acuerdo conmigo y me enfrentaba moría, me gane el nombre del emperador tirano, pero a mi manera de verlo era el Justo.

Al pasar los años todo estaba en calma, mi reino crecía, Verónica estaba a mi lado, ella era una mujer feliz, tenía un pretendiente que a mi parecer la adoraba. Pronto se casarían y formaría su hogar.

“Pero la vida buena no era para mi”

Nadie me preparo para lo que venía…10 reyes habían firmando una alianza para atacar dinamo, querían nuestras minas, quería nuestro poder.

Eran ya pasada la media noche cuando nuestros muros cayeron, las tropas de los reyes invadieron nuestro territorio, iban acabando con todo, no les importó que hubiera mujeres y niños, todos orian.

Los 10 reyes estaban al frente del ataque, mis tropas y yo estábamos tratando de detener el paso de los enemigos, esa noche fue caos, las calles eran ríos de sangre, fue una masacre.

comencé a destrozar a todos los enemigos, con mis propias manos rompía sus huesos, los reyes como buenos cobardes salieron corriendo, algunos alcancé a herirlos.

Busque a Verónica por todos lados, la sorpresa que me lleve al verla como rehen, el rey Armando juntos a sus secuaces la tenían prisionera, me lancé al ataque, debía sacar a mi hermana de ahí, Golpeé muy fuerte a Armando, pensé que moriría pero el desgraciado no lo hizo, en un descuido mío se levantó y asesino a mi hermana. Yo estaba decidido acabarlo pero algo en mi me dijo que lo mejor era tomar venganza, acabaría con su reino, él vería como todos caían ante sus ojos. Le marqué la cara para que cada vez que se viera al espejo se acordaría que el recién nombrado rey demonio iría por el.

“Ese día dejé libre a mi verdadero yo, Ares era libre”

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