Boda en el palacio

El día fue agotador, habían pendientes que requerían mi atención, pero lo más agotador era las miles de preguntas de los organizadores de la boda, la verdad no era un matrimonio deseado, si soy honesta debo decir que estoy siendo forzada a Casarme con ese hombre. Su condición de vulnerabilidad es un comodín para mi, pero nada de esto estuviera pasando si no existiera esa balanza, se que mantiene el orden y aleja el caos. En mi familia todos han sido libres de elegir sus compañeros, pero en mi caso no fue así. Aunque en mis planes esta seguir en la búsqueda, llegará el momento que esta farsa se termine.

Envié una mensaje a mi prima Danna y su esposo Sory, se que es un gran hechicero, me ayudará a encontrar la manera de sacar el demonio de Bastian. Espero que puedan venir pronto ya que actualmente ella está esperando la llegada de su heredero.

El día se me fue volando, tenía ganas de todo menos de volver a mi habitación así que decidí quedarme en el despacho a dormir.

Un nuevo día llegó, seguí con mis labores cotidianas, le pedí a mi madre que se encargara de la boda, no quería responder de mala manera a los organizadores.

Cada vez que podía preguntaba por el demonio blanco, pero al parecer todo estaba bien con el.

Después de casi 5 días decidí ir a verlo, yo había tomado la decisión de quedarme en una habitación auxiliar.

Entré a la habitación y lo vi, estaba sentado cerca al balcón.

Me acerqué a él, y me senté a su lado, la criada estaba como una piedra. La mire fijamente, veo que ya me entiende pues salió de la habitación dejándonos solos.

Juana: ¿Como se siente el novio?

“El desgraciado ni me volteo a mirar”

Juana: Por lo visto el novio no tiene lengua. ¡Deja la payasada y responde!

Bastian: Deje muy claro que no quería hablar contigo.

Juana: Eso es cierto, pero hasta que seamos esposos, aunque aceptaste serlo, no quiere decir que vaya a suceder, así que me hablaras hasta escuchar el “los declaró marido y mujer” por parte del sacerdote.

Bastian: ¿Que quieres?

Juana: Pero mira que lindo te vez siendo obediente, te daré una galleta por portarte bien.

Bastian: No estoy para estupideces.

“No sé en qué momento baje la guardia, pero Batian tenía su mano apretando mi cuello, la respiración se hacía casi imposible”

Bastian: Estas cometiendo el peor error de tu vida. Juro que te voy a matar, lo haré lentamente que suplicaras que tenga piedad de ti.

De un solo golpe me soltó, vaya que tiene fuerza. cuando recupere mi respiración hablé.

Juana: He sido una mujer piadosa y generosa contigo Bastian, no mereces que seas tratado como rey, eres una basura como hombre, ni siquiera eres digno de pisar este reino. Aun así aquí estoy teniendo una conversación amigable. Eres un ser despreciable que pronto encontrará su fin.

“Me levante, me marcharía de ahí, la verdad este hombre era desesperante”

Bastian: Eres el ser más inmundo que he visto, me repugna saber que tengo que fingir casarme contigo. De mi solo espera la muerte.

Juana: ¡Eres un imbecil!

Bastian: Pero para tu desgracia, necesitas a este imbecil.

“ ya no quería escuchar más , se muy bien quién soy, pero no creo que cause repugnancia, tampoco creo ser un ser inmundo, se que lo dijo por por qué es un maldito, pero sus palabras hicieron eco en mi interior”

Me concentre en mis asuntos, pronto sería la boda, pero pensándolo bien no se si sea una buena decisión.

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El día de la boda había llegado, escuchaba los murmullos en el pasillo, yo estaba acostada aún en la cama mirando hacia el techo.

Mi madre entró con algunos vestidos de novia, no tuve tiempo de elegir uno, así que me trajo varios.

Emily: ¿Estás segura mi amor?

Juana: La verdad no lo estoy pero no puedo echarme para atrás.

Emily: Una parte de mi siempre anhelo que llegara el día donde te unieras a tu elegido, me duele que sea por cerrar las bocas de los altos funcionarios. Espero que puedes buscar una solución rápida a todo esto.

“Abrace a mi madre, estar cerca a ella eran tan reconfortante”

Juana: Madre me alistaré, debo verme regía el día de hoy.

Emily: Está bien, te dejaré sola, si necesitas algo por favor me avisas, quiero decirte que ya se le entregó un traje al hombre, nunca permitió tomar sus medidas así que fue elaborado solo a ojo.

Mi madre salió de la habitación, comencé a inspeccionar los vestidos, habían unos muy hermosos, otros más modestos.

Al final escogí un vestido muy revelador, este es el día más importante de mi vida así que me vestiré como la gran emperatriz que soy.

Me mire al espejo, quería revisar que cada detalle estuviera Perfecto en mi vestido.

Aun no superaba las palabras de ese demonio, ¿Como es que le repugnó? Aunque pensándolo bien lo dejé en silla de ruedas. Quizás por eso me odie tanto.

Santino: Estas hermosa mi amor, ya es el momento. ¿Estás lista?

Juana: Si padre, vamos, no podemos hacer esperar al novio.

En el salon imperial estaban reunidos algunas personas del pueblo, por las pantallas se transmitía el evento, podía ver por una de ellas que Bastian estaba en el altar, bueno al menos llegó.

La marcha nupcial comenzó a sonar, las puertas se abrieron, Bastian estaba en una silla de ruedas, lo que veía por la espalda pintaba bien, al menos estaba vestido para la ocasión.

Algunos Zenda estaban presentes, mi padre me llevaba tomada del brazo, Al llegar al altar Bastian dirigió su mirada hacia mi.

“Wow, la verdad se ve muy bien, lastima que sea un miserable como persona”

El sacerdote comenzó con la ceremonia, mis ojos estaban enfocados al frente, jamás mire a Bastian, la verdad esto era una farsa, rogaba para que el tiempo pasara rápido. Quería salir corriendo de aquí.

El sacerdote se acercó, hizo que nos miraramos a la cara, luego nos indicó que debía tomarnos de las manos, él procedería a realizar las preguntas cruciales.

Sacerdote: Emperador Bastian de Dinamo, ¿aceptas a la Emperatriz Juana de Zenda como tú legítima esposa, la respetaras, la amarás y serás su luz en momentos de oscuridad?

“Había tensión en el aire, solo pensaba que el demonio me haría un desplante de gran magnitud, seguro se vengaría de mi”

Bastian: Aceptó

“¿Que? Lo dijo sin pestañear”

Sacerdote: Emperatriz Juana de Zenda, ¿aceptas al Emperador Bastian de Dinamo, como tú legítimo esposo, lo respetarás, lo amarás y serás su luz en momentos de oscuridad?

Juana: Aceptó

“La verdad respondí por impulso”

Sacerdote: Por el poder que me han otorgados los dioses, yo los declaró Marido y Mujer. Ya pueden sellar la unión con un beso de amor.

“¿Besó de amor? La verdad era todo menos eso lo que pasaría en este momento.”

Mire fijamente a Bastian, me acerqué a él, lleve mis labios a los suyos, y nos dinos un casto besó.

Nunca quite mi vista de sus ojos, él tampoco dejó de verme, las personas del reino celebraban la unión. Pero se que muchos tejían teorías conspirativas sobre lo que estábamos haciendo.

La fiesta se llevó a cabo, los dos estábamos sentados en la mesa principal, cumplí mi palabra, no le dije ni una sola palabra, cuando alguien se acercaba a saludarnos y dar su bendiciones, aparentábamos que éramos felices. Sonrisas iban y venían, una que otra agarrada de mano.

La música se detuvo, era hora que los recién casados se dirigieran a su aposento para concluir con el ritual.

Bastian y entramos a la habitación, él se hizo al lado de la cama, me imagino que necesitaría ayuda para cambiarse, pero yo iba a cumplir mi palabra, no le hablaré, no lo tocaré.

“Que se las arregle solo por imbecil”

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