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Después de ese silencio incómodo, llegaron las palabras de mi madre

Emily: ¿Juana estás segura de lo que dices?

Juana: Totalmente, todos están presionando por que contraiga matrimonio así que lo haré. Haré los preparativos, están cordialmente invitados.

“Antes de que alguien más hablara preferí abandonar el lugar”

Mis padres iban detrás de mi, no quería tener esta conversación pero para que la hacía más larga.

Juana: Se lo que piensan y tengo un plan, solo usare al Emperador mientras encuentro mi pareja destinada. Podré vigilarlo todo el tiempo y encontrar la manera de contener el mal que lo habita.

Santino: Pero un matrimonio es sagrado, no desperdicies tu tiempo en el.

Juana: Padre para mí es sagrado la unión de las almas, lo demás solo es un formalismo. Lo único que me preocupa es que ese idiota acepte, Fui una tonta al decir que todos estarían invitados, pero si el Demonio no dice, “si acepto” todos mis planes se vienen abajo.

Emily: Juana la verdad no se que tan bueno sea tu plan, en lo personal no me gusta para nada, pero como siempre confiaremos en ti.

Juana: Es lo único que pido, si mis decisiones son incorrectas tomare la culpa.

Seguí mi camino rumbo a la habitación, quería saber si ese hombre aún seguía vivo.

Al entrar lo vi acostado en mi cama, quien se hubiera imaginado que ahora yo estaría pidiéndole matrimonio.

La mujer que venía con nosotros estaba parada junto a él.

Juana: Puedes salir de aquí, ve y habla con la jefe encargada del palacio.

Criada: No puedo dejar a mi señor solo.

Juana: ¿Entonces también dormirás aquí? ¿Te pides el medio de la cama o quieres un lado?

Criada: Mi señora como mencioné es mi deber estar aquí con el Emperador.

Juana: ¿Como te llamas?

Criada: María mi señora

Juana: María haz lo que te digo, solo entrarás a esta habitación cuando yo te lo permita, te dire solo una cosa, si no me obedeces juro que hoy será el último día en el que tú respiras.

“María me miro fijamente a los ojos y luego se retiró”

Debo reconocer que merece un aumento de salario por su lealtad y fidelidad.

Puse una silla al lado del Demonio, quien diría que dormido parece un angelito.

Lentamente vi como abrió sus ojos, yo estaba ansiosa por saber qué diría al ver que lo traje contra su voluntad.

Demonio Blanco: ¿Donde estoy?

Juana: En mi habitación, hace unas horas que llegaste a Zenda, Bienvenido.

Demonio Blanco: ¿Te atreviste a traerme contra mi voluntad? Juro que me levantare y te asesinare.

Juana: Dudo que eso pase, pero creo que debemos empezar a llevarnos bien, les he informado a todo el reino que tú haz llegado para desposarme. ¿no es una maravillosa noticia?

Demonio Blanco: ¿Estás loca? ¡Yo jamás me casaría con una mujer como tu!

Juana: Quieres decir una mujer valiente, inteligente, sabia y hermosa como yo.

Demonio Blanco: No lo haré!

Juana: Ah!!! Pero aceptas que tengo todas esas virtudes, creo que serás un buen esposo.

Demonio Blanco: Dime la verdad, ¿que tramas?

Juana: Esa si es una excelente pregunta, me gusta la honestidad y creo que es la base para un buen matrimonio así que te dire, Zenda tiene una balanza de poder, la cual debe estar equilibrada, eso se logra cuando se realiza un matrimonio real, quiere decir que se necesita un Emperador y una Emperatriz unidos por el santo matrimonio, como sabrás yo no me he casado y debo hacerlo pronto.

Demonio Blanco: ¿Y elegiste un minusválido como tu esposo? Ahora entiendo las palabras que me dijiste, definitivamente eres mi perdición, maldigo la hora en que nuestros caminos se cruzaron. Sabes muy bien que no lo haré, no me prestare a tu juego estupido.

Juana: Lo harás, no puedes volver a tu reino, legalmente Dinamo es mio, te hago esta propuesta, míralo de esta manera, nuestro matrimonio será de papel, la sociedad lo creerá, pero tú y yo no debemos ser nada en la intimidad. Te utilizaré un tiempo hasta que encuentre el hombre que merece ser mi esposo.

Demonio Blanco: ¿Que gano yo?

Juana: Que lindas palabras escucho, eso quiere decir que lo estás considerando.

Demonio Blanco: No he dicho que si, pero viendo las cosas necesitas de mi, así que debo tener un pago y recompensa, ¿que gano yo?

“Me levante de la silla y me senté a su lado en la cama, mi mirada estaba fija en sus ojos, estaban inquietos, ansiosos”

Juana: Créeme que si lo haces tendrás mucha más ganancia que yo.

Demonio Blanco: Iluminane…

Juana: Bien, en primer lugar el matrimonio será legal, así que tendrás lo que siempre haz querido, serás el emperador de Zenda. Si bien tú y yo sabemos que es una farsa, mis súbditos no, así que tienes poder sobre ellos. Segundo, te juro que si eres un lindo esposo, te concedo un deseo, el cual quiero condicionar que no será causar daño a otro ser. ¿No crees que estoy siendo generosa?

Demonio Blanco: Tengo condiciones.

Juana: Dímelas, si está en mis manos dalo por hecho.

Demonio Blanco: Entiendo que en público debemos actuar, pero en la intimidad, no me hablaras, no me tocarás. No deseo ser su amigo, no deseo estar cerca de usted. Sera igual en el mando y poder sobre Zenda y sus reinos.

Juana: Bueno sobre eso, te dire, acepto no dirigirte la palabra en la intimidad, tampoco tocarte a menos que sea estrictamente necesario. Pero dormiremos juntos, en esta misma cama, así que si te toco mientras estoy profunda no te molestes. Tendrás poder, pero no irás causando daño por donde pasas, te vigilaré día y noche, se que un ente maligno habita en ti y yo lo quiero para mi. ¿Así que aceptas ser mi esposo ?

“De todo lo que dice solo hubo una ligera expresión cuando mencioné el ente en su interior, esto es más serio de lo que pensé, este hombre tiene un secreto y es grande”

Demonio Blanco: Creo que en mi posición no tengo más opción ¿o si ?

Juana: No la tienes, entonces nos casaremos en una semana, no quiero que mi prometido se arrepienta.

“Me levante de la cama, iría hablar con mis padres para que organizaran la boda lo más rápido posible”

Al llegar a la puerta de la habitación me detuve un momento.

Juana: Pide todo lo que necesitas para tu comidad, una criada vino contigo, podrá seguir sirviéndote pero no quiero que me cuestione mis órdenes. Nos veremos más tarde.

Demonio Blanco: Bastian.

Juana: ¿Que?

Demonio Blanco: Necesitas el nombre del novio para las tarjetas de invitación ¿no?.

Salí de la habitación, ahora el demonio tenía un nombre, mi esposo será Bastian el Emperador tirano.

“No me alcanzó a imaginar todo lo que me espera en este supuesto matrimonio”

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