Dieciséis

Cuando Enzo entró en la habitación de Anna a buscarla se quedó con la boca abierta,  estaba más hermosa de lo que la recordaba, quizás era que ya se había convertido en una mujer completa en este tiempo o quizás era que él ya había probado su cuerpo, lo cierto era que estaba espléndida.

- Ya me estoy arrepintiendo de que lleves ese vestido,  ojalá no tenga que romperle la cara a nadie esta noche.

- Si quieres no voy, no me siento cómoda así.

- Claro que irás,  estás deslumbrante y yo intentaré aguantarme de no romperte ese vestido hasta que no regresemos, vamos.

Abajo ya los esperaban Angelo y Mara, y en la cara de ésta se reflejó la envidia nada más poner los ojos en Anna.

- Angelo,  si no cierras la boca te daré un tiro.- le dijo un enfadado Enzo a su amigo.

- Lo siento pero la culpa es tuya, no debiste vestirla como aquella noche en "Caldo", pero mira tú,  la ropa interior se la regalé yo ¿ Verdad Annita?- Enzo le lanzó una mirada de odio y ella sonrió.

- Vamos Angelo,  no busques problemas,  ya te envío una foto cuando me la quite.

- Jajajajajaja- rieron juntos Anna y Angelo .

- Ustedes dos quieren que me de algo antes de salir de aquí,  o caminan o van a saber quién soy yo.- dijo Enzo con la mandíbula rígida.

Cuando fueron a subir a los autos en los que irían al evento, Mara sabía cuál era el de Enzo, e intentó entrar en él.

- Mara, tú vas con Angelo. - la detuvo él antes de que entrara.

- Pero Enzo amor.- le habló con la voz melosa y chillona que tanto molestaba a Anna.

- Pero nada Mara, en este auto vamos mi mujer y yo, tú vas en el otro.

La mujer se alejó con una mirada de odio hacia Anna y la pareja entró al auto, ella se quedó mirando por el cristal de la ventana mientras avanzaban por las calles.

- ¿ Estás enfadada?- quiso saber él.

- No, ya veo que esto será una constante entre nosotros, el poco tiempo que seguiré a tu lado tendré que aguantarme.

- Tú no vas a estar poco tiempo a mí lado, ya te lo dije, no sigas insistiendo con lo mismo, ahora otra cosa,  a donde vamos habrán muchas personas, unos serán empresarios muy ricos que van a hacer negocios y otros serán tan mafiosos como yo, no te separes de mí de no ser necesario.

- No te preocupes por mí, no soy una niña tonta.

- No digo eso Anna,  por favor,  quiero estar bien contigo, solo quiero protegerte y que no te suceda nada malo.

- Bien,lo siento por mi comentario, pero en verdad, no tienes que preocuparte.

- Pues dejémoslo así entonces.            ¿ Puedes sentarte más pegada a mí? Quiero sentir tú calor.- le pidió él y le extendió su mano derecha para que ella la tomara.

Ella se movió hacia él,  también necesitaba estar pegada a su cuerpo, a veces quería mostrarle quién era ella y todo lo que podía hacer para no ser tratada como una frágil niña, pero no tenía el valor, si quería desaparecer para siempre de la vida del mafioso , tenía que dejar que él la subestimara.

Llegaron al lugar del evento y se bajaron del auto delante de una alfombra roja, el salió primero y le tendió una mano a ella para ayudarla. Enseguida se comenzaron a ver flash de cámaras y murmullo de periodistas acosadores,  la seguridad se encargó que no se acercaran y ellos siguieron su camino al interior del edificio.

Como él le dijo, aquello estaba lleno de personas,  todas muy bien vestidas, solo en ropa ahí dentro debían haber millones,  aunque algunas ni gastando todo el dinero del mundo podían esconder lo de mafioso,  lo llevaban en la sangre y no les importaba disimularlo o solo no podian hacerlo.

Llevaban más de dos horas en la fiesta, a Anna ya le dolía la cara de tanto sonreír de presentación en presentación,  Enzo se había encargado de mostrarla a todos, aunque nunca dijo en verdad lo que era ella, solo su nombre y una amiga, Mara no los había dejado tranquilos ni un momento, ella en la mayoría de los casos no necesitaba ser presentada, era la hija de un mafioso ruso y muchos la conocían. Angelo los dejaba solos en ocasiones y regresaba con otro invitado para ser presentado con Enzo y esta vez no fue distinto.

- Enzo- llegó otra vez a donde estaban ellos Angelo- Quiero presentarte al señor Connor- Enzo levantó su mano y Anna se encontraba de espalda- Y ella es la señorita...

- Anna Murphy- Anna escuchó aquella voz a su espalda y se tensó, escuchar la voz de uno de los hombres que intentó  violarte con dieciséis años no era agradable-  No creo que ser el primer hombre que tocara esos tatuajes sea algo fácil de olvidar,  si mal no recuerdo también hay una triqueta en el muslo derecho.

- Ba tusa an chéad duine a chuaigh i dteagmháil leo a bhuíochas gur ealaíontóir tatú thú, ró-olc chun iad a mhothú go raibh ort iarracht a dhéanamh mé a éigniú.( Fuiste el primero en tocarlos gracias a que eres tatuador, lástima que para sentirlos de verdad hayas tenido que intentar violarme.) - escucharon todos a  una enfadada Anna responder en su lengua materna mientras se giraba para mirar de frente al hombre que le hizo tener tantas pesadillas.

- Feicim nach ndearna tú dearmad orm, Anna( Ya veo que no me olvidaste, Anna).

Ella le lanzó una mirada de odio, y Enzo apretó los puños al escucharla hablar en aquel idioma que él había oído en su boca tantas veces  mientras  le hacía el amor.

- Veo que ya se conocen, y que no es de ahora, se ve que es de años- dijo Mara queriendo recalcar el incómodo momento.

- Oh si ¿Cuantos tenías Anna,  quince o dieciséis ,  y Eric, como está ?

- Eric está muy bien, no necesitas preguntar por él.

Eric ¿ Quién diablos era Eric?- la mente de Enzo volaba y quería explotar- Seguramente era a quién ella llamaba siempre, ahora al menos podía ponerle un nombre.

- Enzo cariño,  vamos por unas copas y dejemos a Anna hablando con el señor Connor,  seguramente tienen mucho que recordar.- quiso aprovecharse de la situación Mara.

- Yo no tengo nada que recordar Mara,  si quieres emborracharte como la perra que eres ve y hazlo.

- Hay Anna,  no te pongas agresiva, yo solo quería ser cortés,  pues yo si voy a buscar una copa.

- Si quiere la acompaño señorita.

- Gracias señor Connor,  usted si es un caballero.

Y salieron los dos de allí,  Mara sujeta del brazo de Connor y él con una sonrisa de oreja a oreja,  una mala amistad para Anna.

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