Seis

Jajajajajaja hermano,  no puedo creer que al gran Enzo Parisi una mujer lo haya dejado con las ganas y quejándose.

- Cállate ya y dime si averiguaste algo por las cámaras.

- Nada, se ve cuando te pega y se va tan tranquila como si nada, llega a la mesa y salen los dos y se van en un taxi, ya hablé con el taxista y me dio la dirección donde los dejó,  y el hombre que tengo apostado allí dice que no ha entrado ni salido nadie que se parezca a ella. Además ningún vecino la reconoce o la ha visto nunca en ese edificio,  ni siquiera el portero.

- No se la pudo tragar la tierra.

- Ya aparecerá déjalo y sigue.

Un año después

Anna estaba en la tienda como todos los días cuando se escuchó la campana de la puerta indicando que alguien entraba.

- Buenos días ¿ Lo ayudo en algo?- preguntó mirando al hombre que entró.

- Si- le contestó reparando con desgano a la chica rara con gafas, el pelo alborotado y vestida como si fuera a hacer ejercicios pero con tres tallas más- Soy Angelo Ricci,  vengo a informarle que a partir de ahora vendré cada mes a recoger su contribución a nuestra causa.

- Y como que causa sería esa.

- La que no le interesa.

- Mire que si me interesa, ya que seré yo quién le pague.

- Oye lo que te diré niña- le dijo pegándose amenazante a Anna- Tú solo vas a pagar si no quieres que algo te pase.

En ese momento Anna lo tomó del brazo, le dio una vuelta para retorcèrselo y le sacó el arma que claramente tenía en la cintura para ponerla en su cabeza.

- Oye bien tú,  esta niña no va a pagar nada, lo que se vende aquí da para que la dueña sobreviva a duras penas, así que o sales ahora de aquí o te voy a patear tan fuerte que no te vas a poder sentar en un año, y esta cosa tan bella- le dijo refiriéndose al arma- me la voy a quedar, quizás comience a coleccionarlas, ahora sal de aquí.

Lo soltó de un empujón haciendo que Angelo rodara por el suelo, este se levantó, se sacudió la ropa y le dijo.

- Tú no sabes el error que estás cometiendo.- y salió de la tienda.

.....................

- Y la muy cabrona se quedó con mi bebé.

- Jajajajajaja,  ya basta, cállate o me voy a reventar de la risa, una niña te pega y hasta se queda con tu arma, jajajajajaja.

- Ya cállate tú o te recuerdo lo que te pasó hace un año. - solo la mención de esa noche hizo cambiar el humor al mafioso.

- Bien dejémoslo así.¿ Que piensas hacer al respecto?

- Traértela de regalo.

- Me explicas como para qué yo la querría.

- El pequeño Nico necesita una niñera y o maestra, un ratón de biblioteca puede ser bueno para eso, si la traigo resuelvo varias cosas, recupero mi bebé,  nos cobramos su insolencia y aprende Nico.

- Es verdad, pero y si no es inteligente,  que tal que es tan tonta que lo único que sabe hacer es vender en una librería de mala muerte.

- Pues ya veremos que hacemos con ella, porque algo si te digo, ni para un prostíbulo sirve, es fea que asusta.

- Primero trae la información de ella.

- Aquí está,  sabía que lo pedirías. ,- dijo entregándole una carpeta.

- Anna Murphy,  soltera,  nacida aquí,  huérfana de madre y padre, alquila un departamento sobre un gimnasio,  no tiene amigos ni nada que se le parezca. Esta mujer prácticamente no existe, no creo que la echen de menos. Tráela mañana.

A la mañana siguiente Anna llegó a la tienda como cada día,  entró y no se había despegado de la puerta cuando sintió que le ponían algo húmedo en la nariz.

Lo próximo que supo fue despertar en una cama con dos hombres sentados delante, uno era el imbecil que había estado en la tienda el día antes y el otro no lo conocía.

- Desde que te vi supe que eres de los que tiene que drogar a una mujer para tenerla en tu cama.- le dijo desafiante a Angelo.

- Yo no tengo que drogar a nadie y esta no es mi cama, es la de él.

- Que más da de quién es la cama, díganme que quieren.

- Creo que debes bajar un poco los humos, estás en mi terreno.- ella le rodó los ojos y le hizo un gesto con la mano de que hablaba mucho.

- ¿Y eso te hace mejor, porqué ?

- Ya basta los dos, Anna, porque  te llamas Anna cierto, seguramente quieres saber que haces aquí.

- Dilo ya.

Enzo se masajeó la sien,  esta mujer no llevaba ni una hora aquí y ya tenía dolor de cabeza, además que como dijo Angelo era bastante fea.

- Tú nos faltaste al respeto y eso se paga, pero resulta que tú puedes ayudarme en algo y yo estoy dispuesto a olvidar tu falta a cambio de tu ayuda.

- No recuerdo ni siquiera haberte visto nunca, así que no sé como te falté,  pero estás de suerte,  a mí me gusta ayudar,  habla.- Anna sabía que de haber querido matarla no la hubieran traído a esta habitación,  así que se aprovechaba de la situación.

- Yo tengo un sobrino de cuatro años.- le dijo Enzo obviando la manera en que ella le habló.

- Que edad tan tierna,  me encantan los niños.

- Te voy a pedir que no me interrumpas, no me gusta que lo hagan.-  ya su paciencia estaba llegando a su fin y ella le rodó los ojos- Como te decía, mi sobrino de cuatro años necesita una maestra y creo que tu servirías para eso.

- ¿Y que te hizo pensar eso?

- Trabajas en una librería,  está llena de libros, tienes que ser inteligente.

- Esa es la deducción más tonta que he escuchado, también sería inteligente una polilla que hasta se los come.  Pero ya te dije que te voy a ayudar, aunque tengo mis condiciones.

- Dilas.

- Mi ropa, me gusta la de él,  no me importa si me das esa o compras nueva, la quiero así toda y en la misma  talla que la de él y la ropa interior la comprarás donde yo te diga, cuando sepa donde voy a dormir le hago una foto para que sepas cual comprar,  toda roja.

- No hay problema. ¿La foto que me enviaras será con la ropa interior puesta?

- No te ilusiones,  será solo la ropa.     ¿ Que tiempo estaré aquí?

- El que yo estime necesario.

- Esa respuesta no me vale, pero bueno,  al final yo me iré cuando entienda que sea oportuno.

- De aquí solo te iras cuando yo quiera, de esta casa nadie escapa.

- No creo que quieras apostar, pero da igual. Por último,  mi teléfono,  si no hablo con alguien en las próximas tres horas, desearas no haberme traído.

- Jajajajajaja eso si es atrevimiento, te daré el teléfono porque no me importa para nada a quién llames, ya estás aquí y eres mía.

- Yo no soy tuya y te darás cuenta.

- Angelo,  el teléfono. - tomó el teléfono y comenzó  a registrarlo para darse cuenta que estaba vacío,  no tenía ni siquiera un contacto registrado ni redes sociales- Aquí no tienes ningún número registrado.¿ Como vas a llamar? Ponlo en altavoz.

- No lo necesito,  puedo resolver la contabilidad de una multinacional con solo echar un vistazo,  para que guardaría un número telefónico.

El italiano le entregó el equipo y ella rápidamente marcó un número.

- Hola- se escuchó.

- Hola, estoy bien, no iré por unos días,  por favor ocúpate que la señora Jones reciba su dinero mientras yo no esté,  te quiero, nos vemos.

- Te quiero- sin más cortó la llamada y borró el número al que había llamado.

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Comments

Elide Rubio

Elide Rubio

wuauu

2024-03-03

2

kerena

kerena

mi bebé un arma 😂🤣 la cara de Enzo debió ser un poema

2024-02-24

1

Ester Ayala

Ester Ayala

Al otro no le había visto el rostro, pero la dio en sus partes bajas......🤣🤣🤣🤣🤣🤣

2024-02-05

1

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