Alguien no quería perder tiempo, adelantándose mientras clavaba un cuchillo en un movimiento de apuñalamiento. Esquivé por un pelo y le golpeé el abdomen, haciéndolo volar más allá de todos sus aliados antes de estrellarse contra varios árboles detrás, provocando una explosión en el aire.
No me había dado cuenta de que la gente de esta era era realmente débil. Al menos tenía que contenerme un poco.
Ahora era mi turno de atacar; ejecuté una serie de golpes complementados con los ágiles movimientos de mis pies. Cada vez que intentaban atacarme, lo esquivaba y contraatacaba.
"Eres increíblemente hábil, señorita. Para luchar contra tantos sin recibir ni un solo golpe".
"En efecto, ¿es una aventurera?"
"Si no me equivoco, estaba con la chica que vende flores aquella vez".
Salté al aire mientras me atacaban simultáneamente con magia de viento, fuego y agua. Al tocar el suelo, cuatro agresores se abalanzaron sobre mí desde todas las direcciones con movimientos penetrantes. Me defendí rápidamente con un hechizo de protección y sus armas se rompieron al instante.
Solo fue necesario darles una patada para hacerlos volar con facilidad.
"Huídan".
Lo habrían hecho, pero conjuré cadenas que los ataron a todos, dejándolos inmovilizados.
"Magia sin un solo conjuro".
"En efecto, señorita, esta persona es extraordinariamente poderosa".
Aunque me contengo, aún me consideran fuerte. En cualquier caso, mi tarea aquí está hecha.
El buen caballero los interrogó uno por uno. La única respuesta clara que escuché fue que fue el propio Douglas quien había ordenado el asesinato de la princesa.
"No podemos permitir que esto ocurra. Señor, ¿podría ayudarnos a capturar a Douglas?"
"Me niego. Si quieren capturarlo, háganlo ustedes mismos".
"Pero no estamos capacitados aún".
"Eso es sencillo. Solo pidan ayuda al gremio de aventureros. Estoy seguro de que les ayudarán".
"Eso es cierto".
"Entonces, hasta luego".
"Espera, no te has presentado... Mi nombre es Alicia von Corliss, gracias por salvarnos a ambos".
"Rider, ese es mi nombre".
Me esforcé por irme y regresar al área de viviendas de los barrios bajos. Al abrir la puerta, la figura de Cosetta seguía sentada pálida frente a la mesa del comedor.
"¿Por qué sigues aquí? ¿No se suponía que ibas a vender tus flores?"
"Tonta, pensé que no volverías aquí. Estaba tan preocupada... mi madre también lo dijo, pero nunca volvió".
"Ya te dije que me quedaría contigo".
"Aun así".
Cosetta parecía a punto de llorar, así que le acaricié suavemente el cabello.
"¿Qué tal si hoy no salimos y pasamos el día en casa?"
"¿Eso significa que vamos a hacer lo que hacen las parejas casadas con frecuencia?"
Le di otra palmada en la cabeza, haciéndola gemir de dolor.
Su naturaleza no había cambiado.
Saqué un juego que había guardado en mi almacenamiento mágico, algo que no encontrarías en ningún otro lugar; un televisor y una consola Sony PlayStation con algunos discos de juegos populares.
Cosetta inclinó la cabeza mientras lo encendía.
-¿Q-qué es eso?
La música de fondo comenzó a sonar.
Le expliqué todo y le mostré cómo jugar. Jugamos a Street Fighter.
-Esto es increíble, pero nunca supe que existía magia como esta.
-Toda persona desempleada debería tener esto (solo es mi opinión).
-Esto no se puede producir en ningún lugar de este mundo; en resumen, es de otro mundo.
-Otro mundo? Cosetta se mostró intrigada.
Supongo que era hora de contarle a Cosetta todo sobre quién era realmente yo.
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