CAPÍTULO 12

Cada uno se dirigió a su habitación.  Ninguno había notado que las habitaciones estaban una frente a la otra. Sorprendidos se miraron y un escalofrio los inundó.  Alis corrió a su habitación. Mientras el observaba como subía a su habitación del árbol, sus caderas se movían al subir como al compás de una suave música, al desaparecer tras la puerta. Arnold estudio el lugar, Aquello era majestuoso, Arnold comenzó a perderse en sus pensamientos imaginando a esa mujer llevando cada detalle tan bien elaborado, las habitaciones tan bien hechas. Parecía algo irreal,  además de hermosa tiene gran ingenio en sus trabajos y toques personales que hacen que este sitio sea único y mágico. Cada habitación con detalles diferentes. Unas tenían en los árboles orquideas de todos los colores, la suya hasta tenía una variedad poco conocida que perfumaba el ambiente a vainilla, en otras habían raflesias, Otras tenían un pequeño lago en miniatura hecho con piedras, con Victoria Amazónicas una flor muy bella. Era  hermoso digno de admiración, porque quería vender un sitio tan magnífico, que parecía haberlo diseñado para su disfrute propio.

Si en ese momento no hubiera llegado su amiga, pero lo averiguaré más temprano que tarde. Aunque mi oferta fue jugosa, pudo haber sido por eso. Para ella debe ser más importante el dinero que un lugar como este.

Un pequeño zoológico.  Esto realmente me impresiona. Subiré debo ducharme rápido si quiero mantenerme despierto, con lo que no pude dormir anoche pensando en este Ángel  no  me hubiera pasado por la cabeza que le encontraría aquí.

Pero me pagará este trasnocho, así como el haberme dejado plantado.

Mientras Alis se duchaba recordaba aquel rostro y esos ojos que la miraban con deseó, pero porqué Pedro lo ubicó en una habitación frente a la mía. Definitivamente no esperaba que fuese él quien valla a comprar el hotel. Si me lo hubieran dicho no lo creía.

-Alis

¿Quien está ahi?

-Danna

Amiga disculpa si te asusté, pero vi tu expresión al hablar con él mientras almorzaban.  Dime que te preguntó.

-Alis

Por un momento creí que...

-Danna

¿Que era él?

Ummm querías que fuera él.

-Alis

Danna no empiezes. Y si me pregunto que porque hiba a vender el hotel. Gracias amiga llegaste justo a tiempo y sabes que es una larga historia que no quiero recordar y tampoco contar.

-Danna

Amiga ese hombre se muere por ti ya te lo he repetido lo veo en sus ojos esa forma de mirarte. Conozco esas miradas y tú te derrites por él y no intentes mentirme.

-Alis

Creo que estas viendo muchas novelas amiga. El es un hombre multimillonario y  si no vendo este lugar ya sabes me quedare en la calle, y perderé el patrimonio que me dejó mi madre es todo para mí.  Aunque amo este lugar, por desgracia no puedo conservarlo.

Arnold no podía creer lo que oía. Así qué, ¿ese era el motivo por el cual vendía ese pequeño paraíso?

Se le ocurría un plan un poco descabellado, pero quizás funcionaria, si antes lo había hecho con otras ¿porque no con ella?

Salió sigilosamente para no ser descubierto. Varias ideas ya rondaban su cabeza, y tenía dos que eran las mejores y trataría de ponerlas en marcha lo más pronto posible. Era abogado uno de los mejores, comenzó a invertir en la bolsa por consejo de un buen hombre mucho más poderoso que él y amaso  su fortuna. Nadie le había regalado nada todo lo hizo con sudor y esfuerzo y el gran consejo que tomó en aquel entonces del dueño de la firma en la que trabajaba. No hiba a dejar pasar esta oportunidad, nunca dejaba pasar una oportunidad, aunque al final no le dejará gran cosa, pero en esta tenía Fé, y quería hacer lo que hiciere falta para lograrlo.

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