- Deseo y Pecado, la combinación perfecta-

Dándole un apasionado beso a su ángel del deseo Niqui se dispuso a ir por el misterioso pelinegro de traje blanco, mientras caminaba se preguntaba qué era lo peor que le podía pasar y eso tenía respuesta (ser rechazada) que carajo se dijo, siguió dando pasos firmes y elegantes como siempre lo hacía, hasta que se encontró cara a cara y vio esos ojos grises que claramente eran lentes de contacto pero que en conjunto hacían ver a este hombre muy misterioso y sexy.

-          Hola hermoso, te quiero hacer una propuesta, quizás me dirás que no, como lo vienes haciendo con otras chicas y chicos, pero me encantaría pasar la noche contigo y ese bello ángel que esta haya.

-          Hola hermosa, es interesante tu propuesta, pero quiero algo para ver si acepto.

-          Qué cosas quieres.

-          Quiero que me beses de la misma forma que lo besas a él, quiero ver por qué está tan inquieto tu supuesto ángel, que será lo que tú tienes que ese fundador no te quita la mirada de encima, se ve que está loquito por ti.

-          Es que yo soy una chica muy especial, te invito a comprobarlo.

-          Primero mi beso y luego decido si acepto tu propuesta, ¡tenemos un trato!

Niqui no lo pensó y se acerco a aquel chico de ojos grises y lo primero que hizo fue lamer su labios pues quería probar un poco del trago que el estaba tomando, luego paso a besarlo como si de su ángel del deseo se tratara, el beso fue tan intenso y embriagador que de un instante a otro el misterioso chico la sujeto de su cintura y la acerco a él, ella pudo sentir lo despierto que estaba su amiguito, mientras el beso continuaba sintió como unas fuertes manos la abrazaban por detrás,  aquel acto la llevo a separarse del chico de ojos grises para pasar a mirar a esos ojos negros que tanto le roban sus pensamientos.

El ángel del deseo le susurró.

-          ¡Me imagino que lo convenciste verdad! mi hermosa de ojos rojos.

Pero Niqui no le respondió con ninguna afirmación, sólo cayó su pregunta con un beso, beso que se fue subiendo de tono y cuando se dio cuenta ya era besada por esos dos chicos apasionados. Niqui no desaprovechó la oportunidad de tocar todo a su paso y dejar que ellos la tocaran. Estaba tan poseída por el deseo, que no entendía como solo con escuchar esas voces tan sexys lograban hacer que ella sucumbiera a sus más bajas pasiones, esos dispositivos de voz sí que tenían efectos peligrosos en ella.

El chico de ojos grises, jalo de ella para llevársela de ahí y esta a su vez se llevó a su ángel de ojos negros.

-          Acepto tu propuesta, pero lo quiero hacer en otro lugar. Te molesta o incomoda no hacerlo en el salón principal.

-          No, la verdad donde sea está bien si voy a estar con los dos.

Sujetada por ambos chicos, Niqui fue guiada a una puerta doble de color negro muy parecida a la de la habitación del ángel de ojos negros. Y no se equivocó, era una habitación de fundador, con la diferencia que todo su mobiliario era en color Blanco.

-          Ósea que tú también me resultaste un fundador.

-          Si, también soy uno como tu querido ángel que es como lo llamas ¡no!

-          Si es mi ángel del deseo de ojos negros.

-          ¿Cómo piensas colocarme a mi hermosa?

-          Ya veremos qué nombre te ganas.

Con una sonrisa seductora el ángel de ojos negros se acercó a ella y bajo su vestido hasta su cintura, llevando se la sorpresa que no tenia nada en su parte superior, se dispuso a saborear lo que tenia a la vista. Mientras que el chico de ojos grises la besaba con desenfreno y ella correspondía de igual manera. No fue consciente de su desmedida hasta que estaba arrodillada frente a dos desnudos y sexys hombres, ella estaba dándole atención a sus grandes amigos.

Y sí que los estaba llevando a la locura, pues todo lo que salía de la boca de ellos, eran fuertes gruñidos. Como siempre Niqui cumplió con la tarea y no los soltó hasta tomar la última gota de esencia de ambos.

-          Ahora quiero que me atiendan a mi con la misma devoción que yo lo hice.

El ángel de ojos negros la miro de una forma que ya Niqui sabía lo que venía, este la llevo a la inmensa cama y la deposito en ella. Mientras que el chico de ojos grises terminó de desnudarla contemplando su hermosa prenda íntima saboreandose con la hermosa vista.

Niqui miraba como esos ojos grises se perdían entre sus piernas y como era atendida por su ángel de ojos negro en su parte superior, estaba tan perdida de su clímax que no se dio cuanta en que momento el chico de ojos grises le estaba aplicando una crema o un gel en su parte trasera.

Ella no dijo nada, lo dejó terminar con su labor, pero ese sería el comienzo de interminables encuentros con ese par de monumentos de hombres.

Después de un rato, de largos besos y caricias cada uno de sus chicos tomaron posición para estar con ella, fue demasiado placentero para ella pues lo que el chico de ojos grises aplicó en ella le había hecho efecto, al principio era incómodo estar con dos personas al tiempo, pero después se convirtió en algo delicioso.

Fue incontable las veces que esos hermosos hombres la hicieron vivir una experiencia inigualable, eran cuidadosos con ella, pero al mismo tiempo rudos al momento de enseñarle trucos para mayor éxtasis.

Terminó probando un columpió ajustable, ella jamás creyó usar uno de esos. Estaba convencida que en el Imperio daban clases de como hacer alucinar a las personas con tanto placer. Porque si no era eso, a ella le tocó los mejores maestros en la materia.

Después de largas horas de que sus dos chicos la hicieran subir al cielo su cuerpo estaba rendido, se cansó mucho más que su primera vez en el imperio, pero era de suponerse que terminaría agotada.

Después de descansar abrazada a sus chicos. Quiso ir al baño, necesitaba bañarse. Ya que tenía que irse porque de nuevo la cogió la tarde. Ella sabía que si no salía de ahí podría perder la cordura y  se arriesgaría a que la dejaran sin poder caminar por días.

-          Quiero bañarme chicos, lo necesito.

-          Ya te preparo el baño mi hermosa y te ayudamos a bañar porque creo que vas a estar algo adolorida.

-          Creo que esta vez me pase con tigo mi bella de ojos rojos.

-          Tú crees, yo diría que ambos se pasaron, pero lo voy afrontar con valentía ya que lo gocé.

-           A si me gustan las mujeres, que no se arrepientan de nada de lo que hacen, pero dime como me vas a decir a mí.

-          A mi ángel de ojos negros lo llamare deseo y a ti te llamare pecado, juntos son la perdición de cualquier mujer.

-          Mi nombre me va bien, soy bastante pecador.

-          A mi siempre me ha encantado como me llamas.

-          Bueno hermosa nena 1030 cómo te diremos a ti que piensas deseo como la llamamos.

-          Le diremos Afrodita la diosa de la belleza, la sensualidad y el amor, ese nombre es perfecto para ti.

-          Me encanta, se queda, pero por ahora llévenme al baño.

Después de tener una ronda de nuevo en el baño, una radiante Niqui se despidió de esos dos ángeles que le habían mostrado cosas nuevas y diferentes, beso a cada uno con mucha pasión y se marchó con la promesa de volver a ver a deseo y pecado el siguiente fin de semana.

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