La sonrisa en los labios de Álvaro estremeció a Aimara. — ¿Qué haces con él? - Álvaro no ocultó el desagrado de ver a su esposa - ¿Es tu diestro de Oro?.
— Mantén tu distancia y cierra la boca, si no quieres que te corte la lengua, la mujer de Aarón Fu no tiene por qué responder las preguntas de un insignificante hombre cómo tú— Aarón agarro las manos de Aimara, fue allí que la joven sintió que después de la muerte de sus padres alguien estaba para sostenerla, aunque la persona que está brindando aquella sensación en ella, sea un demonio, pero un demonio encantador.
— No es tu mujer, es la mía y pensándolo mejor, el divorcio es innecesario, Aimara te exijo que vengas conmigo— Al momento en que Álvaro expresó esas palabras detrás de su cabeza se posó una pistola.
— No olvides ante quién estás— Aarón sonreía con suficiencia, mientras observaba como su Guardaespaldas estaba a tan solo una orden suya de tirar del Gatillo.
— ¡No! - Gritó horrorizada Aimara - Baja el arma, hoy no abra divorcio, usted y yo no tenemos ningún asunto, no vuelva a cruzarse en mi camino, no vuelva a buscarme, estoy bien con mi marido, de usted no quiero saber nada— Aimara se posicionó al lado de Álvaro y este observaba con una sonrisa peligrosa y burlona a Aarón.
— Bien, pero no vengas a mí cuándo te destruyan - Con aquellas simples palabras Aarón se alejó, Aimara al ver aquello sintió pesado su corazón, pero las frías manos de Álvaro la agarraron con brusquedad.
— Ni siquiera lo pienses, por supuesto que nos vamos a divorciar, pero se te prohíbe acercarte a él - El hombre estiró de ella hasta entrar en las Oficinas de Asuntos Civiles.
15 minutos después, con Aimara siendo arrastrada fuertemente por él, Álvaro la sacó del edificio y la había introducido en el interior de su vehículo.
— Esta será la última vez que te subes a mi auto - Álvaro tomó de la barbilla a la mujer cuyo pequeño rostro estaba pálida y adolorido por la fuerza ejercida de Álvaro.
— ¿Que es lo que quieres de mí? - Aimara lo Preguntó con lágrimas en los ojos.
— Ya hemos firmado el divorcio, pero te voy a tener de sirvienta de mi mujer, no tendrás permitido salir, te quedas ahí hasta pudrirte, excepto mañana que voy a restregar tu presencia conmigo en el rostro de Aarón, de hecho no debiste salir de debajo de su poder, porque eso deja como significado tu destrucción - Álvaro demostraba crueldad en su rostro, en su mirada y en su voz, unos segundos después el vehículo fue dirigido hasta llegar a una imponente Villa con estilo de Castillo, Aimara quedó sorprendida por aquello que tenía ante sus ojos.
— Bájate ahora mismo— Expuso Álvaro asustado a la mujer que salió sin dudar del vehículo, pero antes de que reaccionará otra mujer había pasado velozmente al lado de ella lanzándose en los brazos de su exmarido y le había atacado a los labios, un beso en donde parecían que se iban a tragar completamente.
— ¿Qué hace esta miserable aquí? - Ni bien la mujer se separó del hombre, se percató de la presencia de Aimara.
— Amor mío, ella será tu esclava, quedará a tu cargo, yo solo solicitaré de su presencia nada más para que me lustre los zapatos al llegar.— Los ojos de la mujer brillaron al escuchar las palabras de Álvaro.
Mientras que Aimara no entendía cómo pudo llegar a esto, esto sería un Infierno, en que momento cometió la imprudencia de elegir a Álvaro, incluso si no se divorcian, ellos ya no tenían un futuro, aunque a ella le duela, le destroce, ella no es la mujer que aquel cruel amaba, pero ahora parecía que su futuro sería peor sus ojos observaron todo a su alrededor escapar sería imposible todo el Perímetro del lugar estaba fuertemente custodiado.
— Sirvienta, te voy a llevar hasta un punto en donde, bueno, te llevaré al sitio en donde perteneces - La mujer dejó escapar una sonrisa, Gina Li, era una joven que había enamorado a Álvaro utilizando su cuerpo.
Gina agarró con fuerza del brazo a Aimara y la arrastró hasta la parte trasera de aquella gran villa, Álvaro ya no les había mirado, pero podía observarse la irá en su rostro, las mujeres habían llegado hasta la parte trasera en donde Gina quería llegar.
— ¿Qué vas a hacer? - Antes de que Aimara analice bien el sitio en donde se encontraba, fue empujada fuertemente golpeando su rostro con una reja.
— Nadie te ha dicho para que hables, y nadie va a pedir escuchar tu voz, a partir de ahora vas a cerrar tu boca, no quiero escuchar ningún gemido, y si llegas a emitir algún ruido te corto la lengua - Gina era perversa y sus palabras más su actitud asustaron a Aimara.
— Abran el portón ahora— ordenó Gina a uno de los Guardias con una voz autoritaria y unos segundos después el portón fue abierto y Aimara fue introducida a una habitación oscura, que tenía un olor repugnante, pero otra puerta fue abierta por Gina - Aquí es dónde perteneces, este será tu sitio con las ratas, porque eso es lo que eres, una maldita rata - después de expresar aquellas palabras Gina empuño sus manos propinándole un fuerte golpe en el rostro a Aimara, la sangre brotó rápidamente de la nariz de la joven aquel golpe perturbó el equilibrio de Aimara que cayó al suelo, mientras observaba el rostro triunfante de Gina salir del sótano.
Aimara se quedó en el suelo, se abrazó a su rodilla, y fue imposible no contener las lágrimas, los sollozos se hacen cada vez más fuerte, su cuerpo empezó a temblar - ¿Por qué a mí? - expuso en un Susurró muy bajo apretando los puños, ella se sentía derrotada supo que había cometido el error más grande al preferir a Álvaro, ella lo sabe, se agarró del cabello, no supo en qué momento la puerta volvió a abrirse y el líquido frío entró en contacto con su piel.
— Cállate - Álvaro la agarró del cabello logrando que se levantará mientras el agua fría que el hombre derramó por ella hacía que su ropa se pegará a su cuerpo, Álvaro la agarró del cuello - Deja de llorar maldita sea, esto ya es algo muy digno para ti, pero para las ratas ha desertado indigno compartir contigo.
— Tú eres la maldita rata— Aimara se armó de valor para expresar aquellas palabras, pero lo expresado por ella solamente enfureció aún más al hombre y sin preámbulos, Álvaro la golpeo sin contemplaciones, sus labios quedaron rotos, dos golpes y el pequeño cuerpo de Aimara quedó suspendido en el suelo.
— Te odio, Álvaro - Expresó Aimara, otro error más, porque el hombre parecía enfurecerse más, pero aquel era el sentimiento que el hombre despertaba en ella, allí.
— ¿Qué has dicho? - Aimara a arrastres se alejó hasta sentir que su cuerpo entro en contacto con la fría pared - Vuelve a repetir lo que has dicho, el hombre la agarró con fuerza de la muñeca obligándole a colocarse de pie nuevamente - Dilo de nuevo.
- Dije que te odio, te desprecio conocerte, fue mi peor error, eres una basura - Aimara lo expreso con furia, con desesperación, lastimada.
— No se te permite odiarme, tú a mí vas a amarme ¿O amas a Aarón?
— Que te importa maldita basura - Aimara estaba tentando a la muerte y prefería morir antes de soportar todo esto.
— Cállate maldita perra - Álvaro se enfureció aún más— Ahora voy a enseñarte que es ser una basura - Álvaro observó la suave tela de seda pegarse de manera exquisita por el cuerpo de Aimara, la mujer observo aquella mirada y se había asustado aún más.
— Ni siquiera lo intentes Álvaro, no quiero sentir tu asqueroso tacto - Aimara realizó movimientos torpes descubriendo que las telas pegadas a su figura no ayudan para alejar a la bestia, pero Álvaro no retrocederá.
— Voy a tomar tu cuerpo, lo voy a grabar y se lo enviaré a tu Diestro de Oro para que escuche como gimes debajo de mi cuerpo y luego te mataré, dejaré que los caimanes se alimenten de tu sucio cuerpo— Álvaro volvió a agarrar a Aimara fue allí que la joven reaccionó y grito, aunque sabía que nadie vendría a su rescate.
— Cállate - Álvaro la beso salvajemente, aunque Aimara cerraba la boca, los dientes del hombre la lastiman— Si te resistes será más doloroso, coopera - El agarre de su cabello y con la fuerza del hombre la cabeza de Aimara golpeó por la pared hasta que escuchó la tela del vestido desgarrarse, no había escapatoria este sería su final en manos de su cruel ex marido, la repulsión que sentía por el hombre no tenía calificativo.
Mientras tanto el hombre que se encontraba en el Rolls-Royce no se había detenido para mirar atrás ni siquiera una sola vez, el vehículo ya se encontraba transitando rápidamente por la carretera, la atmósfera era fría, Aarón con cada segundo que pasaba se volvía más peligroso.
— Señor.— Su asistente quería expresar algo al expresar la expresión de su Jefe.
— Ahora no, no intentes defender lo indefendible podré perseguir a una mujer aunque me rechace, pero el día que me rechace ante alguien más y peor aun ante mi enemigo, el ego de Aarón Fu no permite que la mujer vuelva a ser buscada por mi.— Dictaminó el hombre mientras acariciaba la punta de su arma - Diríjanse al Terreno Prohibido - Ordenó el hombre.
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Comments
Sam-Le Psandy
una Justine más mantenla por tonta
2023-09-29
2
Laura Ferral
ni lastima Meda Aimara, porque después de todo lo que le hizo Álvaro todavía lo tiene ligio y todavía dice porque Ami,pues ella sola se alejó del hombre que si le quiere dar su lugar.
2023-09-23
0
Liliana Olivieri
Que estúpida y cero personalidad la de Aimara. Basura toral la mina
2023-09-16
1