Va por ella.

Aarón agarró la carpeta sus ojos oscuros eran como agua mansa, carecía de impulsos emocionales, pero una sonrisa con una pasión Lobuna capaz de desnudar el Alma de cualquiera se vio en su rostro coqueto que se había ensombrecido - Así que Álvaro Zhao susurró para sí mismo— déjame a solas - Fue la orden de Aarón, el subordinado obedeció rápidamente dejando al hombre vestido completamente de negro a solas en aquella inmensa habitación oscura y fría, sus manos cubiertas siempre por un guante negro se posaron por encima de su pistola, abrió la cortina y dejó que la luna enfoqué ligeramente su brillo en su rostro, dejando ver el destello peligroso de su mirada - Casada con el hombre que trabaja con los que acabo con la vida de mi padre, conejita, y el trabajo sucio se paga de tu dinero, pero eres mi mujer, mi elegida nadie puede ensuciarte con sus porquerías excepto yo - Aarón salió de la habitación, unos segundos después el Rolls-Royce salió disparado de aquel terreno.

La casa estaba a oscuras, pero el ruido de la cerradura siendo forzada erizo la piel de Aimara, su pequeño cuerpo tembló pensando en que eran asaltantes, pero cuándo la puerta fue abierta la elegante figura oscura parado observándola, supo que era alguien peor que un ladrón, no supo cómo reaccionar, Aarón tampoco había realizado algún movimiento solamente se mantuvo con su rostro inexpresivo recostado por la puerta, la oscuridad le daba un toque aún más encantador.

— ¿No vas a invitarme a pasar? - al momento de expresar aquellas palabras, Aarón entró.

— ¿Necesitas alguna invitación? - Aimara lo miro agraviada - ya hasta forzaste la cerradura, puedo acusarte dé.

— Eres muy ruidosa, quieres que te acompañe como testigo para que tomen tus palabras— Aarón se burló, sus largas piernas habían llegado de manera rápida en dónde estaba Aimara.

— ¿Por qué usted está aquí, como me encontró? Le recuerdo que usted y yo no somos ni seremos cercanos, está abusando— Aimara se había puesto de pie, pero al siguiente segundo su muñeca fue estirada fuertemente cayendo en los brazos de Aarón, Aimara emitió un pequeño grito, pero las manos del hombre le taparon la boca.

— No seas tan ruidosa - Aarón se había vuelto descarado, susurrando aquellas palabras al oído de la mujer - Si sigues gritando, voy a comerte - Aimara se agitó y su rostro era como un tomate maduro, Aarón quería pellizcarla - Si te portas bien te dejaré ir. — Aarón dejó de tapar la boca de la mujercita.

Aimara lo miro, aquellos ojos oscuros transmitían sensualidad, sus labios entre abiertos con una pequeña sonrisa era exquisito ante los ojos de la mujer.

Los pensamientos del hombre tampoco estaban tan lejos de los de la mujer, los labios de Aimara merecían ser devorados con besos ardientes, que sean capaz de transmitir la sensación de tragarse el alma entera, sus grandes manos querían explorar el pequeño cuerpo, pero entonces Aimara volvió en sí apartándose rápidamente del cuerpo del hombre, esta vez Aarón no la detuvo.

— ¿Cómo es tu relación con Álvaro? - al momento de realizar aquella pregunta las facciones del hombre eran oscuras, sus puños estaban apretados, el ambiente fue tenso, Aimara sintió frío, se había puesto pálida, no quería que nadie más supiera que su relación estaba dañada, pero sus acciones fueron muy malinterpretadas, aquella reacción no era aquello que Aarón esperaba.

— Los asuntos entre mi marido y Yo no es asunto suyo - Aimara parecía defender aquella unión, aunque Álvaro se divertía de ella, pero con otra.

— ¿Se aman? - Preguntó Aarón.

— Por supuesto que si, de lo contrario, no estaríamos casados, Álvaro y yo tenemos una excelente relación, aunque a veces el matrimonio tiene tropiezos, nosotros los superamos - Aimara no sabía que cada palabra que expresa capaz la estaba condenando.

— Cállate— Rugió furioso Aarón - Mañana mismo vas a divorciarte de él, recuerda que eres mi elegida.

— Estás loco, no pienso dejar al hombre que amo por un matón— al momento siguiente de expresar aquellas palabras Aimara se arrepintió, Aarón se había puesto de pie, la mujer retrocedió chocando por el otro Sofá que estaba a espaldas de ella, su cuerpo había caído al mismo tiempo que una sombra oscura se cernía por encima de ella. — ¿Qué, que vas a hacerme? - Aimara ya tenía lágrimas en los ojos.

— ¿Tú qué crees? Voy a demostrarte quién es tu dueño a partir de este momento, es mejor que seas Cooperativa.

— No, por favor, no lo haga - Aimara realizó el intento de apartar a Aarón con sus pequeñas manos.

— Voy a violarte, voy a hacerte mía— El hombre se posicionó por encima de ella presionando por completo su cuerpo, Aimara convulsionó, pero sus ojos tenían un brillo diferente, tomando la decisión de agregar algo más.— ¿Entonces si me detengo te divorcias? - Aarón estaba sobrepasando los límites, pero ni siquiera la propia Ley le importaba nunca le importaría realmente someter a alguien, pero no a Aimara, con ella solamente quería lograr que ella se divorciara, le gustaba ver su pequeño rostro asustado.

— Usted dijo que su mujer nunca sería obligada a nada, incluso era imposible que usted la investigue, y mira me estás obligando a.

— ¿Ya aceptas ser mi mujer? - Aarón la agarró fuertemente de la barbilla - Mañana te llevaré a Asuntos Civiles, llama a tu marido y dile que lo esperas puntualmente.

— ¿Por qué hace esto? - Aimara estaba llorando.

— Fácil, ya te he dejado en claro que eres la mujer que Aarón Fu quiere y cuándo yo elijo, nadie es capaz de lograr que cambie de idea, a mí nadie me somete, si es sí, es si, si digo que no, es no aquellas palabras me los llevo a la tumba.

— ¿Y si no quiero divorciarme? - Aimara lo miraba fijamente.

— Te mato.— la pistola se posicionó en su frente, Aimara sudo frío al sentir el cañón del arma rozando su piel.

— Entonces máteme - Aimara se había vuelto obstinado ante el peligroso hombre que tenía.

— No es tan fácil matarte.— Aarón guardo el arma, posteriormente tomó en brazos a Aimara, no importa cuánto la mujer pataleará, gritará el hombre la colocó en el asiento del Copiloto, en un ágil y secreto movimiento ya le había arrebatado el celular a Aimara buscando el nombre de contacto de Álvaro.

— Mañana a las 9 nuestro divorcio, No faltes - El hombre escribió aquel texto, mientras Aimara no entendía lo que estaba haciendo, ni siquiera supo en qué momento le arrebató el celular.

La noche paso en la Villa de Aarón, Aimara no había protestado, el hombre le dejó en una oscura habitación mientras él se alejó, solamente la noche y la Luna sabían cuál había sido el paradero del hombre esa noche, pero se detuvo en la Base del Inframundo Asiático, allí dónde con tan solo una orden suya Toda Asia puede desaparecer, el lugar en donde son fabricadas armas Letales y otras sustancias.

— Grupo Amanecer, es una empresa sucia, liderado por asesinos adiestrados de la Región C de África, sus miembros son mercenarios, vendrán a China y serán Oponentes dignos de usted, pero no se detienen ante nadie, las esposas de sus enemigos son degolladas y la cabeza de las mujeres son enviadas a sus maridos, los hijos de sus enemigos crecen en un campamento luego de que los secuestren, los convierten en esclavos - Informó su mano derecha.

— Llevó años en el Mundo Negro, la Mafia me pertenece, nunca tuve una debilidad ni siquiera pienso en tener una debilidad llamado hijo de mi propia sangre, las esposas van y vienen— Aarón ajustó sus emociones rápidamente - Déjalos que vengan, ahora mismo estoy pensando en arreglar el asunto del asesinato de mi padre.

Siendo exactamente las 9 de la mañana el Rolls-Royce se estacionó por delante de Asuntos Civiles de la misma manera que en ese preciso momento un Ferrari Rojo también se estacionó, del Rolls-Royce descendió el hombre con total elegancia sonriendo, sus guardaespaldas rápidamente lo habían rodeado, mientras Aimara también descendía, Álvaro también lo hizo, pero el hombre al ver a su esposa y a su acompañante se volvió más hostil y una mirada que Aimara nunca vio en él se había visto, Álvaro tenía una mirada asesina su aura era peligrosa, 3 pares de ojos mirándose fijamente, una mezcla de Dolor, odio, Venganza.

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