La noche había caído, Zafiro estudios también se había sumergido en un silencio, lo único que se escuchaba era el tic tac del Reloj, Aimara cerró la Laptop dejando escapar un profundo suspiro, miró por la ventana la luna brillaba, su belleza hizo que la joven se perdiera ante aquella seducción en la que la envolvía - Si tan solo estuvieras aquí Álvaro— bisbiseo Aimara mientras una lágrima traicionara resbalaba por su mejilla, justo en ese momento el celular había sonado, su corazón se saltó algunos latidos y un pequeño brillo de esperanza se vislumbró en aquellos ojos esmeraldas que la mujer poseía.
— ¡Álvaro! - Su saludo fue muy efusivo, no ocultando la emoción de recibir aquella llamada del hombre que ella amaba.
— No te emociones de que no estoy llamándote por gusto, odio escuchar tu quisquillosa voz, me da dolor de cabeza, solamente te llamó para avisarte que mañana mismo vamos a firmar el divorcio, hoy me han informado que todos los bienes que tenías han pasado a mi nombre agradecido con tu padre por cumplir, pobre viejo infeliz se creyó la mentira que le dije, yo la cuidaré tanto o mejor que tú, le había dicho - Se escuchaba la risa burlona de Álvaro - Aimara tu padre cumplió ni bien los documentos de nuestra boda llego en manos de su abogado los bienes pasan a mi nombre, soy el único que puede proceder por el dinero que tienes incluso si nos divorciamos tu padre ya no pudo poner observaciones porque murió, gracias tontita, y no intentes de impugnar el Testamento, porque no sabes quién soy yo.
— Deja que se arrastre a ti mi amor, quiero ver a esa chiquilla de rodillas rogando por unas migajas - la voz de una mujer se escuchó y unos segundos después unos gemidos raros taladra los oídos de Aimara.
— Eres un bastardo Álvaro- Gritó Aimara.
— Un bastardo multimillonario, cuándo quieras dinero ven a rogarme, quizás te dé unos dólares si besas mis pies - la llamada había terminado y Aimara cayó al suelo, los sollozos se escuchan por el pasillo, al mismo tiempo que un hombre vestido completamente de negro transitaba por ahí ya dispuesto a marcharse de su empresa, hasta que escucho los sollozos femeninos, sus ojos oscuros se detuvieron en la puerta de una de las Oficinas.
— Escritores - el hombre se acercó a la puerta y sin dudarlo lo abrió encontrándose con la escena de la mujer llorando desconsoladamente en el suelo.
— ¿Vale la pena? - su voz ronca y profundo sobresaltó a la mujer en el suelo - ¿Tú?. — Aarón había sonreído— El destino nos quiere juntos, no hay duda de eso.
— ¿Usted? - Aimara se había secado torpemente las lágrimas colocando bien sus prendas, mientras se ponía de pie.
— A decir verdad, no pensé volver a encontrarte tan pronto - Aarón sonreía de manera encantadora, pero sin ocultar lo peligroso que era en su mirada oscura.
— Yo - La mujer dudo de las palabras que debía de expresar.
— ¿Qué está ocurriendo contigo? - Aarón cortó en definitiva la distancia entre ellos.
— No es como que seamos muy cercanos para hablar de lo que ocurra conmigo— soltó Aimara.
— Bien, eres la primera mujer que llama la atención de Aarón Fu, estoy a tan solo un estruendo de dedos para saber absolutamente todo de ti, todo - El hombre volvió a recalcar aquellas palabras Mientras lograba que Aimara retrocediera y su espalda entrará en contacto con la superficie de la fría pared.
— ¿Que es lo que quiere? Dudo que con su poder ya no haya averiguado acerca de mí - Aimara, sintió que sus labios temblaban al hablar.
— La mujer que yo escoja para mi igual, debe de contarme por sí misma sus quebrantos, sus fortalezas y sus debilidades, no pienso en mi mujer, como pienso en un enemigo, a mi enemigo lo estudio desde el primer segundo que conozca de su existencia, a mi mujer la respeto así como respeto su privacidad, no por ser poderoso abuso de esa virtud cuando se trata de mi mujer.
— Yo no soy su mujer, y estoy casada. - Expresó Aimara.
— Pues mañana mismo firmas el divorcio y problema resuelto, porque mientras seas la mujer que Aarón Fu escoja para su igual, incluso si la sangre nos llega a unir, seguirás siendo la mujer que Aarón Fu quiera a su lado.
— Eso es perturbador - Aimara se había puesto pálida al escuchar aquellas palabras.
— Es un decir, usted y yo no tenemos ningún parentesco, pero te dejo en claro que tú eres la que yo quiero a mi lado y no me importa de los brazos de quién deba arrancarte.
— Usted es un egoísta, va por ahí eligiendo a mujeres al azar y destruyendo amores verdaderos— Aimara le sostuvo la mirada, pero la primera respuesta que obtuvo fue una media sonrisa que la hizo temblar, ella ha visto innumerables de hombres extremadamente guapos, incluyendo a su marido, pero Aarón era superior a ellos, tenía la fachada de alguien elegante, pero la mirada del típico chico malo.
— Eres la primera mujer que Aarón Fu escoge, y no creo que tu amor sea tan verdadero, hoy es domingo, no deberías de estar trabajando excepto que tengas guardia, pero eres escritora, los domingos no escriben aquí, y, sin embargo, tú estás aquí— Aarón era un Lobo astuto - estás llorando en lugar de estar con el marido compartiendo un hermoso domingo.
— Ya me iba, tenía algo con qué.
— Shhh— los fríos dedos del hombre se posaron por encima de los labios de la mujer - no me mientas, a Aarón no le gustan las mentiras, tenlo en cuenta con los demás detalles que te he dado.
— ¿Para qué? - Preguntó Aimara.
— Te he dicho que recordarás mi nombre, te he dicho que mi mujer es la única que tiene el respeto de privacidad de este criminal, y te dejo en claro que las mentiras no me gustan, no me mientas, nunca lo hagas, y no me preguntes por qué actuó como si tú y yo fuéramos cercanos, pero te dejo en claro que tú y yo seremos más cercanos, seremos padres de pequeños retoños - Aarón había sonreído de una manera espléndida, mientras que la mujercita se había puesto colorada.
— Usted está mal - Expuso Aimara.
— ¿Por qué estás llorando? - Preguntó Aarón.
— No pienso responderle aquella pregunta.
— Bien, que tenga una linda noche - Aarón, así como había llegado, se había marchado. Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando Aimara había tomado un taxi llegando a la casa que era de su madre, allí ella había venido en muchas ocasiones para pasar un domingo con su abuela, hasta que su madre murió y posteriormente lo hizo su abuela, la casa seguía teniendo aquella calidez, este era el escondite de ella, y su abuela le había hecho prometer que nadie debía de conocer aquella casa, aunque su padre la conocía respetaba la memoria de su suegra, Aimara agradecía lo bien que se sentía ella en el interior de la misma, esta casa no estaba contaminada de ambición o lujuria.
— Tenemos muchas mujeres que pueden ser tu Esposa, no olvides que debe de pertenecer a la Mafia.
— Con un demonio no quiero una mujer manchada con el pasado de la Mafia.
— Señor, aquí está toda la información del hombre que acabó con su padre, es Álvaro Zhao el dinero ha salido de las cuentas de la esposa con identidad Aimara Feng.
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Updated 60 Episodes
Comments
Lilia Guerra
👏👏👏👏
2024-07-08
0
Liss💜
🤣🤣🤣🤣
2023-10-20
3
Liliana Ariza
Wao esto se pone emocionante
2023-09-02
0