CAP 10 Besos y Mi corazón acelerado

Después de subir las escaleras, llego a la habitación, con mi ritmo cardíaco elevado, camino hacia el baño y me miro en el espejo. No sé qué pasa conmigo, él es una mala persona, creo que necesito salir de aquí, creo estoy desarrollando el síndrome Estocolmo. Debo escapar y ver a un psiquiatra, lavo mi rostro, me tiró en la cama.

Solo la veo irse corriendo su forma de responderme me da risa, pero tenerla así de cerca fue una gran tentación solo podía ver esos labios que me muero por sentirlo de nuevo, ese olor que me encanta, siento ese deseo por ella, ¿No sé qué me pasa con esta mujer? Miró a Álec despedirse para ir a la escuela, llega uno de mis hombres, le ordenó que esté atento a cualquiera novedad, también le di una orden sobres Alexa.

—La chica que se encuentra en la casa, tiene derecho a todo lo que quieras, excepto una cosa salir de casa y aún teléfono. Dígale a mis hombres que no tiene derecho ni a verla, ella va a ser mujer ¿Entendido?—

—Entendido Jefe — lo veo irse.

Voy a mi oficina revisó algunos papeles. Hasta que unos de mis hombres me notifica sobre mi padre que acaba de llegar.

Me acomodo en la silla, Hasta que lo veo entrar, con su extravagante traje, lo veo entrar sin ni siquiera saludar, me tira unos papeles, en el escritorio los miró.

—Quiere hagas firmar ese documento de ese negocio a la Sra. roce, lo necesitó no importa si tienes que llevártela a la cama.—Sin ningún tipo de expresión.

—Padre hablaré negocio con la Sra. Rose, pero no me acostaré con ella, confío en mis capacidades para hacer eso —Lo veo reír falsamente.

—Eso espero que firme ese documento —

—¿Otra cosa que quieras padre?—

levantándome.

—No solo eso, más te vales, que no arruines esto igual que el cargamento, porque sino que no serás un digno hijo mío —(siento rabia)

—Yo jamás he cumplido con tus expectativas padre — Mirándolo fijamente. él camina frente a mí, me mira fríamente.

—Talvez por qué hubiese deseado que no sea mi hijo —yo me río irónicamente. Pero un tanto lleno de amargura.

—Talvez yo deseo que tú no fueses mi padre— Lo veo voltear su anillo de diamantes de su dedo y recibo un impacto en mi mejilla, un fuerte ardor, me toma por el cuello.

—Eres mi peor error —Me empuja lo veo irse. Yo siento tanta rabia, que empiezo tirar todo.

Alexa .

Después de un tiempo calmar mi corazón y mis pensamientos, decidí salir para seguir con mi plan de buscar la forma de salir de este lugar, observo que hay cámara en el pasillo, hay otros hombres custodiando, no son los mismos de cuando salí a desayunar. Bajo la escalera, observó a un hombre entrar, con un varios hombres es un señor alto como unos cincuenta y tantos años, vestido con un conjunto color rosa pálido, su ojo son café, su rostro sin ninguna expresión lo veo seguir un pasillo, decidí seguirlo.

Hasta que entren a uno oficina, veo que los hombres salen a esperarlo en la sala. Ellos no me ven empiezo a escuchar una conversación, solo escuchar todo lo que le dice siento rabia, como puede haber un padre así de cruel, es un desgraciado, lo observó salir como alma lleva el diablo, escucho un estruendo, lo veo por la puerta medio abierta, lleno rabia, empieza lastimarse a golpeándose con la pared, siento la necesidad de entrar, lo jaló para que se detengan, pero el, mirá con frialdad me toma por el cuello me lleva hacia la pared, me mira, pero me suelta siento su ira. Pero prefiere golpear la pared.

—Para imbécil crees que eso va a solucionar algo — veo sus manos empuñadas, no sé qué hacer siento que yo misma me he metido en la boca del lobo, en su mejilla tiene un arañazo con sangre, siento su ira y su dolor, solo se me ocurre acariciar su mejilla.

—¿Estás bien?— su respiración se calma, su mirada está en mis labios. Yo solo lo acarició su mejilla, como si eso quitará su dolor, nuestra mirada se encuentra él se acerca a mí siento sus labios en mí, en beso delicado.

Que poco a poco se está intensificando, se vuelve desesperado, pues nuestra lengua empieza una guerra, me siento perdida no sé cuándo llegamos al sofá, estamos acostados, él me besa con pasión como si disfrutarás hacerlo, siento mi corazón acelerado. Pero siento sus manos en mi cuerpo, sus besos, bajan a mi cuello. Pero cuando él hace eso, se empiezan a pasar imágenes de esa noche, me quedo congelada, siento un miedo que paraliza mi cuerpo, salen mis lágrimas, él para y me mira.

—Lo siento — lo veo salir rápido .

Yo quedo ahí en ese sofá con esas imágenes en mi cabeza una gran confusión de lo que me pasa con ese hombre, le tengo miedo. Pero él me atrae...

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