CAP 7 Santán arrepentido.

Nos trasladamos a unas de mis casas de seguridad, le di la orden a mis hombres que comprar ropa de mujer y todo lo necesario, remplazará su audífono por uno nuevo, encargue a la señora Rita para cuidarla.

Estoy en mi oficina tomó un vaso de whisky, esas imágenes, se repiten uno y otra vez. Para torturarme, debo admitir desde que la vi deseé que fuera mía, desde que la besé, quería volver a sentir esa sensación que sentí con ella, Pero no quise que esto pasará así, estos demonios que tengo dentro; tomó otro trago. Está vida he hecho cosas atroces y no me arrepiento, pero porque con ella me siento como la misma mierda.

Ismael me saca de mi pensamiento .

—¿Me puedes decir que está pasándote?— observándome, yo solo lo miró no lo escuche, ni cuando entro.

Lo veo poner sus manos en la cintura, esperando que hable, me levanto y me recuesto en mi escritorio, con mi trago de whisky, le cuento lo que hice, de repente siento un fuerte golpe en mi mejilla e Ismael me ha golpeado.

—Sabes que te lo mereces, sabes que jamás pensé serías capaz de hacer eso, tu mismo sabes lo que sufrió tu madre con tu padre — yo escupo sangre, no le devuelvo el golpe por de él tiene toda la razón.

—¿Ahora que harás con la chica?— yo solo lo miro incorporándome.

—No lo sé, para ella soy un monstruo y se la dejo ir. Mi padre la matará, a un no tengo las fotos, no sé que debo hacer, jamás me he sentido así ¿hermano que hago?— le digo a Ismael que suspira sin saber qué decir.

Siento una luz en mi rostro, creo que morí, trato de moverme siento que duele la vida, mi alma. Abro mis ojos, los siento pesado, mi boca seca, no sé dónde estoy, trató de levantarme, pero me duele todo, observó donde estoy, en una gran habitación muy hermosa en tono blanco y azules, todo es elegante, levanto mi brazo y estoy canalizada, las imágenes llegan a mi mente como un golpe, siento un miedo horrible, solo quiero huir, veo mis brazos morados por las cadenas y magulladuras por la misma.

Trató de levantarme y siento un fuerte dolor en mi zona íntima, lloro de dolor, lloro por recordar la pesadilla de lo que me hizo ese hombre. Solo quiero estar lejos de él, pero me siento débil, sin fuerza, no me puedo levantar, estoy en shock, no sé qué hacer, cuando siento que estoy sujeta, respondo aterrada por inercia pensé que era ese hombre.

Pero era una señora, Como de unos 60 años con una aura cálida su cabello canosos, con mis ojos hinchados.

— Por favor ayude señora, ayude saque de aquí — Ella me envuelve en sus brazos.

— Tranquila... tranquila mi niña ya pasó— tirada al piso la podía escuchar un poco lejos lo que me decía, solo me aferre a ella y lloré, tuve un ataque de pánico. Después de un tiempo ya más calmada, ya sentada en la cama sin saber qué hacer, con muchas preguntas

— por lo que veo él no me dejará ir. Pero juro que me las pagarás — miró a mi alrededor observó una cajita y la abro y son unos nuevos audífonos, me lo colocó, observó todo, estoy vestida con una pijama de marca.

—¿A qué juega ese hombre? — susurro, veo la señora traer una bandeja de comida, trato levantarme de la cama, Pero siento un dolor, que no puedo, la miró que sonreí, cálidamente y pone la bandeja con comida a mi lado, ella me mira.

—Soy Rita — dice ella

—Por favor señora ayudeme— Pero veo expresión seria. Le digo

—Lo siento niña, yo quisiera hacerlo. Pero no puedo, yo solo sigo las órdenes del jefe — dice ella.

—Dígame qué quieres de mí ya me quito mi dignidad, a que juega — llorando, ella acaricia mi rostro golpeado.

Me regala una sonrisa. Me miro con una mirada triste.

—Niña solo te diré, sé que él te lastimó, Pero si quieres seguir con vida sigue su juego — Me da la bandeja de comida, pero yo no quiero comidas, quiero salir de esta maldita pesadilla, solo me tiro en la cama y lloró hasta que me duermo.

Observó la señora Rita bajar con la bandeja igual, sabía que no comería, la señora Rita, baja de la escalera, veo su rabia Pero me trata con la calidez de siempre.

—¿Cómo está? — le preguntó

Ella pone la bandeja, en el comedor me mira.

—¿Cómo crees? Esta chica está destruida solo me rogaba que la dejará ir — dice ella.

—¿Dime hijo por qué la lastimaste así? Ninguna mujer mereces pasar por una violación y ser maltratada así — Yo solo sé que no tengo respuesta para eso.

—Sra. Rita solo haga su trabajo — ella me toca, mi hombro.

—No sea como tu padre — esas palabras, fueron una daga afilada para mí. Mi padre es el hombre que odio y él que me ha convertido esto.

Decidí entrar la habitación tengo hombres en su puerta, entro sin hacer ruido, no sé qué pasa con esta mujer.

La veo dormida, por lo menos tiene su audífono puesto, me paro en la ventana que está cerca de su cama, luz de la tarde da en su rostro a pesar de los golpes y rojo de su nariz y sus ojos hinchados se ve hermosa, puedo ver sus labios, golpeado, pero siguen viéndose provocativos su cabellera. Castalla oscura, la observó y la detallo cada parte, como si quisiera grabar cada parte de ella, una parte de mí quisiera dejarla ir.

Por lo que le hice , pase los límites con ella ,creo que más fácil era matarla ,que tener esta sentimientos de culpa con ella .

Pero si la dejo ir para mañana estará, en una morgue porque mi padre ira trans de ella. Para él ella es un cabo suelto que vio algo que no debió ver, solo por estar en el lugar equivocado, me preguntó que hacía una maestra de primera ese lugar y tomando fotos.

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