Capítulo V

Alaster, Leo y Edna están afuera probando la armadura.

—     Bien. Empezaré con la prueba.

Dice Alaster.

Alaster empieza a concentrar maná en la armadura, toma una posición de carrera y desaparece dejando solo una estela de polvo. Cuando aparece a lo lejos, ya ha cortado tres árboles.

—     ¡Vaya! Esta armadura es genial y la espada ni se diga. ¡Cortó esos árboles muy rápido!

—     Me alegra que le haya gustado señor Alaster, me esforcé mucho en ella.

Contesta leo contento.

En ese momento aparece cerca de ellos, un pequeño zorro de color blanco con algunas partes de su pelaje pintado de rojo, que parece muy amigable, sobre todo porque solo es un bebé.

Edna al verlo se queda fascinada por su belleza y ternura.

—     Waaah ¡Mira esta tierna criatura!

—     ¡No dejes que su apariencia te engañe! Puede ser un demonio poderoso.

 Alaster si tiene su espada frente al zorro, listo para matarlo.

—     Uhh…  Pero es tan lindo.

Pronuncia Edna decepcionada.

—     ¡Matémoslo mientras tengamos oportunidad!

—     ¡No-no-no! ¡Espera! ¡Para!  Ellos no son demonios. ¿Verdad hermana?

Grita Leo llegando al lugar lo más rápido que puede, haciendo que Al se detenga.

—     Sí. Ellos son criaturas ancestrales. Ellos pueden ayudarte a luchar contra los demonios.

Contesta Lea llegando al sitio.

—     ¡¿Ayudarnos?! ¡¿Qué son?!

Pregunta Alaster, sin bajar su espada.

—     Te explicaré: ellos están en nuestro mundo desde mucho antes que los demonios, de hecho eran animales normales. Pero, por alguna razón, aprendieron a usar magia al observarlos; sin embargo, son inofensivos contra humanos, y son buenos matando demonios. Aun así, si un humano los ataca pueden hacer mucho daño.

—     Ya veo, espero no te equivoques.

Alaster guarda la espada, con algo de tranquilidad.

El zorro va a donde está Edna y se le lanza encima, y cuando lo atrapa, el zorro la muerde en la mano. Ella lo suelta de inmediato.

—     ¡Duele! ¡Duele!

Dice Edna agitando la mano donde la mordió el bebé de zorro.

Alaster lo atrapa con cuidado, pero este no le hace nada.

—     A mí no me muerde. A lo mejor te muerde porque eres una bruja.

Expresa Al, acariciando al zorro y luego pone cara de malo.

—     ¡Cállate! Es por qué soy sabrosa, eso es todo

Responde Edna.

El zorro salta de las manos de Alaster y vuelve a donde Edna. Ella lo ataja y está vez no le hace nada.

—     Creo que ya no cree que soy una bruja mala.

—     Pero lo eres.

—     ¡Ya! Cálmense

Interrumpe Leo un poco nervioso.

—     Sería buena que se lo lleven porque ya les agarro cariño

Les dice Lea al ver como Edna juega con el cachorrito de zorro.

—     No considero que sea buena idea. Es muy peligroso a donde vamos y no quiero que le pase nada a esta tierna criatura.

Responde Edna, colocando al zorrito en el suelo.

Alaster ve a Edna, recuerda la conversación que tuvo con Lea la noche anterior, por lo que guarda su espada.

—     ¿Ya se va, señor Alaster?

Pregunta Lea al ver a Alaster con una expresión seria.

—     Bueno, tengo que llevar mi información a la capital. Ese Bogu que habla… Estoy seguro de que dijo ‘Lord’. Si supiéramos dónde está ese Lord…

 Dice Al sumergiéndose en sus pensamientos.

—     ¿Bogu? ¿El demonio con forma de cerdo que mate de un golpe?

Pregunta Edna algo distraída.

—     ¡No, no lo hiciste! Claramente huyó… En realidad, ‘Bogu’ es el nombre clave que le dio la capital a todos los demonios que son así. Todos los que encontramos tienen un nombre clave, para facilitarnos la misión. A por cierto, Bruja. ¡Vendrás conmigo!

Le dice Alaster a Edna de forma fría.

—     Eeehhh… ¡¿Pero por qué!? ¿Y puedes dejar de llamarme bruja? ¡Es desagradable!

Exclama Edna sorprendida. Luego pone una expresión triste.

—     No puedo apartar la vista de una amenaza como tú. ¿Qué pasa si de repente te transformas?

—     No te preocupes. He entrenado duro para luchar contra la oscuridad.

Edna muestra una hermosa sonrisa.

Edna se sumerge en sus pensamientos. (Puede que no sea tan malo, tomar comida deliciosa todos los días.)

—     Vale… Supongo.

Responde la chica con una sonrisa.

(Qué raro…) piensa Alaster. (Esperaba más resistencia. ¿Tiene algún motivo oculto?)

—     ¿No te resistes? Bueno, mejor. Así no tendré que vencerte y arrastrarse por ahí.

Ese comentario hace enfurecer a Edna, por lo que vuelve a encender sus flamas en sus manos, mientras mira fijamente a Alaster.

—     Tú no aprendes, ¡¿verdad?! ¡¿Quieres intentarlo?!

—     ¡Erhm…!

Grita Lea mostrando su puño frente a ambos.

—     ¡Empezó él!

Contesta Edna señalando a Alaster con el dedo como una niña. Pero luego se calma y continúa.

—     ¡Vale! ¡Iré contigo, pero solo si cumples estás tres condiciones!

—     Escúpelo

Responde Alaster de inmediato.

—     ¡Uno! Quiero tres comidas al día, y tú las cocinarás todas.

—     Bueno, es mi rutina. Solo tengo que preparar el doble. Y a juzgar por tu poder y personalidad, lo mejor que podrías cocinar sería carne quemada. No tienes ni la más mínima idea de cómo cocinar. No Quiero que lo hagas, así que no tengo problema con esa. ¡Siguiente!

(¡Me ha descubierto!) Piensa Edna.

—     ¡Dos! Aún no te lo he dicho, pero estoy de viaje para encontrar a mi hermano perdido, así que…

—     Espera… hermano… ¿De una bruja? No bromees. Un híbrido masculino moriría en menos de diez horas. Su cuerpo no puede aguantar el poder demoníaco.

Alaster está bastante confundido.

—     Él era… un poco especial. Pero es verdad que tenía un cuerpo muy débil.

 Contesta Edna con una expresión triste y desesperada.

(¿Tenía? Eso solo puede significar que ahora es un demonio…) indaga Alaster dentro de sí mismo. (Y si la hermana tiene tanto poder… Pero los Investigadores Reales nunca encontraron ninguna información de un hombre brujo. Debería informar de esto también.)

Edna se le queda viendo a Alaster sin pronunciar una palabra, esperando la respuesta de Alaster.

(Pues bien. Dos pájaros de un tiro.) continúa Alaster en sus pensamientos. (No puedo dejar deambular libremente a un demonio peligroso.)

—     ¿Me necesitas para encontrar alguna pista de su paradero?

—     Uh-huh.

 Pronuncia Edna mientras asiente con la cabeza.

—     Muy bien. Cuando lleguemos a la capital, podremos encontrar fácilmente alguna pista. Hay un lugar con toda la información recopilada. Preferiría no decir esto, pero aún te debo la vida, además de todos los aldeanos que salvaste. Mi código de caballero no me perdonaría irme sin hacerte algún favor. Entonces, ¿cuál es la tercera condición?

Continúa Alaster, siendo un poco más amable.

—     Wow, eres realmente buena persona

Expresa Edna conmovida.

—     No me malinterpretes. Aún te mataría si empieza a despertar tu demonio. Las brujas son muy débiles mientras se transforman. Sería muy fácil matarte si estás cerca cuando eso, pase.

 Le responde Al con rostro serio.

—     Yo tampoco quiero enfurecer y empezar a matar gente inocente, ¿sabes? Así que, si eso llega a pasar, te suplico… Mátame mientras aún soy humana…

El rostro de Edna se torna con una sonrisa triste.

Alaster se queda pensativo, sin decir una palabra. Y en su mente llega un recuerdo de una niña de cabello y ojos plateados sonriendo.

(Me recuerda a ella… un poco.)

—     Si… ¡Definitivamente lo haré! ¡Aunque no lo supliques! Lo haré, ¡por qué es mi deber como caballero de elite!

Exclama Alaster presionando su puño con ira. (No permitiré… que la historia se repita.)

—     Gracias, señor caballero.

Agradece Edna con una sonrisa.

Mira, ustedes dos ya se llevan bien

Expresa Lea con una sonrisa.

—     ¿Bien? Yo no estaría tan seguro. Están hablando de matar

 Dice leo con preocupación, entre perturbado y feliz.

—     Solo para que lo sepa, Señorita Lea, únicamente la quiero cerca para prevenir su despertar demoníaco.

—     Bueno, da igual. Me complace ver que viajarán juntos Cuídense y si necesitan algo, solo pídanlo. Ayudaré encantada. Oh, sí, lo olvidé… Tengo un obsequio para ustedes.

Contesta Lea feliz.

Lea trae una mochila con provisiones y medicina suficientes para cuatro días.

—     ¿Tanto? Pero realmente no tengo mucho dinero.

Pregunta Alaster.

—     ¿Acaso no dije obsequio?

—     Pero…

—     Sin peros. ¡Son suyos!

Contesta lea con el puño en frente de Alaster.

—     Gracias, Lea… Leo Visitaré este lugar de nuevo algún día.

Edna sonríe mientras habla.

Alaster y Edna se despiden con las manos y empiezan a caminar para salir de la aldea.

Dice Edna. Con un semblante de felicidad.

—     Y ahora… ¡A la capital!

Exclama Edna.

—     No me has dicho tu tercera condición.

—     Ah, da igual. Esa última condición no es importante ahora.

Dice Edna mientras sonríe.

—     Vale menos trabajo para mí. Pongámonos en marcha.

Y así, Alaster y Edna empiezan un viaje, que sin saber, cargará con el rumbo que tomara este mundo.

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Comments

Yared Mariano Hernandez Barrera

Yared Mariano Hernandez Barrera

muy hermoso el capítulo muestra la historia de los demonios mascota y no como lo hace el juego rompiendo la 4 pared

2025-02-13

0

Simón Pineda

Simón Pineda

me gusta mucho, es como ver video juego de verdad está.muy bien adaptada ❤️❤️❤️

2023-03-15

0

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