Una bofetada

Antes de que la mano de Teresa golpeara el hermoso rostro de Charlotte, Lawrence salió corriendo de su habitación en compañía de su hermana Charlotte.

Los dos niños se detuvieron a un lado de Teresa y de Charlotte. Lawrence golpeo el brazo de su hermana para que ella fuera la que lo impidiera.

_ ¡No te atrevas a ponerle una mano encima!..._ Ordenó la niña con una voz fría.

Teresa detuvo su mano en el aire al escuchar la voz de la pequeña Charlotte... Aunque estuviera ardiendo de odio, Teresa se vio obligada a bajar la mano.

_ Niños ¿Qué hacen aquí?... _ Teresa les preguntó con una voz muy suave.

_ Es algo que a ti no te interesa... La pregunta sería que haces ¿tú aquí?... _ La pequeña Charlotte hablaba cómo si fuera una niña grande.

La niña estaba siendo educada, para ser ella, la que tomara las riendas de la organización de su padre, al igual que lo harías su madre si no hubiera muerto.

Teresa se vio obligada a mantener la mirada agachada, solamente, Lorenzo, y las personas más allegadas a la familia tenían la autorización de ponerle un límite a la pequeña.

_ Han entendido mal, ella es la nueva sirviera de esta mansión... _ Antes de que Teresa terminara de hablar, la pequeña levanto su mano para callar a Teresa...

Ella sabía quien era Charlotte, no era necesario que Teresa siendo alguien ajeno a la familia estuviera más informada que ella.

_ Señorita Teresa, no es necesario qué usted siendo alguien ajena a la familia tenga más información a lo que sucede, dentro y fuera de esta mansión... _ Dijo la pequeña Charlotte, dejando a su madre con la boca abierta de lo orgullosa que se encontraba de ella.

_ Vine a visitar a su madre..._ Mencionó Teresa con toda la intención de molestar a los niños.

_ Mi madre está muerta, y la mujer que ahora está casada con mi padre, no es más que la hermana de mi madre... ¿Quedó claro, señorita Teresa?...

Teresa no podía creer que una niña tan pequeña cómo lo era Charlotte, pudiera hablar de esa manera...

Con una enorme frustración dentro de ella, Teresa caminó a la habitación de Emma... Al perderse detrás de la puerta, la pequeña Charlotte miraba con desconcierto a su madre.

_ Sígueme a mi habitación..._ Ordenó la pequeña, agarrando la mano de su hermano.

Charlotte obedientemente siguió a sus hijos a la habitación de la pequeña... Al entrar cerraron la puerta para que nadie los interrumpiera.

La niña caminó hasta su cama, tomando asiento. Charlotte estaba sumamente orgullosa de la manera en que Lorenzo había educado a sus hijos...

_ Mi hermano asegura que tú eres nuestra madre..._ Charlotte abrió los ojos, atónita de la manera en que su hija estaba preguntando algo tan importante.

Charlotte no contestó la pregunta de su hija con palabras, ella solo se acercó a donde se encontraban los dos niños, no importaba cuantas palabras pudiera decirles.

Eso solamente los confundiría más, Charlotte solamente se abrazó a ellos, dejando caer sus lágrimas con desesperación...

_ Soy tu madre, cariño..._ Dijo Charlotte con mucho tacto, intentando que su hija no la rechazara.

_ ¿Por qué nos abandonaste?..._ Preguntó la pequeña Charlotte ahogada en llanto.

Charlotte no sabía cómo decirle a su hija qué ella no se fue de su lado por qué así lo quiso... Todavía eran tan pequeños, que no lo iban a entender.

_ Regrese de la muerte, solamente para estar para siempre a su lado... _ Exclamó Charlotte, sus hijos aún siguen siendo unos niños, qué podían creer cosas increíbles.

_ ¡¿En verdad, mami?!... _ Preguntó la pequeña emocionada.

_ ¡Sí, regrese solamente para estar con ustedes!... Respondió Charlotte limpiando las lágrimas de cada uno de sus hijos.

En segundos, Charlotte comenzó a contar a sus hijos una historia llena de fantasías. Era mejor crearse una historia llena de emociones, donde los protagonistas eran sus dos hijos.

_ Entonces me intento agarrar, pero yo me escapé, y corrió tan rápido que no me pudo alcanzar... _ Mientras Charlotte les narraba una historia increíble a sus dos hijos.

Todo era escuchado por Lorenzo. Lorenzo había adelantado su regreso sin que nadie lo supiera, deseaba ver con sus propios ojos, que todos tratarán bien a sus dos hijos, ya que para él, Lawrence y Charlotte eran el tesoro más valioso que pudiera tener...

Era muy gracioso y emocionante, ver la manera en que Charlotte les contaba a los niños una historia, lo hacía de una manera, que Lorenzo no pudo quitar alejar su mirada de ella...

Lorenzo se alejó de la puerta, no quiso interrumpir a la nueva niñera contándole tantas historias hermosas a sus dos hijos... Al parecer había encontrado a la mujer correcta para educar a las personas que más amaba.

Lorenzo entró a su habitación, cada vez que entraba a su habitación, los recuerdos de lo que vivió al lado de Charlotte pasaban por su mente…

Aunque dentro de su habitación, cómo en cada rincón de la mansión no había ninguna foto de Charlotte. Su mente cómo su cuerpo estaban llenos de ella...

Lorenzo se comenzó a quitar su ropa, deseaba darse un baño, para después bajar al comedor y cenar al lado de sus hijos.

Al quitarse la camisa, el tatuaje de una rosa negra que cubría la mitad de su espalda, era un claro símbolo de amor que Lorenzo todavía sentía por Charlotte.

Lorenzo entró al baño, solamente ahí se podía encontrar una pequeña foto de Charlotte. No era que Lorenzo no quisiera que sus hijos no conocieran a su madre, sino que él se sentía demasiado culpable de lo que le sucedió a Charlotte.

Sí, él no se hubiera dejado llevar por el sentimiento de odio, Charlotte aún hubiera estado con ellos...

Lorenzo entró a bañar dentro la tina, el agua estaba extremadamente helada, sin embargo, eso no le importó a él.

Lorenzo se sumergió dentro de la tina por mucho tiempo, solamente así, se podía sentir un poco cerca de Charlotte... Ya que los hermosos recuerdos que vivió a su lado se apoderaban de su mente...

Después de un tiempo, Lorenzo salió de la tina, el agua caía seductoramente por todos su cuerpo... Al salir con solo una toalla cubriendo la mitad de su cuerpo, se llevó una desagradable sorpresa al ver a una mujer metida dentro de su habitación.

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