CAPITULO 1 (parte II)

Una siesta después…

(Quejidos) ¿Otra vez a oscuras? Oh bueno siento que al menos estoy despierto, algo bueno.

-Jajaja sabía que no había nada de que preocuparse, solo fue una pesadilla de las buenas, ¿como explicas que unos enanos verdes te duerman con unas uvas mientras te persiguen unos sapos? JAJAJA, cosa de locos.

Ya todo solucionado me preparo para irme a desayu-, un momento, algo anda mal. Abri mis ojos pero sigo viendo negro, no, mas que eso, ¿estoy atado?

-(Traga saliva) ¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¿ALGUIEN PUEDE ESCUCHARME?

-Cada palabra.

-¿Qu-?

-He escuchado cada palabra.

Una voz bastante ronca lentamente hablaba, una mezcla de sorpresa y miedo sentía en mi interior, no podía hacer nada más que tragar saliva.

-¿Qué pasó? ¿No vas a seguir con ese tono burlón, hey?

-…

-¡¿No seguirás pidiendo ayuda?!

-(Susurra) N-No.

-CONTESTA DE UNA PUTA VEZ.

-N-No señor, por supuesto que no

Mi tono de voz se volvió algo agudo mientras que yo estaba temblando del miedo, ¿acaso este es el “viejo”? no parece tener mucha paciencia, mejor no lo hago enloquecer.

-(Suspira) Supongo que debería presentarme antes de quitarte la ve-.

-NO, NO, NO, POR FAVOR NO ME QUITES LA VIDA.

-GUARDA SILENCIO.

-(Traga saliva).

-Solo iba a decir venda, no me interrumpas y ya deja de gritar, es insoportable.

-S-Si, lo siento.

Realmente no se banca nada, no puedo hablar a menos que me lo pida y si tardo mucho también se enoja. banca, banca, ¿eso que escucho son pasos? S-Son pesados, no digo que tiembla todo el suelo pero si lo suficiente para saber que se está acercando a mi, ¿qué tan grande es?

-Te voy a desatar y por tu bien espero que no grites.

-B-Bueno.

Mis brazos son liberados y lentamente me saco la venda de los ojos, y lentamente me acostumbro a la oscuridad del lugar.

-¿Puedes ver o eres ciego?

-Puedo ver, si, si, lo puedo ver a us-.

No hay forma de que esto sea un duende, debe ser un ogro o un trol o alguna cosa así. Era gigante, 2 metros quizas, tenia ropas hechas de cuero y parecían que las cosieron asi nomas, algo bastante desprolijo a mi parecer; específicamente llevaba pantalones, sin remera se le podía ver la panza de gordo que tenia, una especie de cinto que iba desde el hombro a la cintura, no, un momento, eso para más bien una funda, debe llevar algo en la espalda entonces; viendo mejor pareciera como si llevara una capa, ¿una especie de manto? Esa textura se me hace familiar, horrible y llena de verrugas como… no me digas que eso es la piel de un sapo, ay Dios no, seguro que usa la cabeza de casco o algo. Ay me dieron ganas de vomitar…

-¿Qué te sucede?

-Nada, nada, me pasa muy seguido cuando me levanto ya sabe, el dolor de cabeza mañanero.

-Como sea, supongo que ya te das una idea de quién soy, ¿no es así?

-Usted es el jefe.

-Si, soy aquel que seguro llaman “el viejo”, soy aquel que manda a mi raza, a todos los duendes, soy el “señor duende” si así quieres decirme con respeto.

-¿Y cuál es su nombre?

-Knocker.

El jefe estaba sentado sobre un montón de piedras apiladas que simulaban ser un trono. viendolo mejor pude notar detalles como uñas mal cuidadas; colmillos inferiores que sobresalen de su boca dejándola abierta; ojos que tenían la misma forma que la de los sapos, una línea horizontal en el iris; y lo más importante a mi parecer: arrugas, parecía muy viejo, de ahí el apodo, me pregunto si no le tienen respeto o cariño, debe ser eso su poco sentido del humor.

Bueno, al menos yo lo voy a tratar con el debido respeto.

-Ahora dime tú, ¿quién eres?

Se cruza de brazos mientras alza la mirada.

-Disculpe señor duende, me llamo Lucas.

-Ya veo, ¿y que eres?

-¿Como?

Ni siquiera yo sé exactamente qué soy yo, señor duende.

-Sera quizas que… ¿eres un newman?

¿Newman? New-man, nuevo hombre… ¿hombre nuevo? Bueno algo es algo, por ahora voy a aprovechar el bug.

-Jajaja eso soy yo.

-No recuerdo la última vez que los tuyos pisaron estas tierras.

-Bueno ya usted sabe cómo es la cosa, trabajo, trabajo y más trabajo.

-Y ese acento tuyo tan peculiar… si, no cabe duda, eres un newman.

Nice, problema resuelto e incluso puedo hablar inglés ahora, soy lo mejor de lo mej-.

-¿Pero qué haces aquí?

Creo que sospecha, es imposible mentirle a personas tan experimentadas como Knocker.

-Bueno∼, me perdí mientras exploraba y fui emboscado por los sapos jajaja.

-¿Sapos? Si, son un plaga difícil de exterminar, nunca paran de llegar más.

Fuuu creo que safe por fin.

-¿Pero por qué nadie te vio al momento de entrar?

Mi corazón late un poco más rápido, ¿cómo contesto a eso?

-Ah si, no me digas, (suspira) seguro que el portal quedó sin guardias y si a eso le sumamos que no hemos estado talando árboles, es un hecho que te perdieras.

-Oh no, no se ponga así señor Duende, fue mi culpa por venir así de la nada a su pueblo.

Bien ahí, Knocker se concentró en otro problema, ahora solo debería irme sigilosamente en busca de ese portal.

-Bien, como una forma de disculpa por una pésima primera impresión visitando Armenia la tierra de los duendes, yo sere tu guia.

-¿Eh?

-Dejame mostrarte el pueblo.

-¿Seguro señor? No me gustaría malgastar su tiempo.

-¿Acaso pretendes faltarme el respeto rechazando mi intento de arreglar las cosas?

-No, no, por supuesto que no.

-En ese caso sígueme.

Tengo que tratar de aceptar todo lo que quiera darme, o si no se enoja y pone esa mirada de asesino mientras abre más la boca con esos colmillos. Tranqui∼, solo vayamos con él y todo va a estar bien. Knocker intenta abrir la puerta pero parece que está atascada. Por fin veo que tenía en esa funda detrás de su espalda, una especie de garrote, parecía más bien un tronco de árbol por su tamaño inusual.

-Maldita puerta.

Agarra fuerte la manija y arranca la puerta de lugar. El sol me golpea de lleno.

-Vamos, seguro te encantará el pueblo.

-¿Eh? Wow, esto es…

-Si, es mucho mejor que allá fuera, ¿no lo crees?

Definitivamente, caminos de tierras llanos donde paseaban algunos duendes. Sus vestimentas no eran la gran cosa, simples pieles como las que usaba su jefe, solo que ellos si usan remeras aunque también están mal cocidas. Las casitas en forma de hongos le daban ese aire de cuentos de niños, otras eran más parecidas a chozas bastante humildes con techos de paja. El pasto alrededor estaba más cuidado de lo que había imaginado, los árboles eran iguales a los del pantano, estaban ubicados entre cada cosa para separarlas.

No hay nada que pueda reprocharles a los duendes.

-Sígueme, quiero mostrarte algo…

-Yendo.

...(Después de una caminata sin rumbo alguno)...

-Señor duende, ¿hacia dónde vamos exactamente?

-Supuse que tenías hambre, la hora del almuerzo ya ha pasado hace horas, solo mira este reloj.

Saca una especie de objeto de madera y procura que reciba la luz del sol. Números empezaron a notarse, marcaban las 16:35.

-Interesante maquinaria, ¿no?

-Increíble, ¿qué es?

-Un reloj solar, un regalo hecho por los newmen.

Parecía feliz por un momento.

-Dijo que íbamos a ir a comer, ¿no?