Capitulo 2 El entierro.

Ese día el cementerio estaba lleno de autos y gente. La familia de Black Morris era importante.

El panteón de los Morris parecía un castillo de mármol blanco. Junto al panteón había una especie de alfombra verde en el piso donde descansaban los dos féretros antes de ingresar al mausoleo. El de la tía Clara era blanco y tenía una flor de lirio encima repujada en hierro. El del tío Black era negro y una simple cruz de madera estaba encima.

Yo me había puesto vestido negro y anteojos oscuros para que la gente no viera mis ojos hinchados.

Santinho Morris estaba acompañando de su última conquista. Una maravillosa chica la que tenía un traje precioso que desentonaba un poco con la seriedad con que todo el mundo vestía.

Yo fui con Peter ,mi novio, que prácticamente me obligó a llevarlo.

Mis padres estaban junto a Santi.

Lo acompañaban cómo en los funerales se acompaña a la familia.

A pesar de que esto evidentemente no era una fiesta los periodistas como plagas estaban castigando a Santi con tantos flashes de fotos que seguramente mañana se publicarían.

Santi parecía solo estar de cuerpo presente. Su pensamiento estaba muy lejos. Apenas llegué me miró un momento y al verme con Peter bajo la mirada. Escuchamos todas las oraciones del sacerdote.

Luego mi madre, que apenas podía hablar, recompuso su voz y contó Quién era la tía Clara y lo que había significado para todos nosotros. El amor que brindaba a su esposo y su hijo Santi. El esfuerzo que puso siempre en las causas humanitarias cómo la que dirigió con Black Morris en una tribu amazónica. Hablo mi madre de su capacidad casi celestial de ver más allá del presente y de amar por sobre todas las cosas a la humanidad y el Dios del universo.

Luego todo el público esperó unas palabras de Santi.

El quizá no quiera o no pueda hablar pensé yo.

Pero Santi dijo unas pocas palabras :

"Creo que nadie, de todos los presentes, se siente más solo que yo en este momento. Partieron de golpe, las dos únicas personas del mundo que me amaban con entera entrega. Quizás le parezca horrible lo que voy a decir, pero agradezco que hayan partido juntos. Se amaban demasiado y sea donde fuera que se hayan ido, seguirán amándose y cuidándose ambos"

Estas últimas palabras Santi las dijo llorando y mis padres lo abrazaron.

Yo largué la mano de mí novio y fui a abrazarlo también. Me retuvo un rato entre sus brazos y me dijo en el oído:

_Me iré mañana a la laguna azul. Creo que allá podré encontrarlos. Vienes conmigo Al?-

Yo no podía hablar. Estaba demasiado emocionada. Sentir los brazos de Santi apretándome me llenaban de una sensación extraña, me dejaban sin respiración y con mucho miedo.

Además lo que decía era ilógico. Sus padres estaban muertos. Cómo encontrarlos en Angra?

Me retiré otra vez sin contestarle y esperamos con mi novio que los ataúdes fueran puestos en el panteón y casi arrastre a Peter a nuestro auto.

Apenas me senté en el auto me llegó un mensaje de mí madre:

_Alba , acompañaremos con tu papá a Santinho hoy. El dice que tiene que viajar. Seguro es por trabajo. Si quieres venir estaremos en su departamento.

_ Okey. contesté yo.

_ quién te escribe, me preguntó Peter.

Peter aveces era molesto y curioso y yo aveces no quería saber nada de sus preguntas.

_Una amiga, dije yo.

Hablamos poco en el viaje. Solo conversamos algunas palabras sobre nuestro viaje a Australia. El tenia fotos que había recibido de la casa en que viviríamos.

_Tiene dos dormitorios, me dijo. Creo que estaremos cómodos.

_ Podemos dormir juntos, dije. Y dejar la otra estancia para nuestros libros.

_ Pero aún no nos casamos, Alba. Eso no está bien.

_ Quien dice, que no está bien? Tu padre? Él es un pastor, Peter. Seguro dirá eso. Que las relaciones sexuales antes del matrimonio son pecado. Pero nosotros somos independientes, libres, seres humanos con voluntad propia. Nada cambiará en nuestra relación como personas solo por un papel que diga que estamos casados. Piénsalo.

Peter quedó callado. El tema ya lo habíamos discutido muchas veces. No era en realidad que yo deseara tener sexo con mi novio. Lo que yo no quería era casarme. El casamiento siempre había sido un tema tabú para mí.

Casarse significaba atarse. No a otra persona. A un estilo de vida. Perder mí libertad de ir o venir de dónde quisiera y cuando quisiera no estaba en mis planes. Acostarse con un hombre no creía yo que sería el boom , pero atravesarla esa etapa. Así como atravesé la menstruación, el crecimiento de mis pechos y los vellos púbicos que había que depilarse.

Además, todas mis compañeras de 23 años ya tuvieron sexo y algunas hasta hijos.

_ No te enojes conmigo,Alba. Por favor, me dijo, con dulzura.

_ Está bien. Aquí me bajo , dije mirando la puerta de mí departamento.

Él se bajó del auto conmigo y me abrazó y me beso en la boca.

Por sobre su hombro , vi a Santi en su auto. Me miraba profundamente.

Peter se fue al coche y yo entre a la casa.

Instintivamente abrí mí laptop y compré un pasaje esa noche a Angra.

Preparé una sola maleta. Iría y acompañaría a Santi un rato y luego prepararía mi viaje a Australia.

Por sobre nuestros problemas de carácter éramos familia.Perteneciamos a una familia creada sin lazos de sangre. Una familia unida por el destino y el amor que nuestros padres se profesaron. No podía dejar solo a Santinho. No lo haría.

En todo el viaje a la laguna azul de Angra Dos Reís pensé mucho en Santinho. Su presencia en mí vida desde pequeños fue tan importante que solo verlo me movilizaba. Santi tenía un poder especial sobre mí persona que hacía surgir los más profundos y variados sentimientos. A Santi se lo odiaba o se lo amaba. Era un ser tan especial que influía en todas las personas que le rodeaban.

Sus padres, la maravillosa tía Clara y el soberbio Tío Black habían muerto de golpe y Santinho estaba solo en el mundo, rodeado de gente que lo seguían por su fama y belleza pero desconocían su interior de niño solitario. Ese niño era quien necesitaba mí presencia y yo sabía que era la única que podía ayudar en este momento crucial de su vida. Santinho era el único que ocupaba mis pensamientos en ese viaje y el deseo de estar con el, se acrecentaba en mí interior.

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