Capítulo 11. Dame una oportunidad

Narrador omnisciente

Nahomi sale de prisa de la cocina, mientras Fabricio se queda en la cocina bebiendo de nuevo. En la mañana Paula se levanta y se da cuenta que Fabricio no ha dormido con ella, le resta importancia y se da una ducha, en eso recibe un mensaje que su madre está enferma. Por lo que decide viajar unos días.

Paula: después de ese mensaje, automáticamente preparo mi maleta, y voy a buscar a Fabricio, es tan predecible que habrá dormido en su despacho o en la cocina, cayéndose de borracho como siempre. Últimamente, se la pasa bebiendo. Pues tal y como lo imaginé, en su despacho estaba recostado sobre el escritorio, cuando me acerco reacciona.

Fabricio: Paula que haces aquí?

Paula: pues necesitamos platicar, mi madre está enferma, y me ausentaré unos días.

Fabricio: entiendo, necesitas algo?, dinero? Sabes que tienes la tarjeta ilimitada.

Paula: eso ya está arreglado amor. solo quería decirte que le des la semana libre a Nahomi. Tengo prisa así eso que es todo.

Fabricio: está bien yo me encargo, quieres que te lleve?

Paula: estás bromeando, estás ebrio, mejor ve a darte una ducha que apestas. Cuando llegue con mi madre yo te llamo. (sale dando un portazo tras ella).

Maldito borracho!!, si no fuera por tu dinero ya te hubiera reemplazado.

En cuánta Paula sale de la casa Fabricio se dirige a su habitación y se da una larga ducha con agua fría. Luego baja a la cocina y se encuentra con Martina.

Martina: buenos días, señor, se le ofrece algo?

Fabricio: buenos días Martina, eh si preparame un desayuno que me quite esta resaca.

Martina: enseguida señor. ¿Y la señora también va a desayunar?

Fabricio: no, no ella salió de viaje esta mañana. Por cierto te dejó un pequeño recado. Tienes la semana libre.

Martina: muchas gracias, Señor, y dígame la señorita Nahomi también tendrá la semana libre?

Fabricio: Por supuesto Martina. (miento), ya que tengo planes con ella Y no le daré la semana libre.

Martina: aquí tiene el desayuno señor.

Fabricio: gracias Martina, ahh por cierto una vez que limpies todo aquí ya puedes ir a tu casa, si necesito yo te llamo.

Martina: está bien, gracias, señor, con permiso (y sigue limpiando para poder irse).

Nahomi: mi alarma ha sonado, no sé en que momento lo apagué y me he dormido de nuevo. Despierto y es cerca del medio día, rayos y me alistó rápido y voy a la cocina, pero invade un silencio y me parece extraño. Martina!! La llamo…

Fabricio: vaya que al fin despiertas (le digo)

Nahomi: Señor Fabricio, no deberías estar en el trabajo, y la señora Paula?

Fabricio: pues como verás me tomé el día libre, y respondiendo a tu otra pregunta Paula está de viaje, (la acorralo cerca de la mesada) Martina tiene la semana libre, así que seremos solo tu Y yo.

Nahomi

De nuevo su aliento a menta invade mis fosas nasales, y se acerca a mi tanto que mi cuerpo reacciona y se me aceleran los latidos, porque me pasa esto, ya no lo amo, debo mantenerme alejada de él (pienso) y lo aparto pero él me toma de la cintura y me pega más a su cuerpo y puedo sentir su poderosa erección.

Fabricio: no puedes escapar preciosa, solo quiero charlar.

Nahomi

Si supieras que mi cuerpo a gritos me pide que me entregue a ti (pienso). Pero debo ser fuerte, y le contesto: No tenemos nada que hablar!

Fabricio: rayos Nahomi!! Porque al menos no puedes oírme (levantó la voz), tu Y yo tenemos algo pendiente pero tú te empeñas en solo, rechazarme, deja ser tan infantil.

Nahomi: no hay nada que podamos hablar, me dejaste muy claro aquella noche que amas a tu esposa, y tus gemelos que ella lleva en su vientre, yo no he sido en tu vida más que una aventura. Pero fui tan estúpida que me enamoré de ti. (empieza a llorar). Y Fabricio se acerca de nuevo.

Fabricio: no digas eso, esa noche estaba ebrio. Casi ni recuerdo nada.

Nahomi: claro es lo único que sabes hacer beber y beber como si eso fuera a resolver el caos que es tu vida.

Fabricio: Nahomi escúchame por Dios. Esa noche Paula me invito a cenar, dijo que tenía una sorpresa, acepte porque aprovecharía para pedirle el divorcio, pero me salió con la noticia de su embarazo, hay supe que no podía pedirle el divorcio en su estado, y me pase de copas, luego fui a buscarte(agacha la mirada).

Nahomi: (con lágrimas en los ojos le respondo) a buscarme? O a buscar una zorra para quitarte las malditas ganas.

Fabricio: claro que fui por ti pero estaba ebrio ya y te vi salir de un cuarto con otro hombre, así que pedí que me enviaran a una también en la habitación cerca de la tuya.

Nahomi: estás bien loco, no fui yo

Fabricio: ya lo sé pero en ese momento estaba cegado por los celos, la ira.

Nahomi: si claro por eso te cogiste a otra bajo mis narices maldito imbécil...

Fabricio: eso nunca paso, yo le pagué a la zorra solo para que fingiera, yo quería molestarte, porque pensé que me engañaste.

Nahomi: maldito, te odioooo (le gritó y empiezo a golpear su pecho). Pero él me sujeta y como no paro de golpearlo mientras lloro, él me besa.

Primero me resisto, luego le correspondo el beso que ya está tomando otro rumbo, porque no sé en que momento me subió sobre la mesada y está succionando mis pezones, y con una mano está dándome placer, las hormonas me traicionan y lo quiero dentro de mi, pero me viene a la cabeza sus hirientes palabras y lo rechazó de nuevo, pero es más fuerte que yo que me toma por la espalda, me pega a su cuerpo y me hace sentir que muere por poseerme. No sé en que momento pero lo tengo dentro mío a punto de llegar al clímax, me dejo llevar y entre jadeos gritó su nombre y le pido que me de más, a lo que él me embiste aún más fuerte y cuando ambos explotamos de placer me dice al oído te amooo! Pero no le respondo, ya que no sé que es lo que siento en verdad. Es una mezcla de amor y odio.

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