Capítulo 1. Enamorada de mi cliente

Soy Naomi, tengo 25 años y hace unos meses mis padres fallecieron en un accidente por lo que fui a Vivir con mi tía Cecilia en la ciudad de Salto del Guiará.

Cecilia: Nahomi ya levántate niña por Dios que son las 11 de la mañana .

Nahomi: tía perdón no sé que me pasó no se volverá a repetir, mañana pondré alarma.

Cecilia: hija tenemos que hablar

Nahomi: dime tía que pasa?

Cecilia: pues como ya sabes a lo que me dedico, necesito saber si estás dispuesta a trabajar conmigo? nó puedes seguir así en tu cuarto deprimiéndote Y como no has conseguido un empleo pues es lo que te ofrezco.

Nahomi: ehmm si tía lo haré, pero no tengo ropas bonitas, suelo ver a las chicas de ese lugar lucen muy bonitas prendas.

Cecilia : De eso no te preocupes cariño, iremos de compras y así podrás empezar hoy mismo te parece?

Nahomi solo asiente y le da una sonrisa forzada a su tía, ya que en verdad no quería trabajar en aquel burdel, pero no tenía tantas opciones.

Unas horas más tarde, tal y como le prometió, Cecilia le compró varios vestidos, y lencería íntima de marcas renombradas. Nahomi estaba algo nerviosa, porque cada vez faltaba menos, para empezar con el trabajo.

Se dio una ducha larga, y empezó a llorar haciendo que sus lágrimas se mezclaran con el agua qué caía de la ducha.

Luego salió con su bata de baño, en eso su tía llama a la puerta.

Cecilia: Nahomi estas hay?

Nahomi: si tía pasa

Cecilia: mi niña hermosa ya están aquí las estilistas, para dejarte como lo que eres una verdadera diosa así empezarás tu empleo a la perfección.

Nahomi: gracias tía, pero no era necesario tanto sé maquillarme sola. No quiero que sigas gastando mucho en mí.

Cecilia: No te preocupes cariño, eres mi sobrina, y lo que hago por ti, es de corazón.

Nahomi: está bien muchas gracias tía.

Narra Naomi

En un par de horas el chofer de mi tía me busca, para ir a ese lugar. En verdad no me gusta para nada esto, solo espero que mi primer cliente no sea tan bruto. Porque aún soy Virgen, pero

no se lo he dicho a mi tía. Ni si lo dijera capaz me vendía sí lo sabía.

Llegamos me dice Javier, el chofer de mi tía, no me di cuenta por qué iba distraída pensando en como sería mi vida a partir de hoy.

Muchas gracias Javier, le digo y me bajo de la camioneta. Al llegar todos se quedan boquiabiertos porque entro contoneando mis anchas caderas, que me hacen lucir hermosa por cierto, con este vestido rojo pegado a mi cuerpo, que hace resaltar mi piel blanca, y mis atributos muy bien definidos.

En una de las mesas estaba sentado un hombre de ojos azules, muy guapo que desde que llegue no me quita la vista encima.

Y no puedo negar que el condenado se ve tan guapo que me gustaría que fuera mi primer cliente. Minutos más tarde le pide a la mesera un cuarto, creo que está algo pasado de copas.

La mesera lo guía a una de las suites disponibles, es entonces cuando el hombre le pregunta a la joven.

Fabricio: dígame señorita, la mujer de rojo q acaba de llegar es una de las damas de compañía?

Clara (MESERA): así es señor ella es nueva

Fabricio: y estará disponible?

Clara: no lo sé señor si gusta voy a averiguar y la envío a su habitación si Así lo desea?

Fabricio: perfecto estaré aguardando, pero si no está disponible solo me quedaré a descansar un rato.

Clara: comprendo señor así será. Y se dirige a la barra donde está Nahomi.

Nahomi

Estaba tomando un poco de vino para tener coraje por si solicitan estar conmigo esta noche, no sé cómo me irá y hasta estoy pensando que aceptarlo fue un error, pero ya no puedo volver atrás. En eso se acerca la mesera que llevo al guapo hombre a la habitación N.º 15.

Clara: Nahomi el hombre que está en la habitación 15 pide por usted

Nahomi

Casi me atraganto al oír eso.

Clara: Que pasa nena no es para menos el bombón que te espera (y ríen con las demás)

Nahomi: por favor Clarita estás bromeando verdad?

Clara: por supuesto que no, ve y disfruta tu primer cliente que por cierto no está nada mal amiga.

Nahomi

No sé que decir solo sonrió, asiento con la cabeza y me dirijo a la habitación 15, no puedo negar que los nervios me traicionan. Golpeó la puerta y el hombre dice adelante, realmente ya me esperaba. Abro la puerta y entro, (con permiso digo) pasa dice el hombre y me invita a sentarme a su lado en la cama. Y mis manos me tiemblan ( mierda porque no puedo controlar estos nervios me regaño mentalmente).

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