Grandes sorpresas

Dos personas caminan lentamente desde la parada del autobús hasta el ingreso al hospital, donde dos más los esperan con ansias sin igual. Las caras son de felicidad y expectación, esperan que su muñequito, o muñequita, les permita verlo como se debe. Las tías diseñadoras están trabajando en crear todo un guardarropa para su pequeño tesorito. Ya lo están haciendo para la mamá, que puede lucir hermosa sin necesidad de gastar dinero de más. Y todo es nuevo y exclusivo. Ese pequeño que crece día a día, es un bebé muy esperado, por una familia que se ha ido formando sola, de almas desafortunadas y dolidas que necesitaban encontrar un lugar al que llamar hogar.

Con entusiasmo se saludan dirigiéndose a la sala de espera, a que sea su turno de ser atendido. Como todo hospital comunitario el lugar estaba abarrotado de personas con distintas dolencias. Los pacientes, o mejor dicho, sufrientes, aguardan resignados a que les llegue la hora de que un bondadoso doctor les brinde un poco de su tiempo y comprensión. El lugar está limpio, desinfectado. Con bancas en los pasillos para aquellos que deben esperar. Las paredes blancas no exhiben ningún tipo de cartel salvo algunas instrucciones, o el de salida de emergencias. Hay puertas a lo largo del pasillo por el que entran y salen las personas. El movimiento es constante y perpetuo. Cada uno de los allí presentes tienen su vida, sus historias llenas de alegrías y tristezas. Cuatro de estos sujetos esperan con paciencia fuera del consultorio del doctor Samuel, que al parecer, por los rumores oídos en el pasillo, está atendiendo a un pariente que ha ido sin turno previo. Nada raro en esos lugares. Los médicos son buenos, en su mayoría, pero siempre reciben parientes o amigos que van a ser atendidos con privilegios.

Luego de una larga espera, muy larga, más de lo normal. La puerta se abre, dejando asomarse a 4 personas, entre ellas un Samuel que sujeta firmemente de la cintura a una hermosa y alta mujer, rubia de cabellos claros que caen al hombro. Un par de ojos al ver esta escena siente que le han sacado y estrujado su débil corazón, que a pesar de todos los consejos y de todas las auto amonestaciones, seguí esperando a ser notado por el caballero de bata blanca.

Pero la mayor impresión y el mayor dolor se lo lleva una joven embarazada de 16 semanas de un hombre al que escucho decir que ella nunca estaría a su altura ni podría ir de su brazo. El dolor ha invadido a Luna, las lágrimas sin control surcan sus mejillas. Pero, a pesar de todo, ya no hay vuelta atrás. Ella no ha fallado, no ha hecho nada malo, su único pecado fue enamorarse de un cretino. Y como el que nada debe nada teme, se limpió las lágrimas y se quedó firme esperando el momento de poder entrar, mostrando orgullosa su incipiente panza. Él va a tener un hijo con su esposa, lo que seguramente significará que no quiera saber nada con el de ella. Y no está del todo herrada.

Del otro lado, y de la mano de su esposa Cristian está mudo. Nunca imagino ver a Luna en ese lugar y en esas circunstancias. Baja la mirada a su vientre y la confusión se apodera de él. Es claro por qué está ahí, ella también esta embarazada. La pregunta que se hace ahora es si él es el padre de ese niño. Eso sería perfecto, es su oportunidad para tenerla de nuevo. Seguro que un hijo de él y Luna sería hermoso, como ella, que está más linda que antes con su bella panza, que guarda el fruto del gran amor que le tiene a él. por que él sabe que ella aún lo ama. Está un poco resentida porque se casó con otra, pero no tiene dudas de que va a conseguir que ella vuelva con él. Por supuesto que bajo sus reglas, siempre a las sombras. Camila y el hijo que espera serán la única familia que la sociedad conocerá. Pero Luna y su hijo serán parte de su vida, aunque no pueda darle su apellido, eso nunca, nadie tiene que saber que una mujer que limpia baños tiene un hijo de él. Puede comprarle una pequeña casa, en un barrio común, e ir a pasar tiempo con ellos todas las semanas. En su mente ya tiene todo un plan e incluso una vida perfecta programada.

El primer paso que tiene que dar es lograr comunicarse con ella, y después va a poder convencerla, de eso está seguro. Cómo se va a negar a la vida de comodidad que le ofrece, después de todo nada le va a faltar, va a vivir sin necesitar trabajar nunca más. Incluso su hijo va a poder estudiar y tener un mejor futuro que ella, quizá y hasta le de un puesto en la empresa. Eso sí, se va a tener que operar, no se puede arriesgar a tener otro hijo con ella, ni de broma. Por lo menos va a tener uno, que se conforme, es más de lo que le pensaba dar. Sí todo parece ser perfecto para él.

Camila aprieta su mano, y ahí es cuando se da cuenta de que Luna sabe que van a tener un hijo, es obvio por eso están ahí ¿Sería eso un problema para ella? No claro que no, es claro que si se casó tiene que tener hijos que sean sus herederos. Le regala una sonrisa a su esposa y la detalla bien, es muy bella, pero no se puede comparar a la belleza de su Luna.

Junto a ella un Cesar furioso mira con mala cara a su jefe. No le importa que lo despidan, pero no va a permitir que ese hombre siga humillando a su niña, ni que se meta que con su nieto o nieta. Tenía los puños apretados en clara señal de hostilidad y preparado para un enfrentamiento. La pequeña joven lo mira con cariño, sus ojos cristalinos demuestran el dolor que está sintiendo, a pesar de que ya a secado sus lágrimas que amenazan con volver a salir. Su mirada es tranquilizadora, llena de paz, le dice que no se preocupe que todo está bien.

Cristian mira la situación y frunce el ceño, no entiende que hacen juntos, pero eso es una buena oportunidad para poder contactarse con ella. Cesar va a tener que darle su número o dirección, por las buenas o por las malas.

La charla entre tres de las cuatro personas que salían del consultorio ha llegado a su fin. Este pequeño encuentro en el que solo hubo cruce de miradas, pero sin palabras ha dejado huellas invisibles en algunos, mientras que los otros no se han percatado de lo que ocurría. Una alegre Camila se retira junto a su esposo y su prima, la novia de Samuel, que no es la veterinaria de la que le habló a Romina sino una modelo que conoció hace unas semanas y que está por supuesto mucho más a su altura.

Luna, buenas tardes ya puedes entrar, gracias por la espera le dice un sonriente doctor a una distraída futura mamá.

Estas breves palabras dan por finalizado el cruce de miradas, pero imprime un nuevo capítulo en la vida de todos ellos, que aunque algunos no sepan lo que ha ocurrido pronto lo harán y sabrán como cada decisión que tomamos en la vida afecta de una u otra manera su futuro ¿o es, quizá, el mocoso al que le gusta jugar con la vida de las personas a su antojo? Llamémoslo entre nosotros destino.

Gracias doctor Samuel, estamos muy felices y ansiosos por ver qué es nuestro retoño. Sus tías quieren comprar las telas según el sexo, aunque yo le he dicho que eso no importa, que no hay colores de niños o niñas, pero ellas dicen que cuando son bebes es mejor así le comenta al hombre que la mira curioso mientras ella hace un gesto levantando los hombros por que le parece tonto pero no puede hacer nada, son sus tías.

Jajajaja, sos muy curiosa, la mayoría no piensa como vos, no cuando son niños, por eso lo de los colores. Esperemos que este pequeñín nos deje verlo para que las tías lo puedan consentir habla con una alegría extraña en él, que siempre es muy serio. Parece que la visita de su novia le ha hecho muy bien. Lo que las muchachas no saben es que no fue la visita lo que le alegró el día sino los réditos económicos que su nueva paciente y su marido le traerán. La demora fue por nada más y nada menos que negocios. Los futuros y ricos padres invertirán en su proyecto personal de una clínica que primeramente será de maternidad, pero que quiere ir ampliando a fecundación asistida y otras ramas. En un mundo que se mueve por el dinero, ese tipo de encuentros no se pueden desperdiciar para obtener el rédito y los beneficios requeridos. Samuel sabe que por un muy buen tiempo tiene que mantener a su novia feliz, quizá se tengan que casar, acaba de pensar.

Una vez acomodada en la camilla el doctor coloca el gel y comienza con el procedimiento.

Acá está el hermoso retoño, tiene las dimensiones y peso correctos. Se ve perfecto y sano y ahora lo que más esperan... hace una pausa de suspenso y mira las caras emocionadas de las personas que se encuentran presentes. Hay una que le llama más la atención, su futura colega tiene un mirada triste, el brillo de sus ojos no está y la sonrisa que le brinda parece fingida. No quiere darle vueltas al asunto en su mente, los problemas de ella no son los suyos. Tiene que seguir con su paciente. Además para él ahora solo importan sus proyectos personales Es una niña, que estoy seguro de que será tan hermosa como la mamá, la futura consentida de las tías y los abuelos sentenció, volviendo a la pantalla donde aparece el pequeñito retoño.

Los presentes festejan la noticia, y ríen de emoción. Cesar es el más contento porque acaba de ganar la apuesta que le hizo a Ana, ahora ella tendrá que salir a cenar con él. Lo bueno es que secretamente ella también ella también esta feliz de perder.

Si doctor mi Esmeralda será la niña más hermosa del mundo. Será todo mi mundo dijo una emocionada madre que nuevamente llora pero esta vez de alegría.

Se acomoda la ropa, se sienta a esperar que todo el protocolo médico termine, para retirar sus recetas e irse a comprar todo para hacer una cena de celebración. Pero cuando está recibiendo la imagen impresa de la ecografía, que muestra a su muñequita, recuerda algo o, mejor dicho, a alguien que le dijo que quería ver la foto de su bebé, y por alguna razón que ni ella misma comprende pidió una más para tenerla guardada en su cartera.

Concluido todo salen del hospital. Luna quiere hablar a solas con Romina, sabe lo mucho que está sufriendo, la entiende, todo lo que pasó a ella también la afectó. Pero por alguna razón ahora se siente más liviana. Cristian ya la vio embarazada, se imaginará que es su hijo, su mirada le decía todo. Él la buscará para hablar, si quiere, y verán como sigue todo. Si es su voluntad formar parte de la vida de su muñequita no hay problema, y si no quiere tampoco. Después de todo él se lo pierde.

El mundo sigue girando, el sol saliendo y la vida continúa. Ella no va a enfrascarse en el pasado, seguirá hacía adelante mirando solo hacia el futuro. Y su futuro es claro, su pequeña Esmeralda.

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Comments

Meyy

Meyy

Que asco de hombre /Puke//Puke/

2024-05-01

1

Olga M

Olga M

Pichón de narsicista

2024-04-22

3

Sandra Martinez

Sandra Martinez

mira solo para adelante Luna y si miras para atrás que sea solo para ver cuánto has avanzado

2024-04-01

2

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