Donde hubo fuego, cenizas quedan

A la mañana siguiente, Sofía notó a su hijo un poco triste, pero como cualquier madre fallo, al imaginar que el niño solo tenía sueño.

Dejo a sus niños en el colegio y se marchó como ya era costumbre.

- buenos días, señor camboa.

- buen día, señorita Sofía, tenemos trabajos para esta semana, deberías reunirte con los clientes.

- está bien señor.

Una hora después, Sofía se dirige a uno de los clientes, con los cuales se entendió muy bien.

- señorita Sofía, en una dos días nos reunimos en la empresa

- está bien, señor Nínive.

Se retiró feliz a su primer cliente, y le había ido también.

Al llegar a la casa fue a la oficina de camboa, pero este no estaba.

15 minutos antes.

Un celular sonaba en la oficina, camboa no quiso contestar por privacidad, al cabo de tres minutos otro número llamaba con insistencia, por lo que cambia contesta,- dónde estás, la maestra de Mateo, te llamo con mucha insistencia, porque no coges, la llamada, se escuchaba la voz de un hombre furioso, que de inmediato camboa supo que era Ferrera, no entendía por qué no estaba registrado, pero eso fue lo de menos en ese momento.

- la señorita Sofía salió, a ver un cliente.

Esto hizo que Ferrera imaginará que ella estaba prestando servicios para adulto, pero eso ya lo arreglaría otro día.

Mateo se escapó del colegio, las maestras no lo encuentran.

camboa soltó el teléfono mientras dijo - cuando llegue Sofía, dile que me llame de inmediato.

Hora actual.

- sabes dónde está camboa.

- si señorita, me dijo que se comunicará con él apenas llegará, es relacionado con su hijo Mateo.

Ella sale de inmediato a su oficina al escuchar que era relacionado con su hijo.

- señor camboa, dígame qué mi hijo está bien.

- señorita, venga a la dirección que le voy a mandar.

Sofía sale tan rápido como pudo, al llegar vio a Ferrera, cambia y maestro, en ese momento ella sentía que le iba a dar algo, sentía un dolor en el pecho, su corazón latía tan rápido, y respiraba con dificultad, la voz se le tornó ronca.

- que le pasó a mi hijo.

- cálmate, dijo camboa, - solo no sabemos dónde está, la maestra dice que estaba deprimido, la primera hora no quiso la tarea.

- que le hiciste a mi hijo, solo me fui unos días de la casa y lo has destrozado.

Sofía no podía siguiera hablar, el dolor de la espalda no le dejaba ni dar un solo paso, camboa que sabía de su condición se percató de inmediato, por lo que interfiriendo dijo.

- cálmate Ferrera, estamos preocupados por Mateo, ya tendrán su espació para arreglar los problemas, esto es irrelevante en este momento.

Sofía continuaba en silencio. Aguantando el dolor, su respiración había disminuido tanto que sentía que le faltaba el oxígeno en el cerebro, se recostó a Gamboa que estaba cerca de ella, lo que hizo que Ferrera explotará por dentro, pensó -estamos buscando a nuestro hijo y ella aún tiene tiempo para apoyarse a un hombre.

- sígueme Sofía

- si señor camboa.

Al llegar donde nadie los miraba, busco en el bolso de ella las pastillas y se las paso con una botella de agua.

- hace cuánto que no tomas las pastillas.

- no se hace 3 o 4 días.

- debes tomarla todos los días, pero recuerda que esto solo te hará olvidar tu enfermedad, mientras empeoras.

A Sofía lo que menos le importaba en ese momento eran sus problemas, por lo que apenas se sintió más aliviada, salió buscando a su hijo, Gamboa y ella tomaron rumbos diferentes, Ferrer al ver que iba sola la siguió, mientras le preguntaba- has visto a Mateo diferente actitud que nunca tiene.

Sofía recordó que en la mañana Él parecía triste.

-esta mañana Él estaba un poco triste, yo pensé que tendría sueño.

Después de buscar por todos los lados posibles, parques, hospitales, y todos los lugares posibles a lo lejos vieron una casa abandonada, ambos buscaron con la esperanza de encontrar a su hijo.

Mateo, Mateo gritaban ambos.

Detrás de unas cajas vieron unos zapatos, se acercaron para descubrir que era Mateo.

Mateo dijo Sofía mientras lo cargaba en los brazos.

- que haces mi bebé, nos asustaste.

- a lo que él responde, mamá ya no quiero que pele con mi papá, es por mi culpa.

A eso interfiere ferrera- no digas eso mi niño, tú eres lo más importante de mamá y papá

- porque pelearon ayer en la noche.

- tú le dijiste palabras feas a mamá

en ese momento ferrera agachó la cabeza, sabía que sus problemas estaban perjudicando a su hijo.

Luego llamaron a la profesora, -ya encontramos a Mateo, hoy nos quedaremos con Mateo, pasaremos más tarde por Andrés.

- está bien.

Sofía llamo a camboa

- señor camboa, ya encontré a Mateo, será posible que no vuelva hoy.

- está bien.

- nos vemos mañana.

Esto a Ferrera le daba tantos celos, que solo quería dañar el celular, pero su hijo estaba ahí.

Al llegar a casa hablaron con Mateo y le explicaron que los adultos tienen diferencias, pero que eso no quiere dar a entender que sea por culpa de los niños, porque pase lo que pase, entre los padres, los hijos siempre seguirán siendo el amor de cada uno.

Después de una larga charla con su hijo, él se quedó dormido.

En eso a Sofía le entra una llamada de su jefe.

- si Antonio, ya estamos en la casa,

- ya está dormido

- okay, gracias por todo.

Escuchaba Ferrera del otro lado, al ver que ella ya había colgado la llamada, se dirigió hacía ella, tomándola con fuerza y alzándola sobre el mesón que salía de la cocina, comenzó a besarla, y por más que está vez Sofía se quería negar, su cuerpo y su mente estaba llena de lujuria, le siguió el ritmo, se fueron desde la cocina, se arrastraron hasta las escaleras, llegaron al cuarto y Ferrera, comenzó desde los pezones, hasta la parte más íntima de Sofía, cogió cada cuerpo de su mujer como hace rato no la tocaba, cuando ya ella estaba satisfecha, comenzó a satisfacer a Ferrera y el momento que él estaba a punto de venirse, cuando le dio otra vez el dolor a Sofía, pero esta vez más insoportable, por lo que lo apartó y le dijo - vete, ya tú tienes otra mujer, crees que puedes venir y hacerme tuya cada vez que quieras.

- tú eres una

- vete, manda a tu abogado por los papeles del divorcio, pero los niños son míos, la empresa, firmaré un acuerdo dónde renunció a todo lo de la empresa, - dijo esto mientras el dolor le empeoraba, eran dos recaídas en un solo día y en menos de 2 horas lo que la preocupo, más preocupación.

Ferrera que no quería que su hijo se diera cuenta de lo ocurrido, por lo que gritó, mi amor, yo busco al niño en el colegio, mientras salía con la sangre hirviendo.

Y salió a recoger a su hijo, lo trajo hasta puerta y de haya se despidió y se fue

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