Capitulo 9

A la mañana siguiente desperte con Elizabeth acostada a mi lado, ayer en la noche la había visto que durmió con su padre, al parecer eso no duró mucho.

—Jane, vamos a desayunar -dijo Isabela acostándose en mi pecho.

—¿Que hicieron de desayuno? -Pregunte mientras acariciaba suavemente el cabello de Isabela.

—Yo hice jugo de limón y lo hice solita, sin ayuda de mi papá -dijo orgullosa.

—Felicidades mi amor, ya eres una niña grande, me sorprendes.

—Jeje ahora puedo ir sola a la escuela y comprarme muchos dulces y viviré con Jane toda la vida

—Para eso tienes que trabajar si quieres comprarte los dulces, pero vivir conmigo no se puede cariño.

—¿Por qué no? -dijo triste Isabel.

Iba a contestar su pregunta, pero Elizabeth respondió primero y de muy mala gana.

—Por que va a cuidar a su hermanita que la necesita todo el tiempo y no tiene nada más que hacer que molestar a Jane.

—Veo que despertaste de muy mal humor.

Ella hizo un puchero al mirarme, era tan linda haciendo su puchero que quería comerme sus cachetes.

—¿Por qué estás amarrada? -pregunto Isabel señalando mi mano.

Mire mi mano y mi muñeca estaba amarrada con un pañuelo de princesas y que también estaba amarrada la muñeca de Elizabeth con el mismo pañuelo.

—Elizbeth... ¿Que es esto? -señale mi mano.

—Es para que no te alejes de mi, no quiero que te vayas de mi lado Jane -dijo Elizabeth.

—Eso está mal hermana -dijo Isabela.

—Nonla estoy lastimando, use un pañuelo suave para no lastimar su muñeca -Elizabeth me mira- ¿Te duele mucho?

—No me duele, pero lo que dijo tu hermana es verdad, esto está mal, si es un juego te lo puedo aceptar, pero si es otra cosa...

—¡Es un juego! -interrumpe - Es un juego Jane, no le digas a papá.

Elizabeth supo que hablaba en serio cuando le dije eso, al parecer se asustó mucho que ya mismo iba a llorar.

—Tranquila, si me dices que esto es un juego yo te creo.

—Eres la mejor Jane -dijo alegre Elizabeth.

Después de eso Elizabeth nego en sacarme el pañuelo así que tuve que bañarme con ella y vestirme con ella, fuimos a la cocina juntas y por suerte el jefe no se dió cuenta de esto y eso es mejor porque podría tener la idea equivocada y regañarle a Elizabeth.

Claro que eso no duró mucho tiempo ya que tenía que irnos a la escuela de las niñas a verlas bailar y esas cosas. Mi jefe nos vio y sorprendentemente no dijo nada, solo nos vio y nos dijo

—No estarás todo el dia con eso, si quieres enseñarle tu baile tienes que quitarte eso -dijo poniendo las maletas de las niñas al auto.

—Pero puedo volver a ponerme después del baile.

—Olvidas que Jane tiene que visitar a su hermana -dijo Isabela alzando sus brazos como señal de que su padre la suba al auto- No se puede quedar todo el día con nosotras.

—Exacto -dice mi jefe subiendo a Isabela al auto- No puede forzarla a estar contigo todo el tiempo.

Mire a la pequeña Elizabeth y ella estaba a punto de llorar, se le notaba en toda su carita. No le gusta la idea de que me separé de ella, así fue cuando la conocí, después de su fiesta de princesas, el jefe me llevaba a su casa todo el tiempo porque Elizabeth se lo pedía.

—No quiero que te vayas Jane, yo quería que te quedarás conmigo -dijo abrazondo mi pierna.

—Elizabeth, yo puedo ir en su lugar -hablo la niñera- las grabaré....

—¡No! ¡No quiero! ¡Quiero que Jane se quede conmigo!

Escuché a mi jefe suspirar de nuevo, ví el rostro de mi jefe estaba cansado y enojado, sentí que iba a estallar en cualquier momento.

—Elizabeth cariño, hicimos un trato ¿Recuerdas?

—No quiero, no quiero, no quiero -dijo escondiendo su rostro.

—Bien, ¡Es suficiente!

Me asustó el tono de voz de mi jefe, miro a Elizabeth muy enojado. Tomo en sus brazos a la pequeña Elizabeth y entro a la casa pero antes de hacerlo nos mira a mi y a la niñera para decirnos que entremos al auto, por el tono de voz que tenía mi jefe por supuesto que obedecimos.

Después de dos minutos volvieron al auto, Elizabeth estaba llorando, se sentó al lado de Lizzy sin decir ninguna palabra, solo se limpiaba la nariz con su camisa.

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La participación de la niñas me encantó muchísimo, fue lindo verlas hacer todo eso, fue muy divertido estar con ellas, pero me dió tristeza que Elizabeth me ignora cada vez que trataba de hablar con ella.

—¿Que le hizo a Elizabeth? -le pregunté a mi jefe mirándolo seriamente.

—No me mires asi tienes que agradecerme de lo que hice por ti.

—¿Lo que hizo por mi? ¿Que hizo exactamente?

—Solo le di un par de nalgadas para que se tranquilizara, le dije que si lo volvería a hacer ya no le pegaria con el zapato sino con un cinturón.

—Que cruel.

—Ay por favor, tus padres debieron haberte pegado con un latifi ¿No es cierto?

—...Si, es cierto -suspire mientras miraba jugar a las niñas- ¿ Cómo que un zapato? ¿Les pegaba con un zapato?

—Era lo más suave que pude encontrar, no queri pegarles con el látigo, esa mierda duele.

—Y eso que no ha probado el látigo de cuero que me daban a mi, te dejaba unas marcas que te duran para siempre, aún tengo la marca en mi espalda.

—¿En serio? -me mira con una sonrisa- ¿Que hiciste para merecerlo?

—Mas bien es una cicatriz y lo que hice fue que escape de casa para irme de fiesta con mis amigas, eso les molestó mucho a mis padres.

—Eso no es nada, yo hice una fiesta con alcohol en la casa de mi abuela y lo peor fue que mi abuela había tomado mucho alcohol que se salió de control.

—¿Ah sí? Me intriga mucho que fue lo que hizo después.

—Por suerte ya no está internet, así que te quedas con la intriga de que fue lo que pasó, pero te diré que me dieron unos deliciosos latigazos que nunca podré olvidar.

—Fuiste un chico muy travieso ¿Verdad?

—Le sacaba muchas canas verdes a mis padres.

Nos divertíamos mucho hablando sobre nosotros, nunca antes habíamos hablado así, siento que estoy a erca dime a mi jefe y en vez de verlo como un jefe lo veo como un amigo eso hace que mi corazón palpite más rápido.

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—¿Por qué se están sonriendo? ¿De que están hablando? -pense mirándolos desde lejos.

No sé desde cuándo Jane se ha acercado tanto a Evan, no tiene que ser así, ¿Por qué tiene que ser así?. Se supone que yo debería de estar en ese lugar, debería de estar hablando y riendo con el, no ella.

Desde que llegó ha arruinado nuestras vidas, Las niñas quieren más a Jane que a mí, yo que las he cuidado todo este tiempo. Ahora mi jefe solo tiene ojos para ella, siempre tiene que ser ella, no podemos tener una conversación normal por qué ella siempre está en el tema.

La odio, la odio con todo mi ser, si no fuera por ella, yo hubiera Sido la madre de las niñas en poco tiempo.

—Lizzy ¿Estás bien? e pregunto la pequeña Isabela preocupada.

—Oh si pequeña, estoy bien ¿Que pasa? ¿Necesitas algo?

—Mi hermana está deprimida, no quiere jugar conmigo.

Mire a Elizabeth y ella estaba sentada en las gradas jugando con sus dedos mientras que derramaba un par de lágrimas. Fui hasta ella para consolarla.

—¿Estás bien cariño? ¿Sucedió algo?

—No

—¿Estás segura? Sabes que puedes decirme lo que quieras, no se lo diré a tu padre.

—... Papá no quiere que juegue con Jane por un mes.

—Ay no, eso es terrible, pero ¿Por qué?

—No lo sé, pero dijo que si no le hacía caso no dejaría que Jane entre a la casa y que solo jugaría con Isabela.

—Oh pequeña lo siento.

Es mejor así, que no la vea y que solo se concentre en mi y vea que soy muy buena que Jane.

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